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Por Copinh
Caminar para la gente del COPINH es lo diario. Para ir y volver de las comunidades se tienen las piernas, los pulmones, la energía propia y el duro camino, escasos son los transportes, el dinero para tomarlos.
Salir de las comunidades para llegar hasta Tegucigalpa en la caminata por la dignidad y la soberanía no es nuevo porque ya el COPINH tiene entre sus cuentas históricas peregrinaciones y muchas actividades de este tipo, en el que caminar es el modo de ir haciendo, pero es una renovación del compromiso con las comunidades y con esta gran comunidad de todas y todos: Honduras.
El COPINH con sus luchas contra las represas que amenazan los hermosos ríos de Lempira, Intibucá y La Paz, contra los proyectos que tratan de quitar los bosques a las comunidades, contra el racismo que se empeña con acabar con la vida comunitaria lenca afianzada en territorios sostenidos con la fuerza ancestral de su gente, es convocante a la caminata donde cientos de hondureños y hondureñas van andando para mostrar que ante la poderosa y millonaria maquinaria de la muerte que aceitó el golpe de estado, que seguimos en resistencia nacional. Caminamos con el resto de la población que se va sumando en cada lugar para que la gente nos mire y para mirarnos, sentir que no acabarán así nomás con nuestras ganas de vivir en justicia y dignidad, que no se termina en un proceso electoral manoseado, las aspiraciones de los pueblos.
Este año nuestra organización cumple 20 años de insumisión y rebeldía, y así en la flor de su juventud se pone a caminar en un episodio más de lucha contra el neocolonialismo capitalista y patriarcal que nos receta la muerte física, la muerte cultural y la de los bienes que hacen posible todo lo que nos rodea. Con banderas coloridas, cantos y consignas por la vida, la justicia, la dignidad y la libertad, las diversidades del COPINH se ponen en marcha, paso a paso recorriendo las calles desde comunidades distantes en las montañas hasta la capital del país.
36 kilómetros contados uno a uno fue la jornada desde el centro de amistad Utopía hasta el arrocero Valle de Otoro, este 26 de febrero, ya puestos en camino, se continúa este miércoles 27 hasta llegar a la meseta de Siguatepeque, después de descansar y reorganizándose para esperar a quienes vienen del norte y Santa Bárbara, la caminata del COPINH se prepara para el guancasco de lucha por los bienes comunes y la vida.
Desde ahí, todas y todos juntos conversaremos y tomaremos camino hasta uno de los corazones de la historia nacional: Comayagua, la antigua capital, la doliente sede de la memoria de cientos de hondureños asesinados por la indolencia y la injusticia en el infierno de su centro penal. Comayagua, el símbolo de la ocupación militar norteamericana. Comayagua, nuevo encuentro de luchas y resistencias históricas que esperan a las y los caminantes con su fuerza y alegría.
La caminata reclama las siguientes demandas:
Derogación de la Ley de “Regímenes Especiales de Desarrollo, Zonas de Empleo y Desarrollo Económico” mejor conocidas como "Ciudades Modelo”.
Derogación de la Ley de “Regímenes Especiales de Desarrollo, Zonas de Empleo y Desarrollo Económico” mejor conocidas como "Ciudades Modelo”.
Derogación de la Ley de Minería.
Cancelación de todas las concesiones mineras.
Cancelación de las licencias ambientales para la construcción de represas que privatizan el agua y energía; no a la matriz energética parte de la economía de enclave y depredadora de la vida.
Libertad inmediata para el Compañero campesino Chavelo Morales.
Basta de explotación maderera en la zona!
Reapertura del Programa de Formación Docente para el Pueblo Lenca.
Que se pare la violencia contra las mujeres y la juventud.
Titulación inmediata de las tierras indígenas.
Democratización verdadera de la comunicación y del espectro radioeléctrico.
No más violaciones a los derechos humanos.
No más criminalización de las luchas sociales.
Alto a la violencia e inseguridad social.
Respeto y aplicación del Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas.
Cese a la impunidad y reparación a las víctimas de las violaciones a los derechos humanos.
Nos solidarizamos, con los sacerdotes de la Diócesis de Occidente que hoy sufren represión y se les pretende humillar a razón de luchar en defensa del pueblo excluido, por los bienes de la naturaleza y que acompañan las causas justas.
Nuestras caminatas retoman las exigencias históricas de los pueblos y es una experiencia de aprendizaje colectivo, popular y de articulación en la práctica.
Nuestras caminatas retoman las exigencias históricas de los pueblos y es una experiencia de aprendizaje colectivo, popular y de articulación en la práctica.
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