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Por Ofraneh
Hoy en la madrugada fueron detenidos 11 garifunas, en la zona conocida como Gran Vía (Antigua Armenia), por agentes de la Policía Municipal de Jutiapa, los que procedieron a incendiar las casas de habitación de los detenidos.
Las tierras de la vieja Armenia, reclamadas por la comunidad Garífuna, se han convertido en un codiciado objeto para individuos asociados al crimen organizado, que han utilizado el paraje en los últimos años para acciones delictivas.
Armenia fue fundada a finales del siglo XIX por el Garifuna Inés Arzu, en el delta del río Papaloteca, convirtiéndose en un concurrido puerto bananero que alcanzó a ser municipalidad en el año de 1907.
Según testimonios rendidos por los ancianos de la comunidad, la población Garifuna fue removida en la década de los años 20 del siglo pasado y relocalizada en la margen izquierda del río Papaloteca, presionados por la Standard Fruit Company, transnacional frutera, la que tras la quema de los registros de propiedad en La Ceiba en el año de 1920, se apoderó con la complicidad de funcionarios estatales de las tierras pertenecientes a los Garifunas y labriegos olanchanos en el departamento de la Atlántida.
Para el año 2000 concluyó la concesión otorgada por el Estado a la Standard Fruit Company (actualmente conocida como DOLE) en el delta del Papaloteca y tierras adyacentes. La DOLE retornó las tierras a la municipalidad de Jutiapa sin tomar en cuenta los reclamos de la comunidad de Armenia sobre sus tierras ancestrales.
El reciente arresto de los Garífunas de Nueva Armenia es una clara ofensiva en contra del territorio Garífuna, donde las instituciones del Estado se han convertido en cómplices de los despojos. El intento de desalojo en Barra Vieja, Tela, y las amenazas de desalojo en Puerto Castilla, ambos promovidos por la Empresa Nacional Portuaria, se suman a los arrestos efectuados esta mañana en Armenia.
Parecer ser que el estado Honduras ignora las acciones jurídicas emprendidas ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte interamericana, y la sentencias que están a punto de emitirse por las múltiples violaciones a los derechos territoriales y humanos del pueblo Garífuna.
Armenia fue fundada a finales del siglo XIX por el Garifuna Inés Arzu, en el delta del río Papaloteca, convirtiéndose en un concurrido puerto bananero que alcanzó a ser municipalidad en el año de 1907.
Según testimonios rendidos por los ancianos de la comunidad, la población Garifuna fue removida en la década de los años 20 del siglo pasado y relocalizada en la margen izquierda del río Papaloteca, presionados por la Standard Fruit Company, transnacional frutera, la que tras la quema de los registros de propiedad en La Ceiba en el año de 1920, se apoderó con la complicidad de funcionarios estatales de las tierras pertenecientes a los Garifunas y labriegos olanchanos en el departamento de la Atlántida.
Para el año 2000 concluyó la concesión otorgada por el Estado a la Standard Fruit Company (actualmente conocida como DOLE) en el delta del Papaloteca y tierras adyacentes. La DOLE retornó las tierras a la municipalidad de Jutiapa sin tomar en cuenta los reclamos de la comunidad de Armenia sobre sus tierras ancestrales.
El reciente arresto de los Garífunas de Nueva Armenia es una clara ofensiva en contra del territorio Garífuna, donde las instituciones del Estado se han convertido en cómplices de los despojos. El intento de desalojo en Barra Vieja, Tela, y las amenazas de desalojo en Puerto Castilla, ambos promovidos por la Empresa Nacional Portuaria, se suman a los arrestos efectuados esta mañana en Armenia.
Parecer ser que el estado Honduras ignora las acciones jurídicas emprendidas ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte interamericana, y la sentencias que están a punto de emitirse por las múltiples violaciones a los derechos territoriales y humanos del pueblo Garífuna.
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