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Por Misión Verdad
La guerra hacia Venezuela ha sido un proceso sostenido en el tiempo. Hacer memoria colectiva sobre las evoluciones de la misma es fundamental para entender y frentear las batallas por venir.
El discurso de la contra es claro: colocar al presidente Maduro como un recién llegado. Despojarlo de su actividad dentro de la guerra, disminuirlo, reducirlo, convertirlo en un oportunista que nunca tuvo nada que ver con la Revolución.
La guerra hacia Venezuela ha sido un proceso sostenido en el tiempo. Hacer memoria colectiva sobre las evoluciones de la misma es fundamental para entender y frentear las batallas por venir.
El discurso de la contra es claro: colocar al presidente Maduro como un recién llegado. Despojarlo de su actividad dentro de la guerra, disminuirlo, reducirlo, convertirlo en un oportunista que nunca tuvo nada que ver con la Revolución.
Pero en medio de la escalada Chávez y Maduro se crecieron, juntos. Por eso el funesto intento de desvincularlos y separarlos con el fin de generar los ismos necesarios que por derecha justifiquen el reimpulso de la reacción guarimbera y por izquierda el “descontento de las bases”.
Hace pocos años el Gobierno de los Estados Unidos sancionó a PDVSA en medio de una desbandada imperial contra Irán. Impuso restricciones y demás obstáculos contractuales para que nuestra industria petrolera dejara de hacer negocios con los consorcios petroleros iraníes. En el video que mostramos arriba pueden ver un reportaje completo de aquella situación. En respuesta a estas agresiones, la copla sabanera que el Comandante le dedica a Obama, y anterior a eso (frente a otras embestidas del mismo calibre) la amenaza cierta de clavarle un batazo por las costillas al diablo.
En las distintas evoluciones de la guerra contra Venezuela, Chávez siempre apeló al verbo radical, a la palabra fuerte y directa, a la sensibilidad rebelde del llanero frenteador.
Por su parte, el presidente Maduro, en ese momento canciller del país, también batalló desde su trinchera. Salió de primerito a rechazar las prepotentes sanciones, reafirmando la independencia, la soberanía y la conciencia firme de más nunca dejarnos intimidar por los dueños del planeta. En el centro de aquel discurso se encontraba la posición ofensiva que hoy lo caracteriza como Presidente. “La relación con Irán es una relación de paz, de hermandad, de construcción de un nuevo mundo y la vamos a seguir profundizando. Ahora más que nunca vamos a profundizar la relación con nuestros hermanos de Irán”.
Que las últimas sanciones vayan directo al corazón de la Constitución refuerza eso mismo que los autoconfundidos se niegan en aceptar: el presidente Maduro está dándole continuidad al legado de Chávez y por eso los gringos van con todo, pues la Revolución está aumentando su cilindraje político.
Hacer las flexiones necesarias para ejercitar la memoria colectiva. Sacarle músculo histórico a nuestra conciencia nacional. Comprendamos que la escalada bélica contra Venezuela lleva consigo mucha confusión, despistaje y distorsión del pasado.
Se vienen picos en la arremetida imperial, y tenemos un Presidente crecido siempre ante las dificultades. Un pueblo unido es invencible. Así lo hemos demostrado.
Hace pocos años el Gobierno de los Estados Unidos sancionó a PDVSA en medio de una desbandada imperial contra Irán. Impuso restricciones y demás obstáculos contractuales para que nuestra industria petrolera dejara de hacer negocios con los consorcios petroleros iraníes. En el video que mostramos arriba pueden ver un reportaje completo de aquella situación. En respuesta a estas agresiones, la copla sabanera que el Comandante le dedica a Obama, y anterior a eso (frente a otras embestidas del mismo calibre) la amenaza cierta de clavarle un batazo por las costillas al diablo.
En las distintas evoluciones de la guerra contra Venezuela, Chávez siempre apeló al verbo radical, a la palabra fuerte y directa, a la sensibilidad rebelde del llanero frenteador.
Por su parte, el presidente Maduro, en ese momento canciller del país, también batalló desde su trinchera. Salió de primerito a rechazar las prepotentes sanciones, reafirmando la independencia, la soberanía y la conciencia firme de más nunca dejarnos intimidar por los dueños del planeta. En el centro de aquel discurso se encontraba la posición ofensiva que hoy lo caracteriza como Presidente. “La relación con Irán es una relación de paz, de hermandad, de construcción de un nuevo mundo y la vamos a seguir profundizando. Ahora más que nunca vamos a profundizar la relación con nuestros hermanos de Irán”.
Que las últimas sanciones vayan directo al corazón de la Constitución refuerza eso mismo que los autoconfundidos se niegan en aceptar: el presidente Maduro está dándole continuidad al legado de Chávez y por eso los gringos van con todo, pues la Revolución está aumentando su cilindraje político.
Hacer las flexiones necesarias para ejercitar la memoria colectiva. Sacarle músculo histórico a nuestra conciencia nacional. Comprendamos que la escalada bélica contra Venezuela lleva consigo mucha confusión, despistaje y distorsión del pasado.
Se vienen picos en la arremetida imperial, y tenemos un Presidente crecido siempre ante las dificultades. Un pueblo unido es invencible. Así lo hemos demostrado.
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