Foto G. Trucchi |
Por Giorgio Trucchi - LINyM
El padre Fausto
Milla es un incansable defensor de los derechos humanos y comisionado de la
Comisión de Verdad (CdV).
Esa misión
lo ha llevado a sufrir en carne propia la violencia, la represión, la cárcel y
el secuestro, obligándolo al exilio en dos ocasiones. Hace dos meses tuvo que
abandonar nuevamente el país junto con su asistente Denia Mejía.
La noticia del asesinato del reconocido activista de
la Resistencia hondureña Mahadeo
Roopchand Sadloo Sadloo, conocido como ‘Emo’,
lo dejó sin aliento. Para él, en Honduras se siguen viviendo los
efectos de una ruptura del hilo constitucional que aún no ha sido
superada.
Sobre ese último dramático acontecimiento y sobre su
situación de desterrado y perseguido político, el padre Fausto Milla habló desde su exilio con ese corresponsal.
-Ante el asesinato
de ‘Emo’, el coordinador de la Resistencia, Manuel Zelaya, ha hablado de una
declaratoria de guerra contra la Resistencia. ¿Qué opina al respecto?
-¡Por supuesto que es una declaratoria de guerra!
Desde el mismo día del golpe hemos visto que los golpistas retan al pueblo y quieren
guerra. No han parado un sólo momento de atropellar al pueblo, de violentar sus
derechos humanos. Quieren reafirmar que son ellos los que detienen el poder en
Honduras y lo demuestran matando, torturando, desapareciendo, gaseando a la
gente en las calles.
-También se ha dicho que el asesinato de ‘Emo’ es
político y que apunta a detener el proceso de transformación que está
impulsando el FNRP (Frente Nacional de Resistencia Popular)...
-Si bien con el Acuerdo de Cartagena se logró el
regreso de Manuel Zelaya, los golpistas han ganado mucho terreno. El pueblo
sigue por el camino de la refundación de Honduras a través de una Constituyente
auténtica, popular y originaria.
Nunca como ahora el pueblo ha tomado conciencia y
tiene claro su objetivo. El enemigo sabe que eso no lo va a poder detener,
porque ha sido el clamor desde el primer día del golpe, y fue el mismo Zelaya
a sembrarlo en los corazones de los hondureños.
Tenemos que seguir por este
camino, porque los cambios fundamentales se hacen desde abajo, y de hecho ya lo
estamos haciendo.
-¿Cuál va ser la respuesta del pueblo? Manuel Zelaya hizo
un llamado para que la gente responda de forma contundente al crimen
cometido...
-Cada asesinato es una declaratoria de guerra
contra el pueblo y ya han habido muchos muertos, sobre todo entre la gente de
los barrios, pueblos y aldeas. Personas en resistencia cuya muerte queda en el
anonimato y en la impunidad, y por la cual hay que responsabilizar a los que detienen
el poder en el país, y a los medios de comunicación que se plegan a sus
intereses.
Este es el momento para demostrar que somos
hondureños y hondureñas. El asesinato de Emo me ha penetrado hasta lo más hondo
de mi corazón y pensamiento. Era un hombre simbólico dentro de la Resistencia.
Siempre a la cabeza, con una valentía ejemplar.
Si lo han matado por ser un
símbolo de la Resistencia están equivocados. Esa violencia va a generar más
indignación en un pueblo que se sublevó en su mente y en su corazón, con las
armas de la razón y del amor a su Patria.
-Una situación que parece pasar desapercibida por la
comunidad internacional y los gobiernos que promovieron el Acuerdo de Cartagena.
¿Qué pasó con el proceso de verificación del respeto de los Acuerdos?
-Nunca se supo exactamente cómo se llegó a ese
Acuerdo y cuál va a ser su alcance. ¿Dónde están
los organismos internacionales, la OEA (Organización de los Estados
Americanos), las Naciones Unidas? ¿Quién va a defender a este pobre pueblo que
sufre violencia, impunidad, y un cerco mediático que pretende hacernos olvidar
que aquí hubo un sangriento golpe de Estado? Todo eso es inaceptable.
-Han pasado dos meses desde que salió al exilio junto con
su asistente...
-Nos fuimos porque ya no habían las condiciones
para quedarnos. Siempre hemos recibido amenazas, pero en los últimos meses percibíamos
la presencia de sicarios y apresuramos nuestra salida. El hecho de estar
acostumbrado a no callar ante las injusticias, ser parte de la Comisión de
Verdad y señalar los atropellos que a menudo se cometen en el país por parte de
los terratenientes, fueron elementos que contribuyeron a desatar la
persecución.
-¿Cómo están viviendo esta situación?
-Solamente quién lo ha vivido
puede entender lo difícil que es. Me siento como un padre o una madre que está
obligado a vivir lejos de sus hijos e hijas. Ya me tocó vivir esta experiencia
en los años 80 y no pensaba volverla a vivir. Lamentablemente sabemos que
todavía no hay condiciones para poder regresar, porque el peligro es muy
grande.
-¿Hay diferencias entre estas dos experiencias tan
difíciles?
-No muchas, porque lo que
se está viviendo en Honduras es casi igual a lo que vivimos en los 80. Hay
persecución, muerte y criminalización de la protesta social.
-Porfirio Lobo ha dicho que las personas que salieron del
país pueden regresar cuando quieran porque se les va a dar protección. También
aseguró que se va a esclarecer el asesinato de ‘Emo’...
-Es un disco rayado. A cada asesinato dicen lo
mismo y nunca se llega a saber la verdad, porque la esconden detrás del delito
común. Es una política represiva bien definida.
-¿De alguna manera se arrepiente de lo que ha hecho
durante su vida en defensa de su pueblo, y que le ha acarreado amenazas,
persecución, destierro?
-De ninguna manera. Siempre va a haber alguien
que se molesta por mi compromiso con el pueblo. Son las fuerzas antipatrióticas
que han traicionado al pueblo, las fuerzas de la injusticia, los dueños del
país. Voy a seguir haciendo lo que siempre he hecho, y voy a seguir trabajando
desde lejos con la Comisión de Verdad.
-¿Qué mensaje quiere enviar al pueblo de Honduras?
-Un gran abrazo para todos mis hondureños y
hondureñas, para Emo en su sepultura, para que no echemos pie atrás. Es un momento
histórico y no debemos desperdiciarlo. Las fuerzas del enemigo están tramando
para debilitarnos, sin embargo, ésto más bien debe fortalecernos, con el
trabajo de educación, formación, organización y práctica. Les envio un gran
abrazo y mi anhelo de poder estar cuanto antes con mis compatriotas.
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