“Es inconcebible lo que está pasando en Brasil”
Por Giorgio Trucchi - Rel-UITA
La noticia de la ola de cierres de plantas y despidos arbitrarios de trabajadores de JBS-Friboi en Brasil ha llegado hasta Italia, generando un fuerte rechazo hacia estas políticas empresariales y una profunda solidaridad con los obreros despedidos de parte de la Federación de Trabajadores de la Agroindustria (FLAI).
Mientras en su país de origen JBS-Friboi sigue cerrando plantas y despidiendo a trabajadores sin dar algún tipo de explicación, en Italia continúa haciendo lucrativos negocios.
Por Giorgio Trucchi - Rel-UITA
La noticia de la ola de cierres de plantas y despidos arbitrarios de trabajadores de JBS-Friboi en Brasil ha llegado hasta Italia, generando un fuerte rechazo hacia estas políticas empresariales y una profunda solidaridad con los obreros despedidos de parte de la Federación de Trabajadores de la Agroindustria (FLAI).
Mientras en su país de origen JBS-Friboi sigue cerrando plantas y despidiendo a trabajadores sin dar algún tipo de explicación, en Italia continúa haciendo lucrativos negocios.
Inmediatamente después de haber acordado con el Gruppo Cremonini la disolución del joint-venture Inalca-JBS, y haber recibido casi 219 millones de euros en concepto de restitución de las cuotas que representaban el 50 por ciento del capital social, el coloso brasileño del procesamiento de carne bovina invirtió 100 millones para adquirir el total del capital de la empresa italiana de embutidos Rigamonti.
Cuando las empresas comienzan a crecer sin ningún control, adquieren un poder inmenso a lo largo y ancho de la cadena productiva. Al final son siempre los trabajadores quienes pagan los platos rotos
Rigamonti, empresa líder en Italia en el sector de la producción de lonchas de carne de ternera curada (bresaola), produce alrededor de 7 mil toneladas de carne procesada por año y controla el 40 por ciento del mercado italiano. Tiene una facturación bruta de 130 millones de euros y exporta a 16 países en el mundo.
A través de JBS Italia opera también en el sector del procesamiento del cuero con distribución hacia Europa y Asia.
“Es increíble lo que está haciendo JBS en Brasil. Esto ocurre cuando no se ponen límites legales al crecimiento y al acaparamiento del mercado por parte de estos colosos transnacionales. Al final, son estas empresas las que terminan dictando e imponiendo sus propias reglas”, expresó a Sirel Umberto Franciosi, secretario provincial de la FLAI|CGIL en Modena, Italia.
Según Franciosi, resulta imprescindible la promoción e implementación de políticas antimonopolio, sobre todo cuando se trata del sector de la alimentación. “Cuando las empresas comienzan a crecer sin ningún control, adquieren un poder inmenso a lo largo y ancho de la cadena productiva. Al final son siempre los trabajadores quienes pagan los platos rotos”, dijo.
El dirigente sindical de la FLAI|CGIL consideró como “brutal y bárbara” la decisión de JBS-Friboi de despedir a más de 1.300 trabajadores sin ningún tipo de preaviso, ni de explicación.
“En un momento tan delicado como éste, es indispensable el aporte del gobierno brasileño para que contribuya de manera decidida a la búsqueda de una solución del conflicto”
La decisión de cerrar la planta de Presidente Epitácio, en el interior de São Paulo, está creando un gravísimo impacto social, ya que representa dos tercios de la economía de la ciudad.
También señaló la urgencia de que el gobierno brasileño, a través del Banco Nacional para el Desarrollo Económico y Social (BNDES) que cuenta con casi un tercio de las acciones de JBS, tome cartas en el asunto.
“En un momento tan delicado como éste es indispensable el aporte del gobierno brasileño, para que contribuya de manera decidida a la búsqueda de una solución del conflicto”, afirmó Franciosi.
El dirigente sindical de la FLAI reiteró la solidaridad y el apoyo incondicional de esta organización con la lucha de los trabajadores despedidos de JBS-Friboi, que ya la semana pasada iniciaron movilizaciones de protesta.
“La FLAI se solidariza con todos los trabajadores despedidos. Sabemos que son situaciones que exasperan los ánimos y nos preocupa lo que pueda ocurrir. Creemos que la patronal y el mismo gobierno deben recapacitar y buscar de inmediato una solución a esta situación”, concluyó Franciosi.
Cuando las empresas comienzan a crecer sin ningún control, adquieren un poder inmenso a lo largo y ancho de la cadena productiva. Al final son siempre los trabajadores quienes pagan los platos rotos
Rigamonti, empresa líder en Italia en el sector de la producción de lonchas de carne de ternera curada (bresaola), produce alrededor de 7 mil toneladas de carne procesada por año y controla el 40 por ciento del mercado italiano. Tiene una facturación bruta de 130 millones de euros y exporta a 16 países en el mundo.
A través de JBS Italia opera también en el sector del procesamiento del cuero con distribución hacia Europa y Asia.
“Es increíble lo que está haciendo JBS en Brasil. Esto ocurre cuando no se ponen límites legales al crecimiento y al acaparamiento del mercado por parte de estos colosos transnacionales. Al final, son estas empresas las que terminan dictando e imponiendo sus propias reglas”, expresó a Sirel Umberto Franciosi, secretario provincial de la FLAI|CGIL en Modena, Italia.
Según Franciosi, resulta imprescindible la promoción e implementación de políticas antimonopolio, sobre todo cuando se trata del sector de la alimentación. “Cuando las empresas comienzan a crecer sin ningún control, adquieren un poder inmenso a lo largo y ancho de la cadena productiva. Al final son siempre los trabajadores quienes pagan los platos rotos”, dijo.
El dirigente sindical de la FLAI|CGIL consideró como “brutal y bárbara” la decisión de JBS-Friboi de despedir a más de 1.300 trabajadores sin ningún tipo de preaviso, ni de explicación.
“En un momento tan delicado como éste, es indispensable el aporte del gobierno brasileño para que contribuya de manera decidida a la búsqueda de una solución del conflicto”
La decisión de cerrar la planta de Presidente Epitácio, en el interior de São Paulo, está creando un gravísimo impacto social, ya que representa dos tercios de la economía de la ciudad.
También señaló la urgencia de que el gobierno brasileño, a través del Banco Nacional para el Desarrollo Económico y Social (BNDES) que cuenta con casi un tercio de las acciones de JBS, tome cartas en el asunto.
“En un momento tan delicado como éste es indispensable el aporte del gobierno brasileño, para que contribuya de manera decidida a la búsqueda de una solución del conflicto”, afirmó Franciosi.
El dirigente sindical de la FLAI reiteró la solidaridad y el apoyo incondicional de esta organización con la lucha de los trabajadores despedidos de JBS-Friboi, que ya la semana pasada iniciaron movilizaciones de protesta.
“La FLAI se solidariza con todos los trabajadores despedidos. Sabemos que son situaciones que exasperan los ánimos y nos preocupa lo que pueda ocurrir. Creemos que la patronal y el mismo gobierno deben recapacitar y buscar de inmediato una solución a esta situación”, concluyó Franciosi.
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