Foto G. Trucchi | Rel-UITA |
La estructura de poder que dio el golpe sigue intacta
Por Giorgio Trucchi | Rel-UITA
El 28 de junio de 2009, Honduras sufrió una agresión en su orden constitucional que se ha profundizado en el transcurso de estos años. Bertha Oliva, coordinadora del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (Cofadeh), con quien nos une un largo camino de labores y resistencia, recuerda aquel día y analiza la situación del país nueve años después de aquel funesto día.
A pocas horas de llevarse a cabo una consulta popular no vinculante, para sondear el interés de la población en ser consultada sobre la necesidad o no de realizar reformas constitucionales, decenas de militares irrumpían disparando en la casa del entonces presidente Manuel Zelaya.
El mandatario fue capturado, obligado a subirse a un avión militar y desterrado a Costa Rica.
Aquella madrugada marcó un parteaguas en la historia reciente de Honduras.
El primer golpe del nuevo siglo, orquestado por los grupos fácticos nacionales con el apoyo de las fuerzas armadas y el beneplácito de Washington, derrumbaron la institucionalidad del país.
Nueve años después, Honduras sigue sumisa en una profunda crisis política, económica, social e institucional que está muy lejos de resolverse.
Por Giorgio Trucchi | Rel-UITA
El 28 de junio de 2009, Honduras sufrió una agresión en su orden constitucional que se ha profundizado en el transcurso de estos años. Bertha Oliva, coordinadora del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (Cofadeh), con quien nos une un largo camino de labores y resistencia, recuerda aquel día y analiza la situación del país nueve años después de aquel funesto día.
A pocas horas de llevarse a cabo una consulta popular no vinculante, para sondear el interés de la población en ser consultada sobre la necesidad o no de realizar reformas constitucionales, decenas de militares irrumpían disparando en la casa del entonces presidente Manuel Zelaya.
El mandatario fue capturado, obligado a subirse a un avión militar y desterrado a Costa Rica.
Aquella madrugada marcó un parteaguas en la historia reciente de Honduras.
El primer golpe del nuevo siglo, orquestado por los grupos fácticos nacionales con el apoyo de las fuerzas armadas y el beneplácito de Washington, derrumbaron la institucionalidad del país.
Nueve años después, Honduras sigue sumisa en una profunda crisis política, económica, social e institucional que está muy lejos de resolverse.