Foto G. Trucchi | LINyM |
Por Edwin Sánchez
Hay posiciones extremas tanto en el exterior como en nuestro mismo país. Y los extremos, es ley, siempre se juntan, sobre todo en las falacias para validar a como sea, y al precio que sea, su visión hegemónica.
Es, en suma, una imposición de su atraso ideológico y del que toda la nación está obligada a subordinarse. Por ejemplo, debe de asumirse como verdad infalible su unilateral discurso sobre la democracia. Esta gira a su alrededor; se proclaman depositarios de sus valores pero dejan por fuera al principal actor: el pueblo.
Es, en suma, una imposición de su atraso ideológico y del que toda la nación está obligada a subordinarse. Por ejemplo, debe de asumirse como verdad infalible su unilateral discurso sobre la democracia. Esta gira a su alrededor; se proclaman depositarios de sus valores pero dejan por fuera al principal actor: el pueblo.