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Por Marvin Palacios-Defensores en Línea
Los informes situacionales realizados por el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH) aunados a la incidencia de investigadores e intelectuales estadounidenses en los últimos años generó que 94 congresistas solicitaran el cese de la ayuda económica del Departamento de Estado que es dirigida a la policía y al ejército de Honduras.
En una carta enviada el 12 de marzo a la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, los congresistas denunciaron que los defensores de los derechos humanos, periodistas, líderes comunitarios y de la oposición están sujetos a “amenazas de muerte, ataques y ejecuciones extrajudiciales”.
Los informes situacionales realizados por el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH) aunados a la incidencia de investigadores e intelectuales estadounidenses en los últimos años generó que 94 congresistas solicitaran el cese de la ayuda económica del Departamento de Estado que es dirigida a la policía y al ejército de Honduras.
En una carta enviada el 12 de marzo a la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, los congresistas denunciaron que los defensores de los derechos humanos, periodistas, líderes comunitarios y de la oposición están sujetos a “amenazas de muerte, ataques y ejecuciones extrajudiciales”.
“Estados Unidos debe suspender su asistencia militar a Honduras, ante la ausencia de un serio compromiso para frenar los abusos de los derechos humanos”, investigar los crímenes y enjuiciar a los responsables, dijeron en la misiva, encabezada por la legisladora demócrata de Illinois, Jan Schakowsky.
En su visita a Honduras y después de entrevistarse con Bertha Oliva prominente defensora de derechos humanos y Coordinadora General del COFADEH el 13 de noviembre de 2009, Schakowsky denunció una escalada de graves violaciones a los derechos humanos en Honduras.
La parlamentaria demócrata que visitó el país para conocer de primera mano todos los hechos relacionados a la persecución política, los crímenes de lesa humanidad y los atentados a la libertad de expresión y libertad de prensa, hizo revelaciones que arrojaron el calificativo de “graves”.
Una semana antes de la visita de la congresista estadounidense a Honduras, Bertha Oliva, presentó un informe de las graves violaciones de derechos humanos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y se entrevistó con varios congresistas demócratas en Washington, Estados Unidos.
La visita de la defensora de derechos humanos a Washington generó la atención de la parlamentaria demócrata Jan Schakowsky que días después decidió arribar a Honduras para enterarse in situ, de la situación de las violaciones a los derechos humanos de viva voz de las víctimas de la represión del gobierno de facto.
Las apreciaciones de la diputada de Estados Unidos no se quedaron ahí, porque en los primeros días de marzo de este año, ella junto a 93 líderes de la Cámara de Representantes demandaron al Departamento de Estado de Estados Unidos el cese de la ayuda destinada a policías y militares en Honduras, por considerar que no existe un serio compromiso del régimen de Porfirio Lobo Sosa de frenar las múltiples violaciones a los derechos humanos que se cometen en este país.
El gobierno de facto y el actual régimen de Honduras han enviado varias delegaciones a Estados Unidos para tratar de ocultar la realidad del país y mentir ante la opinión pública estadounidense, pero no han podido contra la incidencia de personalidades de este país del norte, que han informado objetivamente de la grave situación de derechos humanos.
Para el caso la antropóloga Adrienne Pine de la American University localizada en Washington, Distrito Central, fue una de las ciudadanas que junto a otras personalidades han incidido para que el pueblo norteamericano conozca la realidad de los derechos humanos en Honduras.
En diálogo con defensoresenlínea.com, Pine dijo que en cada paso que da el Departamento de Estado ha hecho todo para obviar, para esconder las violaciones de derechos humanos del mismo gobierno que esta apoyando al decir que el gobierno de Porfirio Lobo Sosa es el que más respeta los derechos humanos enviando cada vez ayuda policíaca y militar por medio del Sistema de Integración Centroamericano (SICA) y por medio de diferentes fuentes, bajo la justificación que se está combatiendo las drogas y la criminalidad.
“Pero la violencia, si vemos estadísticamente es claro que viene a raíz del golpe, a raíz de la misma impunidad que los Estados Unidos han protagonizado con su Comisión de La Verdad y la Reconciliación”, señaló Pine.
La antropóloga estadounidense considera que en realidad no ha habido ninguna reconciliación, eso lo sabemos y no ha habido ningún respeto para los derechos humanos, sin embargo utilizan ese discurso para engañar a los ciudadanos estadounidenses que muy poco saben de Honduras y se engañan.
“En referencia a la carta de los 94 congresistas y también la otra carta de los senadores, la vocera del Departamento de Estado fue consultada acerca de lo que pensaba sobre la misiva que era muy fuerte, pues exigía el cese de la ayuda militar y policíaca, la vocera respondió que estaban en contra de suspender toda la ayuda a Honduras porque necesitan ayuda humanitaria, o sea que a propósito mintió sobre lo que estaba exigiendo la carta para engañar al público y a los minutos salieron artículos en La Tribuna y en El Heraldo diciendo no se preocupen los Estados Unidos no van a suspender la ayuda humanitaria, o sea que es todo un trabajo organizado para engañar a los dos pueblos”, advirtió la antropóloga.
Una publicación difundida el 5 de febrero de 2012 en Estados Unidos por la historiadora de la Universidad de California, Dana Frank califica la política exterior de Estados Unidos como un desastre al haber apoyado al régimen de Porfirio Lobo Sosa.
Frank escribió en aquella oportunidad que desde el golpe de Estado del 28 de junio del 2009, que derrocó al presidente democráticamente electo de Honduras, José Manuel Zelaya, el país ha ido descendiendo al abismo en materia de derechos humanos y de la seguridad ciudadana.
Ese abismo, en buena medida, ha sido creado por el Departamento de Estado. Los titulares noticiosos han estado llenos de historias de horror sobre Honduras. De acuerdo con las Naciones Unidas este país ahora tiene la mayor tasa mundial de homicidios y San Pedro Sula, la segunda ciudad, es más peligrosa que la Ciudad Juárez, en México, que ha sido centro para la violencia del narcotráfico.
El artículo resaltó que es hora de reconocer el desastre que la política exterior de los Estados Unidos ha producido en Honduras, al haber apoyado la administración de Porfirio Lobo.
Gran parte de la prensa en los Estados Unidos ha atribuido esta violencia únicamente al tráfico de drogas y a las pandillas, pero, en realidad, el golpe de Estado fue lo que abrió las puertas del enorme incremento en el tráfico de drogas y la violencia, y desató una ola continua de represión estatal.
En un párrafo del artículo Dana Frank dijo: “El presidente Obama reconoció rápidamente la victoria del Sr. Lobo, aun cuando no lo hizo la mayoría de países latinoamericanos. El gobierno del señor Lobo es, de hecho, un hijo del golpe de Estado: conserva la mayor parte de las figuras militares que perpetraron el golpe de Estado, y nadie ha sido encarcelado.
Esta cadena de hechos –un golpe de Estado que los Estados Unidos no detuvieron, por el contrario, aceptaron unas elecciones fraudulentas – ha permitido el brote de la corrupción. El sistema judicial no funciona. Prevalece la impunidad. Al menos 34 miembros de la oposición han desaparecido o han sido asesinados y más de 300 personas han sido asesinadas por las fuerzas de seguridad del Estado desde el golpe de Estado, de acuerdo con la principal organización de derechos humanos COFADEH. Al menos 13 periodistas han sido asesinados desde que el Sr. Lobo asumió el cargo, según el Comité para la Protección de los Periodistas.
Se cree que la policía, en Tegucigalpa, la capital, mató al hijo de Julieta Castellanos, rectora de la universidad más grande del país, y a un amigo, el 22 de octubre de 2011.
Altos funcionarios de la policía rápidamente admitieron que los sospechosos eran policías, pero no lograron detenerlos de inmediato. Cuando algunas figuras prominentes denunciaron que la policía estaba llena de escuadrones de la muerte y narcotraficantes, el acusador más famoso era un ex comisario de policía, Alfredo Landaverde. Fue asesinado el 7 de diciembre. Sólo ahora el gobierno ha comenzado a realizar arrestos significativos de oficiales de policía, destacó el análisis de la historia estadounidense de la Universidad de California.
En su visita a Honduras y después de entrevistarse con Bertha Oliva prominente defensora de derechos humanos y Coordinadora General del COFADEH el 13 de noviembre de 2009, Schakowsky denunció una escalada de graves violaciones a los derechos humanos en Honduras.
La parlamentaria demócrata que visitó el país para conocer de primera mano todos los hechos relacionados a la persecución política, los crímenes de lesa humanidad y los atentados a la libertad de expresión y libertad de prensa, hizo revelaciones que arrojaron el calificativo de “graves”.
Una semana antes de la visita de la congresista estadounidense a Honduras, Bertha Oliva, presentó un informe de las graves violaciones de derechos humanos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y se entrevistó con varios congresistas demócratas en Washington, Estados Unidos.
La visita de la defensora de derechos humanos a Washington generó la atención de la parlamentaria demócrata Jan Schakowsky que días después decidió arribar a Honduras para enterarse in situ, de la situación de las violaciones a los derechos humanos de viva voz de las víctimas de la represión del gobierno de facto.
Las apreciaciones de la diputada de Estados Unidos no se quedaron ahí, porque en los primeros días de marzo de este año, ella junto a 93 líderes de la Cámara de Representantes demandaron al Departamento de Estado de Estados Unidos el cese de la ayuda destinada a policías y militares en Honduras, por considerar que no existe un serio compromiso del régimen de Porfirio Lobo Sosa de frenar las múltiples violaciones a los derechos humanos que se cometen en este país.
El gobierno de facto y el actual régimen de Honduras han enviado varias delegaciones a Estados Unidos para tratar de ocultar la realidad del país y mentir ante la opinión pública estadounidense, pero no han podido contra la incidencia de personalidades de este país del norte, que han informado objetivamente de la grave situación de derechos humanos.
Para el caso la antropóloga Adrienne Pine de la American University localizada en Washington, Distrito Central, fue una de las ciudadanas que junto a otras personalidades han incidido para que el pueblo norteamericano conozca la realidad de los derechos humanos en Honduras.
En diálogo con defensoresenlínea.com, Pine dijo que en cada paso que da el Departamento de Estado ha hecho todo para obviar, para esconder las violaciones de derechos humanos del mismo gobierno que esta apoyando al decir que el gobierno de Porfirio Lobo Sosa es el que más respeta los derechos humanos enviando cada vez ayuda policíaca y militar por medio del Sistema de Integración Centroamericano (SICA) y por medio de diferentes fuentes, bajo la justificación que se está combatiendo las drogas y la criminalidad.
“Pero la violencia, si vemos estadísticamente es claro que viene a raíz del golpe, a raíz de la misma impunidad que los Estados Unidos han protagonizado con su Comisión de La Verdad y la Reconciliación”, señaló Pine.
La antropóloga estadounidense considera que en realidad no ha habido ninguna reconciliación, eso lo sabemos y no ha habido ningún respeto para los derechos humanos, sin embargo utilizan ese discurso para engañar a los ciudadanos estadounidenses que muy poco saben de Honduras y se engañan.
“En referencia a la carta de los 94 congresistas y también la otra carta de los senadores, la vocera del Departamento de Estado fue consultada acerca de lo que pensaba sobre la misiva que era muy fuerte, pues exigía el cese de la ayuda militar y policíaca, la vocera respondió que estaban en contra de suspender toda la ayuda a Honduras porque necesitan ayuda humanitaria, o sea que a propósito mintió sobre lo que estaba exigiendo la carta para engañar al público y a los minutos salieron artículos en La Tribuna y en El Heraldo diciendo no se preocupen los Estados Unidos no van a suspender la ayuda humanitaria, o sea que es todo un trabajo organizado para engañar a los dos pueblos”, advirtió la antropóloga.
Una publicación difundida el 5 de febrero de 2012 en Estados Unidos por la historiadora de la Universidad de California, Dana Frank califica la política exterior de Estados Unidos como un desastre al haber apoyado al régimen de Porfirio Lobo Sosa.
Frank escribió en aquella oportunidad que desde el golpe de Estado del 28 de junio del 2009, que derrocó al presidente democráticamente electo de Honduras, José Manuel Zelaya, el país ha ido descendiendo al abismo en materia de derechos humanos y de la seguridad ciudadana.
Ese abismo, en buena medida, ha sido creado por el Departamento de Estado. Los titulares noticiosos han estado llenos de historias de horror sobre Honduras. De acuerdo con las Naciones Unidas este país ahora tiene la mayor tasa mundial de homicidios y San Pedro Sula, la segunda ciudad, es más peligrosa que la Ciudad Juárez, en México, que ha sido centro para la violencia del narcotráfico.
El artículo resaltó que es hora de reconocer el desastre que la política exterior de los Estados Unidos ha producido en Honduras, al haber apoyado la administración de Porfirio Lobo.
Gran parte de la prensa en los Estados Unidos ha atribuido esta violencia únicamente al tráfico de drogas y a las pandillas, pero, en realidad, el golpe de Estado fue lo que abrió las puertas del enorme incremento en el tráfico de drogas y la violencia, y desató una ola continua de represión estatal.
En un párrafo del artículo Dana Frank dijo: “El presidente Obama reconoció rápidamente la victoria del Sr. Lobo, aun cuando no lo hizo la mayoría de países latinoamericanos. El gobierno del señor Lobo es, de hecho, un hijo del golpe de Estado: conserva la mayor parte de las figuras militares que perpetraron el golpe de Estado, y nadie ha sido encarcelado.
Esta cadena de hechos –un golpe de Estado que los Estados Unidos no detuvieron, por el contrario, aceptaron unas elecciones fraudulentas – ha permitido el brote de la corrupción. El sistema judicial no funciona. Prevalece la impunidad. Al menos 34 miembros de la oposición han desaparecido o han sido asesinados y más de 300 personas han sido asesinadas por las fuerzas de seguridad del Estado desde el golpe de Estado, de acuerdo con la principal organización de derechos humanos COFADEH. Al menos 13 periodistas han sido asesinados desde que el Sr. Lobo asumió el cargo, según el Comité para la Protección de los Periodistas.
Se cree que la policía, en Tegucigalpa, la capital, mató al hijo de Julieta Castellanos, rectora de la universidad más grande del país, y a un amigo, el 22 de octubre de 2011.
Altos funcionarios de la policía rápidamente admitieron que los sospechosos eran policías, pero no lograron detenerlos de inmediato. Cuando algunas figuras prominentes denunciaron que la policía estaba llena de escuadrones de la muerte y narcotraficantes, el acusador más famoso era un ex comisario de policía, Alfredo Landaverde. Fue asesinado el 7 de diciembre. Sólo ahora el gobierno ha comenzado a realizar arrestos significativos de oficiales de policía, destacó el análisis de la historia estadounidense de la Universidad de California.
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