Por Ida Garberi
El gobierno ilegal de Porfirio Lobo en Honduras pensó bien al impulsar en el Congreso el instrumento truculento “Visión de País 2010-2038” y un “Plan de la Nación 2010-2022” (VP-NP), en lo que prácticamente hasta el 2038 se trata de evitar cualquier cambio de gobierno que pudiera estar a favor del pueblo, de los menos afortunados, y que sobre todo las clases más pobres no tengan ninguna oportunidad de participar en la decisión de su destino.
Tal vez, asustado por la posibilidad cada día más tangible de una Asamblea Constituyente convocada por el soberano y construida por todas las voces de la sociedad hondureña, Porfirio, el lobo vestido de oveja, se mandó a correr redactando este decreto, una herramienta que los sectores dominantes del país, con el respaldo de teorías neoliberales asesinas, utilizan para engañar el pueblo, para que crea que se trata de proyectos innovadores para el desarrollo de la sociedad hondureña. Además, hay evidencia que este supuesto “Plan…” no es más que una copia de un programa de la USAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional) y el COHEP (Consejo Hondureño de la Empresa Privada) para tomar control de los recursos naturales, como ya lo han hecho con los decretos del fin de semana, que “legalizan” la instalación de cientos de represas a nivel nacional.
El temor de que el soberano al fin pueda ser tal y que la refundación del Estado se cumpla, está incluido en el mismo documento, (página 47), donde dice textualmente: “…se corre el riesgo de que los procesos democráticos sean, por varias razones, considerados como “absolutistas” y reclamen, de tiempo en tiempo, procesos de refundación como expresión de la necesidad de redistribuir el poder e imponer nuevas correlaciones de fuerzas”.
Pero, lo siento, no entiendo: si el poder constituyente es del pueblo (incluso, la Constitución de Honduras de 1982, escrita por Negroponte, ¡¡¡afirma que el pueblo es el soberano!!!), el mismo tiene el derecho a cambiar sus leyes hasta el infinito, en una sociedad democrática, siempre que lo desee. ... y si no se puede utilizar la vía democrática, el pueblo unido, tendrá al final que considerar la forma más conveniente, cuando las fuerzas actualmente en el poder evitan que pueda decidir sobre su destino.
Otra vez tenemos que recordar a este gobierno opresor y usurpador que el pueblo hondureño no aceptará nunca más callarse ante Su Majestad, los EE.UU., y por esto está pagando el alto precio de la rebelión, contando un gran numero de mártires asesinados por los gorilas golpistas, que tienen miedo a perder terreno en el poder absoluto.
El oportunismo de este gobierno es típico de todos los fascistas; utilizar las herramientas de la izquierda, su mismo lenguaje, dándole connotaciones y matices que sirven para enmascarar los verdaderos objetivos neoliberales… ¡se derogó la ley del “Poder Ciudadano” porque el pueblo puede sólo colaborar con el Estado, nunca ser verdadero autor de su futuro!
Otra declaración que podemos definir casi ridícula en esta “Visión de País 2010-2038” y “Plan de la Nación 2010-2022”, es cuando intercambian los papeles, donde la oligarquía culpa la Resistencia de la inestabilidad en el país (claramente, el pueblo hondureño debe seguir siendo el mismo de todos los otros golpes de estado, sumiso y silencioso, trabajando como esclavo): “existe el riesgo de que los procesos nacionales de acceso al poder estén, cada vez más, confrontando el peligro de la inserción de grupos de presión, legales e ilegales, que colocarían en la cúpula del sistema democrático a personas no representativas de los intereses del colectivo social hondureño” (VP-PN, p. 45). Bueno, aquí, por lo menos, Lobo es honesto y admite que un candidato del pueblo, si es consecuente de verdad, no podrá apoyar nunca el interés privado de las diez familias oligarcas que siempre están acostumbradas a hacer lo que quieran del país.
Y aquí está la solución: es decir, se utiliza la palabra resistencia para confundir a las masas, y hacer que parezca que el estado es el verdadero defensor de los derechos... pero no del pueblo, digo yo, si no de la oligarquía:
“En lugar de ser un elemento potencial de crisis, el Estado debe convertirse en una fuente de fortaleza, …y resistir las demandas de los grupos de presión de todo tipo, que buscan aumentar su participación en la asignación de recursos públicos” (VP-NP, p.119).
Además, el decreto nos advierte que se están preparando para la privatización de bienes públicos como el agua; de hecho, declama la libertad del privado sobre el estado, para confirmar que se va a incrementar aún más la brecha entre ricos y pobres: “El estado realizará acciones hacia el desarrollo únicamente en situaciones en las cuales los particulares no puedan hacerlo adecuadamente, sea por imposibilidad o por cualquier otra razón” (VP-NP, p.16).
En resumen, el decreto VP-NP quiere mantener el poder, por siete períodos de gobierno consecutivos, en manos de la oligarquía, el único factor responsable y pensante en el país (según el Gobierno de Lobo), que debe dirigir el pueblo confundido, que no sabe tener líderes que lo representan.
Además, no toca las cuestiones más sensibles y más grave que enfrenta el país, como la falta de respeto de los derechos humanos, la reforma agraria, el saqueo de los recursos naturales, los sectores más pobres y vulnerables, la lucha contra la corrupción... sólo por nombrar unos pocos.
Mientras tanto, todo está tranquilo por la comunidad internacional que todavía no quiere ver a los mártires de este golpe de estado fascista y prefiere mirar por otro lado. Los últimos que fueron asesinados eran dos periodistas: ¿donde terminará la libertad de expresión? ¿Dónde está la SIP (Sociedad Interamericana de Periodismo) y donde está Reporteros sin fronteras? ¿Tal vez demasiados ocupados denunciando la supuesta falta de libertad de libre expresión en Cuba?
Me pregunto: el problema “Honduras” ¿ya no es noticia?
El gobierno ilegal de Porfirio Lobo en Honduras pensó bien al impulsar en el Congreso el instrumento truculento “Visión de País 2010-2038” y un “Plan de la Nación 2010-2022” (VP-NP), en lo que prácticamente hasta el 2038 se trata de evitar cualquier cambio de gobierno que pudiera estar a favor del pueblo, de los menos afortunados, y que sobre todo las clases más pobres no tengan ninguna oportunidad de participar en la decisión de su destino.
Tal vez, asustado por la posibilidad cada día más tangible de una Asamblea Constituyente convocada por el soberano y construida por todas las voces de la sociedad hondureña, Porfirio, el lobo vestido de oveja, se mandó a correr redactando este decreto, una herramienta que los sectores dominantes del país, con el respaldo de teorías neoliberales asesinas, utilizan para engañar el pueblo, para que crea que se trata de proyectos innovadores para el desarrollo de la sociedad hondureña. Además, hay evidencia que este supuesto “Plan…” no es más que una copia de un programa de la USAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional) y el COHEP (Consejo Hondureño de la Empresa Privada) para tomar control de los recursos naturales, como ya lo han hecho con los decretos del fin de semana, que “legalizan” la instalación de cientos de represas a nivel nacional.
El temor de que el soberano al fin pueda ser tal y que la refundación del Estado se cumpla, está incluido en el mismo documento, (página 47), donde dice textualmente: “…se corre el riesgo de que los procesos democráticos sean, por varias razones, considerados como “absolutistas” y reclamen, de tiempo en tiempo, procesos de refundación como expresión de la necesidad de redistribuir el poder e imponer nuevas correlaciones de fuerzas”.
Pero, lo siento, no entiendo: si el poder constituyente es del pueblo (incluso, la Constitución de Honduras de 1982, escrita por Negroponte, ¡¡¡afirma que el pueblo es el soberano!!!), el mismo tiene el derecho a cambiar sus leyes hasta el infinito, en una sociedad democrática, siempre que lo desee. ... y si no se puede utilizar la vía democrática, el pueblo unido, tendrá al final que considerar la forma más conveniente, cuando las fuerzas actualmente en el poder evitan que pueda decidir sobre su destino.
Otra vez tenemos que recordar a este gobierno opresor y usurpador que el pueblo hondureño no aceptará nunca más callarse ante Su Majestad, los EE.UU., y por esto está pagando el alto precio de la rebelión, contando un gran numero de mártires asesinados por los gorilas golpistas, que tienen miedo a perder terreno en el poder absoluto.
El oportunismo de este gobierno es típico de todos los fascistas; utilizar las herramientas de la izquierda, su mismo lenguaje, dándole connotaciones y matices que sirven para enmascarar los verdaderos objetivos neoliberales… ¡se derogó la ley del “Poder Ciudadano” porque el pueblo puede sólo colaborar con el Estado, nunca ser verdadero autor de su futuro!
Otra declaración que podemos definir casi ridícula en esta “Visión de País 2010-2038” y “Plan de la Nación 2010-2022”, es cuando intercambian los papeles, donde la oligarquía culpa la Resistencia de la inestabilidad en el país (claramente, el pueblo hondureño debe seguir siendo el mismo de todos los otros golpes de estado, sumiso y silencioso, trabajando como esclavo): “existe el riesgo de que los procesos nacionales de acceso al poder estén, cada vez más, confrontando el peligro de la inserción de grupos de presión, legales e ilegales, que colocarían en la cúpula del sistema democrático a personas no representativas de los intereses del colectivo social hondureño” (VP-PN, p. 45). Bueno, aquí, por lo menos, Lobo es honesto y admite que un candidato del pueblo, si es consecuente de verdad, no podrá apoyar nunca el interés privado de las diez familias oligarcas que siempre están acostumbradas a hacer lo que quieran del país.
Y aquí está la solución: es decir, se utiliza la palabra resistencia para confundir a las masas, y hacer que parezca que el estado es el verdadero defensor de los derechos... pero no del pueblo, digo yo, si no de la oligarquía:
“En lugar de ser un elemento potencial de crisis, el Estado debe convertirse en una fuente de fortaleza, …y resistir las demandas de los grupos de presión de todo tipo, que buscan aumentar su participación en la asignación de recursos públicos” (VP-NP, p.119).
Además, el decreto nos advierte que se están preparando para la privatización de bienes públicos como el agua; de hecho, declama la libertad del privado sobre el estado, para confirmar que se va a incrementar aún más la brecha entre ricos y pobres: “El estado realizará acciones hacia el desarrollo únicamente en situaciones en las cuales los particulares no puedan hacerlo adecuadamente, sea por imposibilidad o por cualquier otra razón” (VP-NP, p.16).
En resumen, el decreto VP-NP quiere mantener el poder, por siete períodos de gobierno consecutivos, en manos de la oligarquía, el único factor responsable y pensante en el país (según el Gobierno de Lobo), que debe dirigir el pueblo confundido, que no sabe tener líderes que lo representan.
Además, no toca las cuestiones más sensibles y más grave que enfrenta el país, como la falta de respeto de los derechos humanos, la reforma agraria, el saqueo de los recursos naturales, los sectores más pobres y vulnerables, la lucha contra la corrupción... sólo por nombrar unos pocos.
Mientras tanto, todo está tranquilo por la comunidad internacional que todavía no quiere ver a los mártires de este golpe de estado fascista y prefiere mirar por otro lado. Los últimos que fueron asesinados eran dos periodistas: ¿donde terminará la libertad de expresión? ¿Dónde está la SIP (Sociedad Interamericana de Periodismo) y donde está Reporteros sin fronteras? ¿Tal vez demasiados ocupados denunciando la supuesta falta de libertad de libre expresión en Cuba?
Me pregunto: el problema “Honduras” ¿ya no es noticia?
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