Por Luis Méndez
La segunda movilización de las antorchas en Tegucigalpa es la crónica
del cansancio, de la frustración y la rabia contenida, pero también de la
dignidad y la esperanza de un pueblo que ha sido sometido al despojo
por parte de la clase política, la misma clase política a quien
históricamente le ha confiado su presente y su futuro.
(Texto) Los últimos tres actos de la inmundicia política y la respuesta de la ciudadanía en las calles.
- Cuando Pepe Lobo (con una de sus acostumbradas muecas que parece que es su forma de reír) apareció públicamente diciendo: "Yo sabía lo del Seguro, pero me quedé callado para no perjudicar al partido y para no afectar la democracia", porque la democracia para ellos es eso, robar y robar.
- Después, cuando el periodista David Romero divulgó los cheques a nombre del partido Nazional y ya no pudieron contener el escándalo, (en eso tenemos que tener claridad, nos enteramos no porque los órganos contralores del Estado hicieran su trabajo, al contrario, han ocultado y protegido a los verdaderos culpables, afortunadamente la verdad es tan abrumadora que igual la sabemos, por supuesto no es la verdad oficial).
Entonces pusieron uno de sus más representativos diputados a que leyera un entuerto de esos que ellos están tan acostumbrados. Este fue más allá que su ex presidente, no solo se refirió a un hecho concreto, sino que emitió un juicio de valor: "Y es que solo la corrupción de nosotros es mala, la de ellos es buena".
Esta frase, en medio de su torpeza, retrata muy bien a la clase política que ha detentado el poder por más de un siglo, pero sobre todo a estos últimos, que se muestran ante el pueblo con una arrogancia y un cinismo de campeones de la inmundicia.
- La más reciente ocasión para hacer gala de esa inmundicia fue el informe de la comisión nombrada por el congreso, supuestamente para investigar la corrupción en el IHSS. En ejercicio del sano juicio, nadie desde la ciudadanía podía tener expectativas en ese informe, pero la patraña con la que salieron también supera la perversidad y la mofa con que usualmente tratan a la ciudadanía.
Afortunadamente ha tenido el efecto contrario, la respuesta de la ciudadanía ha sido por demás contundente y clara: “NO LOS AGUANTAMOS MAS”.
Hay mucho que analizar al respecto, pero por ahora, observemos el video y reflexionemos alrededor de los siguientes pasos para rescatar el país, y más allá: RESCATAR TAMBIEN LA POLITICA.
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