El partido FMLN repudió este fin de semana los múltiples asesinatos
de miembros de su militancia que, aunque las causas no han sido
esclarecidas, autoridades los han adjudicado a la alza de asesinatos
perpetrados por pandillas en los últimos meses.
De acuerdo a versiones policiales, Landaverde habría sido atacado por
miembros de la pandilla 18, cuando regresaba de dejar a su hijo en la
escuela, a pocos metros de su casa de habitación, en el Plan del Pito,
Mejicanos.
Al respecto, la dirigencia efemelenista calificó el crimen como un
acto “cobarde” de las pandillas, al atacarlo a disparos, sin ninguna
oportunidad de defensa.
Landaverde Lara fue abatido a balazos por sujetos armados que supuestamente le estaban esperando para asesinarlo.
“Exigimos a la Fiscalía General una pronta y exhaustiva investigación
a fin de determinar con exactitud los móviles y los responsables de
este crimen para que con el esclarecimiento de los hechos sean juzgados y
castigados.”, señaló la Comisión Política del FMLN, a través de un
comunicado de prensa.
El asesinato de Landaverde Lara también se suma a la muerte del
exguerrillero y presidente de la Asociación de Lisiados de Guerra de El
Salvador (ALGES), Israel Quintanilla y su hijastro, Carlos Zavala,
quienes fueron secuestrados y ultimados con arma de fuego, según
informaron directivos de la organización.
Quintanilla recibió cuatro impactos de bala en el tórax y fue lanzado
al río San Jerónimo, en el municipio de Tecoluca, San Vicente, mientras
que su hijo fue encontrado con dos disparos también a la altura del
tórax, a unos cuantos metros de donde yacía el cuerpo de su padre.
Quintanilla, formó parte de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL)
durante el conflicto armado de El Salvador y aunque dirigentes y
militantes del FMLN han exigido esclarecer su caso, autoridades siguen
sin conocer el móvil del crimen.
Inicialmente, la muerte de Quintanilla fue adjudicada a un posible
ataque por extorsión, pero también se filtró la posibilidad de que el ex
combatiente fuera asesinado por presuntamente brindar ilegalmente
armamento a grupos de pandillas, aunque posteriormente fue descartado
por sus compañeros de ALGES.
También vinculada a la militancia del partido estaba Magdalena Torres
que fue asesinada el fin de semana pasado en Tonacatepeque, también por
ataques de pandillas. Ella había sido candidata a concejal por el
partido FMLN para las elecciones municipales y legislativas que se
celebraron en marzo de este año.
Para la diputada oficialista, Nidia Díaz, aunque estos ataques forman
parte de la oleada de violencia que atraviesa El Salvador, no puede
descartarse que sea parte de un plan de desestabilización política
impulsada en los últimos meses por sectores de oposición.
Sin embargo, la diputada aseguró que han insistido a las autoridades
correspondientes ahondar en las causas de estos asesinatos, que ya
sumarían al menos cinco en la última semana.
El asesinato de dos agentes del Cuerpo de Agentes Metropolitanos
(CAM), este sábado, también fue mencionado por Díaz como un caso de la
militancia afín a su partido.
Los agentes fueron reconocidos como José Santos García y José
Guillermo Barrera, ambos atacados por varios sujetos, aun no
identificados, mientras se dirigían en un autobús que recorría entre
Tenancingo y Suchitoto, ambos municipios de Cuscatlán. Otro caso de
activistas del FMLN también fue registrado en Ilopango.
De acuerdo con la versión policial, tanto García como Barrera ya
habían recibido amenazas de supuestos miembros de pandillas por
pertenecer al cuerpo de seguridad de la ciudad.
“Nos solidarizamos con las familias y les expresamos nuestra firme
determinación y compromiso para continuar luchando por la justicia para
que estos hechos de violencia no sigan causando dolor a la familia
salvadoreña”, agregaron dirigentes efemelenistas.
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