Por Red Jubileo Sur
La
Red Jubileo Sur, desde su constitución en el año 1999, asumió la tarea de
aportar a la profundización de la relación existente entre
la deuda financiera ilegítima reclamada a nuestros países, y la generación de
Deudas Históricas, Sociales y Ecológicas.
Desde
el inicio de la era colonial, el Norte global –a través de sus gobiernos,
corporaciones e instituciones
financieras- han explotado y saqueado la riqueza, bienes naturales, saberes,
trabajo y vida de los pueblos del Sur.
En
este camino que hemos venido haciendo, junto a redes y movimientos aliados, el
reconocimiento de la Deuda Ecológica asumió mayor prioridad debido a su
agravamiento. La puesta en marcha, por parte de gobiernos y empresas
multinacionales y multilatinas, de mega-proyectos y mega-eventos financiados por
el endeudamiento público fomentado por las Instituciones Financieras
Internacionales (IFIs) y los bancos privados, generó innumerables impactos,
muchos de ellos de manera irreversible, sobre los ecosistemas, el clima y la
biodiversidad del Planeta y los derechos de las comunidades, las personas y la
Naturaleza.
El
concepto de Deuda Ecológica se profundizó primero con la observación de la responsabilidad
histórica de los países del Norte por la degradación ambiental en la Conferencia de las Naciones Unidas por el
Medio Ambiente y el Desarrollo -Rio
´92–. Y, luego, con el principio de responsabilidades comunes pero
diferenciadas de la Convención Marco de
las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Sin embargo, este principio solo quedó en el papel, pues
los culpables del problema, los generadores de la
Deuda Climática, siguen evadiendo sus responsabilidades históricas y
actuales.
Las
discusiones sobre clima en la COP 15 en Copenhague (2009) y el siguiente acuerdo
en la COP 16 en Cancún (2010), así como otros procesos de negociaciones
internacionales, pusieron en evidencia la captura corporativa de estos espacios
multilaterales. Confirmaron el poder del mercado y los grandes intereses
geopolíticos sobre las decisiones de la inmensa mayoría de los países
periféricos, dejando de lado por completo el derecho democrático de los pueblos
a expresarse y ser tenidos en cuenta a la hora de tomar decisiones que los
afectan de manera directa. Desconocieron así los Acuerdos de los Pueblos de
Cochabamba,
resultado
de la Cumbre de los
de los Pueblos sobre Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra (2010), donde
participaron más de 35.000 representantes de movimientos y organizaciones
sociales de 140 países.
Los
gobiernos de los países del Sur, en las negociaciones del clima, no han
sostenido un posicionamiento político sólido frente a los países más
industrializados para visibilizar así su responsabilidad en el agravamiento de
esta crisis y en la generación de una deuda con la Naturaleza y los pueblos,
sobre todo del Sur global. El gobierno de Bolivia, junto a otros pocos, fue
quien se atrevió a exigir que el Norte salde la enorme Deuda Ecológica que tiene
con el Sur, en lugar de seguir exigiendo el pago de una deuda externa
marcadamente ilegítima, pero fue dejado de lado y excluido en las negociaciones
marco.
Con
las perspectivas que se tienen hoy día, nada hace pensar que en la COP 17 en
Durbán (2011) se pueda modificar el actual direccionamiento de mercantilización
de las negociaciones, de desatención a las verdaderas causas del calentamiento
global y de retroceso en el establecimiento de obligaciones de corte de
emisiones suficientes y vinculantes. Al contrario, los Derechos Humanos y de la
Naturaleza, se encuentran en un estado de gran indefensión y vulnerabilidad
frente a los acuerdos que se pretenden alcanzar e implementar de la mano de las
“falsas soluciones” que solo van a
profundizar el problema en vez de resolverlo.
Nuevas “soluciones” para sostener el
sistema
Desde
los años 70 hasta ahora, el capitalismo ha buscado nuevas formas para superar
sus crisis de sobre-producción, sobre-valorización del capital, del crecimiento
económico y de la tasa de ganancias. Algunas de estas “soluciones” fueron los planes de ajuste
estructural, privatizaciones, apertura indiscriminada de los mercados, el lucro
perpetuo por procesos usureros de endeudamiento o el constante saqueo del
trabajo humano y de las bases materiales, principalmente en los países del Sur,
para garantizar el crecimiento y la acumulación capitalista. Es un proceso
propio del neoliberalismo, conocido como el “take, don't make” o ¨sacar pero no hacer¨. Sin embargo, no
les es suficiente. Hoy, no solo quieren expandir esas mismas políticas, sino que
también quieren lucrar con la crisis económica, alimentaria y ecológica que han
provocado, con la creación de nuevas mercancías y con las “falsas soluciones” al Cambio
Climático.
Esto
implica una mercantilización extrema de la Naturaleza, incluidos sus ciclos y
funciones, que son la base misma de la vida. Así, los bosques, el agua o el aire
se transforman en una mercancía a ser vendida bajo las reglas del mercado. Esto
va a traer un fuerte impacto sobre la biodiversidad, la tierra y la vida, sobre
todo de los pueblos originarios,
campesinos y comunidades tradicionales. En sus territorios, estas
poblaciones enfrentan diariamente conflictos ambientales con empresas y
gobiernos para defender y garantizar otra relación con la Naturaleza: de
complementariedad, interdependencia y solidaridad, y no de explotación,
depredación y saqueo.
Estos
procesos de mercantilización van acompañados de una profunda financiarización de
la Naturaleza, donde todo se puede comprar o vender en cualquier Bolsa de
Valores del mundo. Con esta nueva fase del capitalismo, por ejemplo, con el
mercado de los bonos de carbono, los Programas de Reducción de Emisiones de
Carbono causados por la Deforestación y la Degradación de los Bosques (REDD+),
los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL), los Servicios Ambientales y otros, los
aborígenes, campesinos, afrodescendientes y otras poblaciones pasan a proveer un
nuevo tipo de trabajo asalariado, sus bosques se transforman en mercancía y los
bienes de la Naturaleza pasan a ser “servicios ambientales”.
Las
“falsas soluciones” al Cambio
Climático son propuestas que no paran de proliferar, generando grandes impactos
en las comunidades más vulnerables. Así vemos como son expulsadas de sus tierras
comunidades enteras. Hablamos de la vida concreta de millones de personas,
hombres y mujeres, tanto del campo como de los centros urbanos, que día a día
sufren la voracidad del capital y se ven afectados en su vida cotidiana, sus
costumbres, saberes, culturas y creencias. Todo para que las corporaciones
acumulen más poder y sigan ganando millonarias sumas de dinero a costa de la
vida de los más débiles y de la Naturaleza.
En
las últimas décadas, las grandes corporaciones capitalistas, sus instituciones
públicas y privadas, así como sus ideólogos y pensadores más destacados
fomentaron ideas a favor de las soluciones del mercado como la gran
solución frente a la “cuestión
ambiental”. En la época de la Conferencia de Estocolmo, en 1972, la “protección” del “medio ambiente” se presentaba como un
obstáculo al “desarrollo”. En Río´92,
algunos visionarios ya sugerían que el mundo corporativo debía levantar la
bandera del “desarrollo sustentable”,
pues había chances de convertirlo en un buen negocio. Ya en Río+10, el concepto
de “responsabilidad social
corporativa” fue el slogan del sistema, vendiendo al sector privado como el
portador de las soluciones para la crisis ambiental, y preparando el terreno
para la actual situación de avance de las “falsas soluciones”.
¡NO más deudas!
A
esta realidad, se suma un monumental proceso de sobre-endeudamiento público de
nuestros gobiernos para hacerle frente al hecho que los países del Norte no
cumplen
con sus obligaciones frente al Cambio Climático. Los costos de detener el
calentamiento global son transferidos a los pueblos del Sur, al igual que los
costos de la crisis económica del Norte. Crisis que los pueblos del Sur padecen
históricamente y que ya pagaron varias veces, con su trabajo, riqueza y
vidas.
Pese
a las críticas cada vez mayores, el Banco Mundial salió airoso de las
negociaciones sobre clima y se fortaleció en esta coyuntura. Hoy, se presenta
como el organismo que tiene la “solución” para la crisis de la cual es
uno de sus principales responsables. Por eso, es inaceptable cualquier
participación de este organismo en el
diseño o gestión de fondos y en las negociaciones que tienen que ver con el
clima o con solucionar los problemas ambientales.
Las
IFIs deben estar decididamente fuera del clima. Porque impulsan y financian “soluciones”, que, dicen, van a resolver
el problema climático, mintiendo como lo vienen haciendo históricamente con la
complicidad de los gobiernos. Estas supuestas “soluciones” en proceso de
implementación, como MDL, REDD+ y
otras, van a agravar aún más la situación y generar un incremento de la Deuda
Ecológica y Climática, como así también mayores deudas financieras
ilegítimas.
Frente
a este nuevo proceso de “sobre-endeudamiento verde”, en el
actual contexto de agravamiento de la crisis financiera y económica global, es
necesario que los pueblos y los gobiernos de la región tomen medidas soberanas
coordinadas que se encaminen hacia la transformación del actual sistema hacia
uno que esté al servicio de los Derechos de los Pueblos y la
Naturaleza.
Camino a Río+20 y más allá…
Los
pueblos, sus organizaciones y movimientos sociales, enfrentamos el reto de poder
generar una mayor movilización popular y coordinar estrategias para hacerle
frente a la voracidad capitalista que se viene.
En
esta encrucijada, mientras tenemos que dar seguimiento a la CMNUMC y sus
implicancias nacionales, nos encuentra la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre
Desarrollo Sustentable (UNCSD) Río+20, que también tendrá un gran impacto en la Naturaleza y el clima,
como así también en nuestras economías y derechos.
Tenemos
la urgente necesidad de generar una gran movilización popular, como lo hicimos
en su momento con la Campaña Continental
contra el ALCA, para enfrentar esta avanzada del gran capital, denominada y
difundida con el atractivo nombre de “economía verde” o “new green
deal”. Vienen por lo último que aún les queda por dominar: los bosques, los
territorios, el agua, el aire, la biodiversidad, las semillas, los alimentos.
Por
eso consideramos que lo que representa Río+20 debe ser encarado mucho más allá
de la Conferencia de la ONU en sí. Será un momento de acuerdo entre gobiernos y
representantes del gran capital internacional, cuyas consecuencias serán
sentidas por el planeta y por quienes lo habitamos a lo largo de los años.
Nos
quieren hacer creer que el mismo desarrollo, los mismos sistemas y lógica
tecnológica, el mismo mercado, los mismos empleos y las mismas instituciones que
causaron y causan tantas injusticias sociales y ambientales, ahora, pintados de
verde, van a resolver todos los problemas.
Por
eso, los movimientos sociales y la sociedad civil tienen que asumir un
protagonismo claro y contundente. Sin una articulación de ideas, prácticas
políticas y estrategias transformadoras no estaremos a la altura del desafío que
debemos enfrentar. En ese sentido, apostamos a que la Cumbre de los Pueblos por la Justicia Social
y Ambiental, contra la mercantilización de la Vida y en defensa de los Derechos
de los Pueblos y de la Naturaleza, no sea una feria más de ideas y
actividades sino pensada como un espacio
autónomo,
tanto de la Conferencia oficial y de los gobiernos allí reunidos como de los
agentes del mercado, que esté al servicio de las luchas y resistencias populares que se
están librando en nuestra región y el mundo.
Lo
más importante y prioritario de Río+20 es su potencial para contribuir al
fortalecimiento de los procesos de movilización, formación y articulación de las
fuerzas populares, anti-capitalistas y anti-imperialistas, tanto en nuestra
región como en el Sur y a nivel global. Nuestro objetivo es apostar a procesos
de educación popular, visibilización de las luchas y resistencias que se están
dando, articulación con otras redes y movimientos sociales en la construcción de
perspectivas y capacidad de acción común.
Las
personas y comunidades afectadas por el
sistema capitalista, el Cambio Climático, el modelo de desarrollo y la deuda
–el corazón del sistema-, deben ser los
principales protagonistas de este proceso y Cumbre de Río+20. Son ellos y
ellas, junto con la Naturaleza, quienes día a día enfrentan con dignidad la
barbarie del capital y están construyendo, con sus esfuerzos y luchas, ese Otro mundo posible.
Jubileu
Sul Brasil
y Jubileo Sur/Américas, vienen
haciendo un gran esfuerzo en el seno del Comité Facilitador de la Sociedad Civil
Brasilera para Río+20 (CFSC) -junto a otras organizaciones, redes y movimientos-
para lograr una Cumbre de los Pueblos donde efectivamente los protagonistas sean los afectados y
afectadas. Entre todos y todas
podremos entretejer los hilos de una nueva civilización que rompa
definitivamente con el capitalismo.
Por
eso, frente a esta situación, hacemos un llamado a la unidad del campo popular, a aglutinar
fuerzas contra-hegemónicas para potenciar nuestras energías, recursos, ideas y
perspectivas.
A
plantearnos nuevos proyectos de sociedad post-capitalista, no-extractivista,
libre de deudas, dominaciones y opresiones de cualquier tipo.
A
desenmascarar que el capitalismo no tiene como ser humano, no tiene como ser
verde: sólo es el color de los dólares que acumula sobre la vida de las personas
y la Naturaleza.
A coordinar esfuerzos para luchar por alternativas superadoras a la actual
situación, por:
v
Anulación
total e incondicional de las deudas ilegítimas
reclamadas a los pueblos y países del Sur, y la realización de auditorías
integrales y participativas de las deudas.
v
Reparación
de las Deudas Históricas, Sociales, Financieras, Ecológicas y
Climáticas
promoviendo cambios estructurales en las relaciones entre los países y hacia
adentro de nuestros países, para que sean igualitarias y justas.
v
¡Banco
Mundial fuera del Clima! Por
fondos públicos, nuevos, adicionales y no reembolsables, eliminando el mercado
de carbono y el rol del Banco Mundial y los bancos de desarrollo locales en el
Financiamiento para el Clima.
v
Exigir
la reducción de emisiones en los países del Norte y
el reconocimiento de su responsabilidad en el calentamiento
global.
v
Rechazo
a las “falsas soluciones” de mercado:
Mecanismos
de Desarrollo Limpio (MDL), REDD+, energía nuclear, agro-combustibles,
endeudamiento ilegítimo, entre otros.
v
Por
la des-financiarización de nuestras economías y por el cierre de las
Instituciones Multilaterales como
el FMI, el Banco Mundial, la OMC y los bancos regionales como el Banco
Interamericano de Desarrollo. Exigir el fin de la impunidad y reparaciones a los
crímenes cometidos.
v Revisar
y revertir los Acuerdos Comerciales, Tratados de Protección a las Inversiones
y
toda forma de aplicación de los derechos de propiedad intelectual y los paquetes
tecnológicos actuales -agroquímicos, transgénicos- y aquellos que se ofrecen
como “falsas soluciones”
-geoingeniería, nanotecnología, tecnología terminator y similares-
v
Promover
la refundación de las instituciones y mecanismos reguladores para
poner fin a la supremacía de los intereses financieros sobre los Derechos de los
Pueblos y la Naturaleza.
v
Garantizar
el acceso a los derechos humanos esenciales, como
la salud, educación, vivienda, jubilación, trabajo digno, agua y saneamiento,
transporte, servicios financieros, telecomunicaciones, recursos energéticos y
bienes naturales, protegiéndolos
de su privatización.
v
Dejar
los combustibles fósiles bajo la tierra
y promover un cambio en el modelo de producción y consumo sobre la base de la
armonía,
la complementariedad, la solidaridad y el equilibrio entre todos con
todo.
v
Restructuración ecológica de las ciudades .Combatir la especulación inmobiliaria + las injusticias
ambientales + la competencia interurbana desregulada, la gentrificación y el
desplazamiento de las poblaciones pobres de las ciudades.
v
Fomentar energías alternativas adecuadas a los medios naturales, sustentables, limpios,
renovables, descentralizadas, diversas, de bajo costo y ambientalmente
respetuosas.
v
Reconocer y proteger los derechos de las poblaciones forzadas a
inmigrar por las causas e impactos del cambio climático.
v
Garantizar, proteger y defender los territorios de pueblos
originarios y campesinos que mantienen los ecosistemas que protegen el clima. Favorecer la
agricultura campesina, la producción agroecológica. Respetar a las formas de
vida de los pueblos y comunidades del Sur y sus alternativas de
vida.
v
No permitir nuevos proyectos que agraven la crisis ambiental y
climática. Es el momento de parar la explotación y opresión a la Naturaleza,
aprender de las comunidades y pueblos ecológicamente sustentables,
des-mercantilizar la vida y realizar la reparación integral de la Deuda
Ecológica.
v
Defender
la Soberanía Alimentaria, entendida
como el derecho de los pueblos a controlar sus propias semillas, tierras, agua y
producción de alimento, y la reversión del modelo de agricultura basada en el
agro-negocio y su modelo social, económico y cultural de producción capitalista
y su lógica de alimentos para el mercado. Afirmamos que los monocultivos de
árboles no son bosques.
Rechazamos
la mercantilización y financiarización de la Naturaleza, las falsas soluciones
de mercado, el endeudamiento impuesto, la economía verde, los servicios ambientales y
que se continúe lucrando con la destrucción de la vida.
Nuestro
mundo no está en venta, nuestra dignidad, amor por la tierra, saberes y culturas
tampoco.
La Naturaleza, la Pachamama, la vida: ¡NO se venden, NI se endeudan! ¡Se defienden!
La Naturaleza, la Pachamama, la vida: ¡NO se venden, NI se endeudan! ¡Se defienden!
“No
puedes comprar el viento.
No puede comprar el sol.
No puedes comprar la lluvia.
No puedes comprar el calor.
No puedes comprar las nubes.
No puedes comprar colores.
No puedes comprar alegrías.
¡No puedes comprar mi vida!
Vamos dibujando el camino…
Vamos caminando…
¡Aquí se respira lucha!
¡Aquí estamos de pie!
(Calle 13)15 de noviembre de 2011
No puede comprar el sol.
No puedes comprar la lluvia.
No puedes comprar el calor.
No puedes comprar las nubes.
No puedes comprar colores.
No puedes comprar alegrías.
¡No puedes comprar mi vida!
Vamos dibujando el camino…
Vamos caminando…
¡Aquí se respira lucha!
¡Aquí estamos de pie!
(Calle 13)15 de noviembre de 2011
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