Fotografía de Celita Linda |
Fundado
hace 35 años, el Sindicato Gutiérrez y Martínez del Hotel Crowne Plaza
es un ejemplo de la importancia y necesidad de la organización sindical
para los trabajadores de la hotelería en Centroamérica
Por Ernest Cañada | Alba Sud
Las dificultades de la organización sindical en el sector hotelero en Centroamérica son ampliamente conocidas. Federaciones sindicales latinoamericanas como la Rel-UITA u asociaciones como el Centro de Estudios y Apoyo Laboral (CEAL) en El Salvador, han documentado ampliamente las prácticas anti-sindicales y los abusos que sufren los trabajadores y trabajadoras en la hotelería.
A pesar de los muchos obstáculos, existen experiencias de organización y lucha sindical en algunos grandes hoteles de la región que han permitido a sus empleados defenderse de los abusos y mejorar sus condiciones laborales.
Con ánimo de conocer una de las experiencias más reconocidas en Nicaragua, solicito una entrevista con la Junta Directiva del Sindicato Gutiérrez y Martínez del Hotel Crowne Plaza, afiliado a la Federación Unitaria de Trabajadores de la Alimentación de Nicaragua (FUTATSCON), a su vez miembro de la Rel-UITA, con sede en Uruguay. Me recibe a las puertas del hotel Martha Celia Mercado, Secretaria de Organización del sindicato, que de lejos me saluda entusiasta con un “¿cómo le va, compañero?”
Un hotel taiwanés administrado por la cadena IHG
Me atiende la junta directiva en pleno, cuyos miembros aprovechan mi llegada para interrumpir por un rato la reunión. Lo primero que me explican con orgullo es que en 2014 el sindicato en este conocido hotel cumple 35 años de existencia. “Nuestro sindicato nace con la Revolución Sandinista en 1979”, explica Armengol Sánchez, Secretario de Actas y Acuerdos. De hecho, muchas de las estampas de Managua de aquellos años ochenta incluyen imágenes de este histórico hotel de forma piramidal situado a los pies de la Loma de Tiscapa en la vieja Managua.
Pero mantenerse todos estos años no ha sido tarea fácil. Fueron muchos los sindicatos creados durante los años 80 que desaparecieron tras la derrota electoral de la Revolución en 1990. Actualmente en el sector hotelero de Nicaragua sólo existe organización sindical en dos hoteles, el Crowne Plaza y Las Mercedes, ubicado frente al Aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino en la carretera Norte. En ambos casos su fundación data de los tiempos de la Revolución.
Antes de empezar con otros asuntos, me intereso por la propiedad de la empresa y su gestión. Marcial Cabrera, Secretario General de FUTATSCON, y destacado líder sindical en el sector turístico nicaragüense, quien también nos acompaña, aclara que si bien la administración del hotel es de la cadena InterContinental Hotels Group (IHG), el edificio en su mayoría es propiedad de una compañía taiwanesa que actúa por medio de la razón social Compañía Hotelera de Nicaragua. La otra parte de su propiedad está en manos de otros inversionistas minoritarios. El grupo taiwanés adquirió su participación en 1990, en el contexto de las privatizaciones masivas que emprendió el gobierno derechista de Violeta Barrios de Chamorro tras llegar al poder.
Querían el hotel sin los trabajadores
El Secretario de Asuntos Laborales y Sociales del sindicato, Alfredo Alegría, cuenta cómo fue la negociación entre el gobierno, la compañía taiwanesa y el sindicato que dio lugar al cambio de propiedad del hotel: “El 50% de las acciones pertenecían al Estado y doña Violeta procedió a venderlas. Los taiwaneses estaban interesados en ellas, pero antes de comprarlas pusieron una condición: querían el edificio vacío, sin ningún trabajador. La gerencia sindical dijo que no, que tenían que cumplir la cláusula del convenio colectivo que obligaba a que en caso de compra los nuevos propietarios tenían que mantener a todos los trabajadores que estaban en ese momento”. Finalmente los inversionistas aceptaron la compra del hotel en esas condiciones, y hasta la actualidad han continuado como sus principales accionistas.
Al inicio el hotel había funcionado con la marca Intercontinental, pero posteriormente pasó a ser Crowne Plaza, siempre bajo la gestión de la cadena internacional IHG. Alfredo Alegría explica las razones de esta evolución: “El cambio de marca se da porque nos abren un hotel Intercontinental a menos de 2 kilómetros, en la carretera a Masaya dentro de la misma ciudad de Managua, propiedad del Grupo Poma, de El Salvador. Entonces al ser éste un producto algo viejo, la compañía buscó cómo cambiar la marca, y por eso pasa de Hotel Intercontinental a Crowne Plaza”.
Muchas veces han tratado de barrernos
Como ocurrió en muchas otras empresas, imagino que la gerencia trataría de deshacerse de aquellos sindicatos heredados de los tiempos de la Revolución. Por este motivo quiero saber qué ha ocurrido en concreto en el hotel, cómo han sido las relaciones con sus responsables. Marcial Cabrera toma la palabra y recuerda los conflictos que se han producido durante años con el fin de acabar con la organización sindical: “Siempre ha habido intentos de desmantelar al sindicato. Diferentes gerentes han querido destruir el sindicato, y sabemos que lo van a seguir haciendo de diferentes formas; no van a dejar de intentarlo”. Alfredo Alegría asiente: “Desde 1990 ha habido momentos en que la administración ha sido muy dura con nosotros. En distintas ocasiones han tratado de desconocernos como junta directiva sindical, porque nosotros somos como una basurita para todos los administradores que han venido a este hotel. Han tratado de barrernos como sindicato”.
Armengol Sánchez interviene para recordar el conflicto que tuvieron durante los dos últimos años, cuando la responsable de recursos humanos, la señora Silvia Sánchez, emprendió una auténtica campaña contra el sindicato: “Área por área, se dedicaba a decirle a los trabajadores que tenían que salirse del sindicato. Andaba amedrentando a todo el mundo. Y a los que llegaban nuevos les decían que no tenían que andar afiliándose porque quien daba las prestaciones sociales era la empresa y no el sindicato. Y eso era mentira, porque si no fuera por el sindicato ninguna de las prestaciones sociales estaría. Ella vino como una fuerza de choque, en menos de un año hubo un montón de trabajadores con problemas psicológicos, incluso algunos se fueron, hartos de las malas palabras, de lo soez que era, y aún con necesidad de trabajo pero ya no podían continuar aquí, los enfermó”. Sin embargo en esa ocasión tampoco pudieron con ellos, continúa explicando Armengol Sánchez: “Todos estos ataques, lejos de amedrentarnos, nos hicieron estar más unidos. Esa señora más bien nos vino a hacer un bien, con todo su mal, porque fue cuando más nos unimos".
Les pregunto entonces cómo hicieron para responder a todas estas agresiones. Alfredo Alegría cuenta que lo fundamental fue que se mantuvieron unidos: “Nos pusimos de acuerdo en cómo trabajar. Pedimos ayuda a nuestra Confederación, que es la Central Sandinista de Trabajadores, que está adscrita a la Rel-UITA, y eso ha sido nuestro baluarte, nuestro escudo. También fuimos a la administración competente, el Ministerio del Trabajo, a denunciar un sinnúmero de violaciones que se estaban cometiendo contra nuestra directiva sindical. Y lo denunciamos a nivel internacional por medio de la Rel-UITA. Se trataba de violaciones flagrantes al convenio colectivo, a nuestro fuero sindical, maltrato psicológico y verbal al personal. Hicimos todas las denuncias pertinentes y a la larga las instancias competentes dieron lugar a nuestros reclamos”.
Martha Mercado complementa el relato explicando que “estas acciones de la señora Silvia Sánchez hicieron que los trabajadores nos uniéramos todos bajo una misma consigna, el pueblo unido jamás será vencido, y al final logramos su despido y terminar con toda esa inestabilidad que estaba generando en la empresa”. Y Marcial Cabrera lo refuerza: “Toda esta campaña en contra del sindicato se les cayó, porque los compañeros se dieron cuenta que realmente estaban en peligro sus puestos de trabajo y el convenio colectivo, y entonces se desarrolló toda una campaña nacional e internacional de denuncia. Al final logramos que la empresa más bien despidiera a la señora, por el impacto que estaba teniendo la campaña”.
Prueba del fracaso de todos estos intentos de acabar con el sindicato es que en la actualidad, de 168 trabajadores que el hotel tiene en plantilla, 98 están afiliados, casi un sesenta por ciento.
Ventajas de tener sindicato
En distintos momentos de la conversación aparecen alusiones al convenio colectivo y otras ventajas que los trabajadores del Hotel Crowne Plaza han logrado tener por medio de la organización sindical. Es por esto que la entrevista deriva en esta dirección y me intereso por conocer con mayor detalle cuáles son estos beneficios. Sin muchas dudas todos los miembros de la junta directiva destacan que lo más preciado que tienen es el convenio colectivo, que negocian cada dos años. Alfredo Alegría dice que éste contiene “muchas cláusulas importantes y jugosas”. Una de ellas tiene que ver con las indemnizaciones, y al respecto explica: “El Código Laboral establece que se pagan 5 meses de salario como máximo cuando una empresa despide a un trabajador, pero en nuestra empresa con el convenio colectivo tenemos un máximo de 25 meses, cuatro tantos más de lo que establece nuestra legislación. Tenemos también una póliza de seguro que nos paga 40 meses de salario si un trabajador fallece o sufre algún tipo de incapacidad”.
Otro punto destacado es la canasta con productos básicos que reciben mensualmente todos los trabajadores y que mejora sustancialmente su poder adquisitivo. Esta canasta incluye: 24 libras de arroz, 24 de frijoles, 20 de azúcar, 1 galón de aceite, papel higiénico, jabones, pasta dental, entre otros productos básicos. Martha Mercado enfatiza la importancia que tiene este aporte: “Hoy en día los productos básicos han incrementado tanto sus costos que con el salario mínimo un trabajador ya no resuelve muchas de las necesidades de su hogar”. Y según Marcial Cabrera: “Para una familia pequeña esa canastita ayuda a resolver el problema del alimento básico. Por ley el salario mínimo establecido es de 186 dólares, pero con eso pagás sólo el 41% del valor de la canasta básica. Con el sindicato se logra avanzar algo más en el salario real: la empresa paga el salario mínimo más una canasta, que vale entre 1,200 y 1,300 córdobas. Así se logra tener mayor capacidad adquisitiva en relación al valor de la canasta básica”. Le pregunto entonces si esto no es una práctica habitual en todos hoteles y me asegura que no: “Te vas aquí nomás al Intercontinental de Metrocentro y nada que ver, les pagan el salario mínimo y punto. No hay ningún tipo de sindicato ni convenio colectivo. Te vas al Hotel Camino Real igual, o a cualquiera de los grandes hoteles que hay en este país y es lo mismo, en Barceló, Seminole, Hilton Princess o Holiday Inn, con costo pagan el salario mínimo”.
Me pregunto en voz alta si no sería mejor sumar el costo de la canasta al salario que recibe cada uno de los trabajadores, pero inmediatamente Marcial aclara que como la dotación de productos es fija, recibirlos de este modo les ayuda a aguantar mejor el incremento del coste de la vida. Y concluye: “La empresa ha tratado varias veces de indexar el valor de la canasta al salario, pero aquí hemos dicho que no puede ser, porque vos con esos 1,200 córdobas no comprás lo mismo en el mercado. Y cuando la empresa ha hecho consultas a los trabajadores de si estarían de acuerdo, la gente ha dicho que no, que prefieren la canasta a que les den dinero, porque la mayoría de trabajadoras que trabajan en este hotel son mujeres, y muchas madres solteras, y se dan cuenta que es mejor tener la canasta que tener dinero. Entonces, han habido diferentes momentos en que la empresa ha querido maniobrar, para ir reduciendo los beneficios, pero la gente ha estado clarita”.
Además de la canasta mensual, gracias al convenio colectivo los trabajadores también obtienen otros beneficios, tal como enumera Martha: “tenemos útiles escolares para los niños, anteojos para los empleados, una cesta navideña, ayudas para los estudios técnicos y universitarios, a las mujeres se les otorga una ayuda por maternidad de 50 días de salario, y también se promueve el deporte y la recreación entre los trabajadores”. Alfredo no puede reprimirse y exclama: “Me atrevo a decir que este convenio colectivo es el más monstruo en la rama hotelera”. Realmente todo este tipo de beneficios sociales ha hecho que los trabajadores se dieran cuenta de la importancia de mantener el convenio colectivo. Y esto a su vez se convierte en un elemento clave para entender la defensa del sindicato. “El hecho de tener un convenio colectivo hace que la gente se aferre al sindicato, porque uno ve la diferencia entre una empresa donde hay sindicato y convenio y una empresa en la que no los hay”, aclara Marcial.
Aquí se respetan los derechos laborales
Pero además de este tipo de beneficios, los dirigentes sindicales del Hotel Crowne Plaza señalan que la organización también ha servido fundamentalmente para que la empresa tuviera que respetar los derechos de sus empleados. Jairo Núñez, Secretario de Finanzas, explica su experiencia personal: "El sindicato me ha servido para aprender que un trabajador también tiene derechos. Cuando yo vine a este hotel había cosas que no sabía, como cuando iba a pasar una consulta médica y no traía constancia, y tal vez en el hospital me había pasado 4 horas. En otro trabajo esa constancia no te la toman en cuenta y esas 4 horas uno tiene que reponerlas trabajando. Aquí en cambio uno la trae y, con el apoyo del sindicato, ese derecho no se violenta. También que uno tiene que trabajar 8 horas, y si se trabaja una hora más tiene que ser pagada. En un momento hubo una persona en mi departamento, la contralor, que hacía que trabajáramos en los cierres contables hasta las 12 de la noche o la 1 y las 2 de la mañana, hasta por tres días. Entonces acumulábamos 16 horas, 20 horas, y ella hacía que esas horas las descansáramos en días en medio de la semana, y no nos pagaban. Hubo una queja al sindicato y ellos hicieron un reclamo al respecto, pero ella dijo que no, y empezó una lucha ahí. Pero ahora, cuando hay cierres contables, si hay horas de más se les paga a los trabajadores. Estando uno afiliado en el sindicato se da cuenta de todos sus derechos. Yo desde que me afilié al sindicato he aprendido mucho, y puedo decir que no me van a violentar mis derechos así por así. Y como dirigente sindical he aprendido también a que respeten a mis compañeros”.
En el mismo sentido se expresa Alfredo Alegría: “Yo que tengo 26 años en este hotel y he visto para qué sirve un sindicato. Un sindicato sirve para apoyar los trabajadores, que no se les violenten sus derechos. En 14 ó 15 años que llevo siendo dirigente sindical, junto con nuestros compañeros, hemos visto y resuelto muchas problemáticas de los trabajadores de esta empresa. Pero en otras empresas que he visitado en la rama de hotelería, casinos,… he visto cómo se maltrataba al personal: no pagan las horas extra, les roban la propina, les obligan a trabajar más de 8 horas, les mandan a hacer cosas que están fuera de su contrato laboral,… una situación bien asfixiante, en la que se violan todo tipo de derechos. Los empleadores se aprovechan de la situación económica y social que vive el país. Pero aquí las cosas son muy diferentes: hay un sindicato bien unido que pelea de tú a tú con la patronal, y eso es lo que hace la diferencia".
Por su parte, Martha destaca el hecho que la junta directiva del sindicato se haya ganado la confianza y el respeto de los trabajadores. Cuenta que los trabajadores siempre acuden a ellos para discutir cualquier inquietud y aclarar sus ideas: “Hemos enfatizado siempre la necesidad que todos conozcan bien sus derechos y que luchemos por ellos, porque estamos claros que derecho que no se defiende es un derecho que se pierde”.
Hay que crear más sindicatos en el sector turístico
Vamos terminando ya el encuentro, pero antes aprovecho que Marcial, como secretario general de la FUTATSCON, conoce bien la realidad del sector turístico en Nicaragua para preguntarle cuáles son las grandes diferencias entre las condiciones laborales de los trabajadores del Crowne Plaza y otros hoteles más o menos similares. Y dice: “Por ejemplo, en el Hotel Intercontinental Managua, de la misma cadena IGH, y donde no tienen sindicato, hay menos estabilidad laboral, hay más violaciones a los derechos laborales establecidos en la legislación laboral nicaragüense, hay más explotación de la mano de obra, más abusos de parte de la administración en cuento al manejo de la propina,… hay más abusos en todos los sentidos”.
En un contexto de crecimiento del sector turístico en Nicaragua, y en general en el conjunto de Centroamérica, es fundamental garantizar el respeto a los derechos de los trabajadores. El ejemplo de la lucha mantenida por años por los trabajadores del Hotel Crowne Plaza inspira a otros trabajadores del sector. Y así están los planes de Marcial que concluye explicando que la formación de un sindicato en la ciudad de Granada que está afiliando a trabajadores de distintas empresa se está consolidando, y que para este año 2014 esperan poder formar otros tres nuevos sindicatos en hoteles de Managua, León y Matagalpa.
Me voy y dejo a los trabajadores continuar su reunión, convencido aún más que la apuesta por un turismo responsable pasa también y de un modo privilegiado por la lucha de los trabajadores y trabajadoras por sus derechos laborales. Sin trabajo decente no hay turismo responsable, y sin organización sindical no puede haber trabajo decente.
Agradezco a Martha Celia Mercado, Secretaria de Organización del Sindicato Gutiérrez y Martínez del Hotel Crowne Plaza, su atención y apoyo para la realización de este artículo.
Fuente original: Alba Sud
No hay comentarios:
Publicar un comentario