Foto G. Trucchi | Opera Mundi |
Salvador Sánchez Cerén, del FMLN, enfrenta a ex alcalde de San Salvador, Norman Quijano, del opositor Arena
Por Giorgio Trucchi | Opera Mundi
Este domingo (9/03), cerca de 5 millones de salvadoreños están convocados nuevamente a las urnas para elegir, en segunda vuelta, al próximo presidente y vicepresidente del país para el período 2014-2019.
Dos partidos se presentan a esta segunda cita electoral: el oficialista FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional - de izquierda), cuya fórmula presidencial está conformada por el ex comandante guerrillero y actual vicepresidente de la República, Salvador Sánchez Cerén y el ex alcalde de Santa Tecla, Oscar Ortiz, y la opositora Arena (Alianza Republicana Nacionalista – de extrema derecha) que presenta al ex alcalde de San Salvador, Norman Quijano, acompañado por el académico René Portillo Cuadra.
Este segundo turno electoral ha sido necesario porque, en la primera vuelta realizada el 2 de febrero, ninguno de los partidos inscrito ha alcanzado el 50% más uno de los votos. En aquella ocasión, el FMLN obtuvo el 48.93% de los sufragios (1,315,768 votos), contra el 38.96% (1,047,592) de Arena.
Un estudio comparado de las diferentes encuestas realizadas en las últimas semanas, señala que el FMLN estaría ampliando en promedio a más de 14 puntos su ventaja en intenciones de voto, es decir casi 5 puntos más con respecto al resultado obtenido en primera vuelta. Además, todas las encuestas arrojan una diferencia de al menos 10 puntos entre el FMLN y Arena.
Según el economista y analista político dominicano, César Villalona, el resultado de las encuestas refleja una realidad indiscutible. “Arena ha cometido una serie interminable de errores en el despliegue de su campaña electoral y no ha sido capaz de deslindarse de la gran cantidad de casos de corrupción que han salpicado a miembros importantes del partido”, dijo Villalona a Opera Mundi.
Sin lugar a dudas, el caso más sonado es el del ex presidente (1999-2004) y jefe de campaña de Arena, Francisco Flores, quien está siendo investigado por una comisión especial de la Asamblea Legislativa por el supuesto desvío de 75 millones de dólares durante su mandato. Actualmente, nadie conoce el paradero del ex presidente, quien abandonó su residencia e hizo perder sus rastros, y su partido se limitó a suspender su afiliación.
Derecha en desbandada
Ante el decepcionante resultado obtenido en primera vuelta y la pérdida di casi 300 mil votos respecto a las elecciones de 2009, Arena ha tratado de cambiar drásticamente el contenido de su campaña.
“Norman Quijano ha dejado de hablar de militarización de la seguridad pública para combatir la criminalidad y ha prometido que continuará y mejorará los programas sociales del actual gobierno. Esta falta de propuestas, de coherencia y de seriedad, sumado a una desgastada campaña del miedo y de difamación del adversario, ha proyectado en la sociedad la imagen de un partido en desbandada y sin ideas, creando mayor desencanto en sus bases”, aseguró Luis Alvarenga, filósofo y catedrático de la UCA (Universidad Centroamericana).
Durante su intervención en el programa radial del sábado “Conversado con el Presidente”, el mandatario salvadoreño Mauricio Funes fustigó esta actitud. “Curiosamente, las 19 propuestas que presentan son medidas que ya se están haciendo, no hay ninguna novedad, nada original, nada que sorprenda al ciudadano”, dijo.
El presidente recordó que, solamente hace unos meses, el mismo Quijano señalaba públicamente que estos programas no eran más que “limosna”, “dádivas” o “despilfarro” del Estado.
Según Villalona, el resultado de este domingo para Arena podría ser aún más desastroso que el de la primera vuelta, provocando un verdadero terremoto interno. “De confirmarse el fracaso electoral, la derecha salvadoreña no tendría otra opción que encaminarse hacia su reconversión política y estratégica. El ex presidente Elías Antonio Saca podría aprovechar de ello”, afirmó.
Saca, quien el 2 de febrero encabezó la alianza de partidos de derecha Unidad, obteniendo el 11.44% de los sufragios, ha dado libertad de voto a su electorado en esta segunda vuelta. Sin embargo, varios analistas consideran que buena parte de este caudal de votos se repartiría entre los dos partidos en contienda y el abstencionismo.
Gobierno de unidad
Si por un lado la campaña de Arena parece no haber logrado reducir la distancia del partido oficialista, el FMLN y su fórmula presidencial se han dedicado a recorrer todo el país, a sumar alianzas con diferentes sectores, grupos y organizaciones, continuando una campaña limpia y sin confrontaciones. “El FMLN se ha dedicado a presentar propuestas concretas que pretenden profundizar los programas sociales y económicos iniciados durante el gobierno de Mauricio Funes. Además ha planteado a la sociedad salvadoreña la idea de un gobierno de amplia participación y de concertación, llamando a un gran pacto de nación”, explicó el economista dominicano.
Esta estrategia, que ha llevado el partido oficialista a visitar a 1.7 millones de hogares para presentar el plan de gobierno y motivar al voto, ha contribuido a desmontar la campaña del miedo impulsada por Arena, que en este último mes se ha enfocado en crear un falso paralelismo entre los últimos acontecimientos de Venezuela y la realidad que viviría El Salvador si ganara el FMLN. “Estas cosas ya no sirven, porque se trata del mismo mensaje desgastado que la derecha ha usado por décadas y que ya no logra calar como antes en la población”, aseguró Alvarenga.
Durante su cierre de campaña el pasado 2 de marzo, Salvador Sánchez refutó las acusaciones, provenientes de la derecha, de querer instaurar un gobierno de corte comunista al estilo del venezolano o cubano. “Que le quede claro al país que nuestro modelo económico de gobierno no es copiar ningún modelo extranjero. El modelo nuestro es el de ustedes, es el modelo salvadoreño que pretende garantizar la justicia e igualdad social”, dijo el candidato presidencial del FMLN.
Para el catedrático de la UCA lo que está en juego este domingo es el futuro del país. Independiente de quien gane, el nuevo gobierno tendrá que enfrentar grandes desafíos. “Además de problemas históricos de tipo estructurales, sociales y económicos, el gobierno tendrá que abordar con fuerza el tema de seguridad, abordándolo de forma integral y tomando en cuenta la historia de violencia, injusticia, exclusión social, autoritarismo e impunidad que el país ha vivido durante décadas,”, concluyó.
Fuente original: Opera Mundi (Portugués)
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