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La orientación gubernamental para emendar el contrato con Barrick Gold estuvo centrada en la obtención de limitados ingresos; mientras se le garantizaron a esa corporación enormes beneficios y casi todas las perversidades del contrato.
El gobierno dijo que del 2013 al 2016 recibirá 2,200 millones de dólares en lugar de 377 millones, es decir 6 veces más que antes, unos 650 millones anuales en los primeros tres años; luego los ingresos disminuyen dado que el total en 25 años se estima en 11,500 millones.
Proclamó que obtendrá un 51.3% de las ganancias.
Antes denunció que la proporción leonina era 97% la Barrick y 3 % el
Gobierno, pero resulta que si solo va a recibir seis veces, eso es un
18%.
La verdad es que todos los minerales de Pueblo Viejo
valen 70 mil millones de dólares y el país dueño solo recibirá unos
11,500 millones.
Obsérvese que el Presidente Medina ha obviado concesiones graves:
-La Barrick dice haber invertido 4,000 millones de dólares en base a
préstamos obtenidos en sus propias entidades financieras y con garantía
de la mina ajena. El gobierno no insistió en la auditoría para
determinar el real valor de las instalaciones, limitándose a bajar
intereses y aceptando que se lo carguen a los costos de operaciones;
como también la depreciación, lo que viola normas contables. Inversión y
costos sobrevaluados encubren cuantiosos beneficios de la
transnacional.
-El Estado, dueño del oro, sigue sin poseer
una sola acción y, por tanto, sin participar en la gestión de la
empresa, lo que nos expone al engaño y la depredación.
-Las multas por violaciones aduanales, que suman casi 1000 millones de dólares, fueron ilegalmente descartadas.
-Los onerosos costos ambientales, cargados abusivamente al Estado
dominicano, y las medidas para reducirlos, fueron ignoradas. Del cianuro
ni se habló.
-El privilegio sobre el uso gratis de las aguas de la Presa de Hatillo se mantiene a riesgo de un gran desastre ecológico.
-Continuará la violación al Código de Trabajo y normas de OIT,
aceptándole a Barrick un régimen laboral especial. Igual la violación al
régimen de divisas del Banco Central.
El contrato, nulo de
origen, ilegal, inconstitucional, saqueador y depredador, seguirá
vigente casi totalmente; mientras el gobierno no especifica en que
empleará sus nuevos ingresos, lo que se presta a su mal o inadecuado
uso.
La “montaña” por miedosa “parió un ratón”, mal
utilizando la ejemplar lucha de este pueblo que arrinconó a la Barrick.
Vale, pues, insistir en la nacionalización.
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