Del 16 al 20 de mayo, en la Escuela Nacional Florestan Fernandes,
municipio de Guararema, estado de São Paulo, Brasil, nos hemos
encontrado más de 200 delegadas y delegados de movimientos de mujeres,
campesinos, urbanos, indígenas, estudiantes, jóvenes, sindicatos y
organizaciones agroecológicas de 22 países, para constituir la I
Asamblea Continental de los Movimientos Sociales hacia el ALBA.
Vivimos una nueva época en Nuestra América que se ha expresado en los
últimos años a través de diversas movilizaciones y rebeliones
populares, la búsqueda por la superación del neoliberalismo y la
construcción de una sociedad alternativa que sea justa e inclusiva,
porque ya es posible y necesaria.
La derrota del ALCA en 2005, evidenció la resistencia de los
movimientos sociales y una nueva configuración geopolítica continental,
caracterizada por el surgimiento de gobiernos populares que se atreven a
enfrentar al imperio. La apuesta máxima en este sentido, lanzada en
2004 por Fidel Castro y Hugo Chávez, es lo que hoy se llama Alianza
Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).
ALBA es un proyecto esencialmente político, antineoliberal y
antiimperialista, fundamentado en los principios de la cooperación, la
complementariedad y la solidaridad, que busca acumular fuerzas populares
e institucionales por una nueva gesta de independencia latinoamericana,
de los pueblos y para los pueblos, por una integración popular, por la
vida, por la justicia, por la paz, por la soberanía, por la identidad,
por la igualdad, por la liberación de América Latina, por una auténtica
emancipación que tenga su horizonte en el socialismo
indo-afro-americano.
Sin embargo, el Imperio sigue movilizándose en contra de la
reorganización de las fuerzas populares y el surgimiento de nuevos
proyectos autónomos de integración de la Patria Grande. Luego de las
primeras rebeliones antineoliberales, EEUU ha comenzado a reorientar su
política exterior con el fin de recuperar su hegemonía sobre el proceso
continental en varias dimensiones: económica, militar, normativa,
cultural, mediática, política y territorial.
El estallido de la crisis capitalista en el seno de Wall Street en
2008, reforzó estos planes. Desde ese momento visibilizamos una
contraofensiva imperialista aún mayor en el continente que se expresa en
el aumento de la presencia transnacional en los territorios, el saqueo
de nuestros bienes naturales y la privatización de los derechos
sociales; la militarización del continente, la criminalización y
represión de la protesta popular; la intervención estadounidense en los
golpes de Estado en Honduras y Paraguay; la permanente desestabilización
de gobiernos progresistas latinoamericanos; el intento de recuperar
influencia política y económica a través de iniciativas como la Alianza
del Pacífico y otros acuerdos internacionales.
En este contexto marcado por la avanzada imperialista, por una parte,
pero también por la apertura de nuevas posibilidades con el horizonte
que nos marca el proyecto lanzado por los gobiernos del ALBA, se hace
más necesario que nunca la Articulación de los Movimientos Sociales del
continente. Tenemos que asumir el desafío histórico de articular las
resistencias y pasar a la ofensiva con un pensamiento original y nuevas
propuestas de modelos civilizatorios, que recuperen las mejores
tradiciones de nuestros pueblos.
Ratificamos los principios, lineamientos y objetivos de nuestra
primera carta de los Movimientos Sociales de las Américas de construir
la integración continental de los movimientos sociales desde abajo y a
la izquierda, impulsando el ALBA y la solidaridad de los pueblos, frente
al proyecto del imperialismo.
Afirmamos nuestro compromiso de aportar al proyecto de integración
latinoamericano, seguir las batallas anticoloniales, anticapitalistas,
antiimperialistas y antipatriarcales, bajo los principios de solidaridad
permanente y activa entre los pueblos, a través de acciones concretas
contra todas las formas de poder que oprimen y dominan.
Reafirmamos nuestra apuesta por lograr la autodeterminación de los
pueblos, la soberanía popular en todos los órdenes: lo territorial,
alimentario, energético, económico, político, cultural y social.
Defenderemos la soberanía de los pueblos a decidir sobre sus
territorios, los bienes naturales y nos comprometemos a defender los
derechos de la Madre Tierra.
Los movimientos sociales de nuestra América llamamos a:
Promover la unidad e integración regional basada en un modelo de vida
alternativo, sostenible, sustentable y solidario, donde los modos de
producción y reproducción estén al servicio de los pueblos.
Relanzar la lucha de masas y la lucha de clases, a nivel nacional,
regional y continental, que nos permita poner freno y desmantelar
programas y proyectos del capitalismo neoliberal.
Tejer redes y coordinaciones efectivas de comunicación popular, que
nos permitan dar la batalla de ideas, y frenar la manipulación de la
información por las corporaciones de los medios de comunicación.
Profundizar nuestros procesos de formación política e ideológica para
fortalecer a nuestras organizaciones, así como avanzar en procesos de
unidad conscientes y consecuentes con las transformaciones necesarias.
Asimismo,
Manifestamos
nuestro apoyo y solidaridad al pueblo de Colombia ante este momento
crucial del proceso de diálogo y negociación para alcanzar la firma de
acuerdo de paz con justicia social, que verdaderamente resuelvan las
causas que dieron origen al conflicto armado. Estaremos atentos al
desarrollo de este proceso, dispuestos a colaborar y acompañar en la
manera que el pueblo colombiano lo necesite.
Manifestamos
nuestro apoyo al Gobierno Bolivariano de Venezuela encabezado por el
Compañero Presidente Nicolás Maduro, expresión inequívoca de la voluntad
popular del pueblo venezolano reflejada en las urnas el pasado 14 de
abril, ante los intentos continuos de desestabilización por parte de la
derecha que busca desconocer la decisión soberana del pueblo y conducir
el país hacia una crisis política, institucional y económica.
Esta Articulación Continental de los Movimientos Sociales hacia el
ALBA es parte de un proceso emancipador que desde la Revolución Haitiana
hasta nuestros días, busca construir una sociedad más justa y
profundamente humana. Nuestro compromiso es continuar el legado de
millones de revolucionarias y revolucionarios como Bolívar, San Martín,
Dolores Cacuango, Toussaint L’Overture, José María Morelos, Francisco
Morazán, Bartolina Sisa y tantos otros que de manera solidaria y
desprendida entregaron sus vidas por estos ideales.
Reafirmando nuestra historia, nuestra Asamblea lleva el nombre de uno
de ellos, el de nuestro Comandante Hugo Chávez, a quién honramos
retomando sus banderas de lucha por la unidad y la hermandad entre todos
los pueblos de esta Patria grande, libre y soberana.
“’La unidad e integración de Nuestra América está en nuestro horizonte y es nuestro camino!”
No hay comentarios:
Publicar un comentario