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Desde que el FMLN gobierna, los dirigentes de ARENA y de la ANEP se la pasan haciendo política de oposición con el tema económico. Todos los días intentan asustar al pueblo con valoraciones imprecisas, datos falsos y otras maniobras. Ellos esperan que la economía se desplome y que aumenten el desempleo y la inflación. Y nada de eso ocurre.
Uno de los mitos que mantenían ARENA y la ANEP era que los empresarios aportaban la mayoría de los ingresos del gobierno. Nunca ha sido así, pues alrededor del 80% de los ingresos fiscales provienen de impuestos al consumo y a los salarios. Pero ellos decían eso para oponerse a las medidas fiscales aprobadas en diciembre de 2011, que gravaban con un 5% adicional las ganancias empresariales de más de 150,000 dólares y beneficiaban a 82,000 personas liberadas de la renta salarial.
En 2014 cambiaron el mito del aporte empresarial al fisco por otro que le duró poco, el de que todo impuesto lo paga el pueblo. Eso no es cierto, pues depende del tipo de impuestos. Por ejemplo, el IVA, que lo puso y lo subió ARENA, lo paga la población cuando compra. Pero un impuesto a las grandes propiedades, que existió durante mucho tiempo y lo quitó ARENA en 1993, no va contra la población, sino contra los millonarios. Tampoco afecta al pueblo el impuesto a las altas ganancias de las empresas, que ARENA redujo de 35% a 25% cuando gobernaba.
¿Por qué los dirigentes de ARENA y de la ANEP cambiaron el mito? Para oponerse al impuesto a las transferencias bancarias mayores a 1,000 dólares, a la reforma a la renta que obliga a los dueños de los periódicos a tributar sobre sus ganancias y a la reforma al Código Tributario, que faculta al gobierno para publicar los nombres de quienes evaden impuestos y le deben al fisco. La mayoría del pueblo no hace compras de más de 1,000 dólares, ni paga con cheques ni con tarjetas de débito. El pueblo tampoco tiene periódicos ni evade impuestos.
Para que la población rechazara al gobierno, los dirigentes de ARENA y de la ANEP aseguraron que esas medidas provocarían un alza indetenible de precios. Y resulta que al terminar el año la inflación fue de apenas 1.3%, a pesar de que algunos comerciantes encarecieron el frijol durante varios meses. Por tercer año consecutivo, El Salvador registra inflación más baja de América Latina. No se dio la espiral inflacionaria anunciada por la oposición. El gobierno recauda más a costa de los ricos e invierte más en la población de menos recursos.
El otro mito de la derecha es que todo aumento salarial genera inflación. En 2013 el salario mínimo aumentó 4% y la inflación fue de 0.8%, la más baja de América Latina. En 2014 el salario volvió a aumentar 4% y la inflación fue de 0.5%, de nuevo la menor de Latinoamérica. Lo que muestran esos datos es una mejoría en la capacidad de compra de los salarios.
Para intentar ganar votos, algunos dirigentes de ARENA dijeron que se debía duplicar el salario mínimo del campo, que es el menor de los cinco salarios mínimos. O sea, se les olvidó el mito que elaboraron sobre la relación salario-inflación. Pero el discurso no duró ni dos días porque la ANEP les llamó la atención.
Este año habrá otro aumento de 4% en el salario mínimo. Aunque el ajuste salarial supera la inflación, el porcentaje es pequeño. Hay que aumentar más los salarios para que la población trabajadora eleve su capacidad de consumo. A las empresas que venden en el mercado interno, que son la mayoría, les conviene que haya más consumo. Ya veremos lo que dice la ANEP.
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