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Centroamérica no logra una posición común contundente ante
derrocamiento de Fernando Lugo
Por Giorgio Trucchi - LINyM
La 39 Cumbre del Sistema de la integración centroamericana,
Sica, concluyó este viernes (29/6) sin que los seis presidentes del área
lograran un consenso en cuanto a la condena contundente y firme del golpe de
Estado en Paraguay, y al desconocimiento del gobierno de Federico Franco, quien
asumió después de la ilegítima destitución del presidente Fernando Lugo.
Pese a que los gobiernos de El Salvador y Nicaragua habían
dado a conocer previamente su decisión de no reconocer al nuevo gobierno de
Paraguay, esta decisión aparentemente no fue secundada por los demás mandatarios
centroamericanos.
Funes recordó el ejemplo de Honduras, “donde hubo un
quebrantamiento de la institucionalidad”, y reiteró que parece poco
transparente haber dado únicamente dos horas al presidente Lugo para defenderse.
El presidente salvadoreño explicó también haber hecho una
propuesta al presidente Porfirio Lobo para que incluyera en la agenda de la
cumbre el análisis de la crisis paraguaya, sin embargo el tema no fue debatido
y en ningún momento se les pidió al resto de países del Sica que siguieran la
posición ya expresada por Nicaragua y El Salvador de no reconocer al gobierno del
vicepresidente Franco.
“Cada país es libre y soberano de tomar las decisiones que estime
convenientes. Lo que sí logramos fue un acuerdo conjunto para expresar nuestra
preocupación por la crisis institucional que está viviendo Paraguay y una exhortación
a la sociedad paraguaya y a las fuerzas políticas y sociales para retornar al
clima de respeto a la institucionalidad, pensando en el futuro de la democracia”, dijo Funes.
En la declaración, que hasta el momento las autoridades hondureñas
dicen desconocer, los países del Sica respaldaron las decisiones que organismos
regionales, como el Mercado común del sur, Mercosur, la Unión de naciones suramericanas,Unasur y la Organización de Estados americanos, Oea, tomarán
sobre el caso de Paraguay.
Fernando Lugo fue
destituido el pasado 22 de junio, después de un proceso de impeachment que duró menos de 30 horas. En su lugar fue nombrado el
vicepresidente Federico Franco. La mayoría de gobiernos latinoamericanos ha
decidido no reconocer
a su gobierno y Paraguay fue suspendido del Mercosur.
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