Foto G. Trucchi/Rel-UITA |
Por Claudia Korol
El 16 de junio de este 2012, en Eichstätt, Alemania, será reconocida Berta Cáceres, coordinadora de COPINH (Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras) con el Premio Shalom para justicia y paz.
Este premio existe desde el 1981, y se le asigna a personas e iniciativas que defienden los derechos humanos y luchan por la justicia.
Este premio existe desde el 1981, y se le asigna a personas e iniciativas que defienden los derechos humanos y luchan por la justicia.
El reconocimiento a Berta Cáceres es una manera de valorar la lucha histórica y la posición rebelde de COPINH, su lugar destacadísimo en el enfrentamiento a la dictadura y al gobierno golpista posterior al 28 de junio del 2009, y en la promoción de acciones creativas y audaces por la Refundación de Honduras. Pero en ese premio, otorgado en el corazón en crisis del Viejo Mundo, nos sentimos también reivindicadas quienes en Nuestra América enfrentamos hace más de cinco siglos el colonialismo, el patriarcado y el capitalismo. Y esto es necesario decirlo, porque nos importa que en la Europa hoy sacudida violentamente por la crisis, haya mujeres y hombres solidarios que puedan mirar más allá de sus fronteras, los dolores que se desenvuelven en los continentes históricamente saqueados por los centros del poder mundial.
También valoramos que el reconocimiento sea precisamente para Berta Cáceres, una mujer lenca, feminista, incansable y rebelde luchadora a favor de la emancipación de su pueblo, y de todos los pueblos del mundo.
Berta es una de las fundadoras de COPINH, organización indígena que el próximo año cumple 20 años. Jugó un papel relevante en la formación del Frente Nacional de Resistencia Popular. Fue parte de la candidatura independiente a la Presidencia, junto con Carlos H. Reyes; renunciando luego a la misma como forma de denunciar el fraude electoral en marcha.
Berta Cáceres participa activamente de las luchas en defensa de los derechos indígenas, por el territorio, contra los megaproyectos impulsados por las trasnacionales, contra el saqueo sistemático de los bienes de la naturaleza. También tiene un rol destacado en las batallas por los derechos de las mujeres. Entiende y enseña la necesidad de unir las luchas anticapitalistas, con las luchas contra el patriarcado, el racismo, la homofobia, el colonialismo.
Desde el golpe de estado, Berta Cáceres y el COPINH han estado en la primera línea de organización de la resistencia, sabiendo unir la denuncia contra los crímenes de la dictadura, con los esfuerzos por ir creando una alternativa popular para Honduras, que nazca desde el debate plural y democrático, de las propias bases del pueblo, protagonista principal de la resistencia.
En esa dirección ha motorizado junto a las y los militantes de COPINH la convocatoria al Iº y al IIº Encuentro por la Refundación de Honduras, donde delegados y delegadas de movimientos populares de todo el país realizaron debates tendientes a impulsar la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente Popular y Democrática.
Como internacionalista, participó en los años 80 en la lucha salvadoreña, y ha puesto su cuerpo y su vida en diferentes esfuerzos solidarios. Hoy es parte e impulso de numerosas redes de movimientos sociales que promueven la desmilitarización del continente, y se pronuncian contra la instalación de bases militares norteamericanas en el territorio nuestroamericano.
Como educadora popular, viene realizando un ejercicio sistemático de recreación de los modelos político pedagógicos de formación de las organizaciones populares que son parte de la resistencia, en el que construye colectivamente, en diálogo y mutuo aprendizaje, las posibilidades de recreación de los paradigmas emancipatorios en América Latina, a partir de una profunda relación entre teorías y prácticas, y en una apertura al diálogo de las distintas cosmovisiones con las que el pueblo va formando su camino, uniendo memoria histórica y proyecto estratégico en las acciones cotidianas.
Para quienes hemos compartido con ella distintos momentos de la acción política, ha sido siempre la oportunidad para aprender, para crecer, y para entender las palabras de Paulo Freire, cuando nos invitaba a ser “sanamente loc@s y locamente san@s”, como condición para poder cambiar al mundo en que vivimos.
Berta Cáceres es loca y sana a la hora de pensar cómo forzar los límites de la imaginación, en un país en el que la dictadura y el militarismo intentan terminar no sólo con los y las militantes y con las organizaciones populares, sino también con la alegría.
Por estos días Berta viaja de un país a otro por esa Europa llena de riquezas y escasa de esperanzas, aunque en movilización activa contra el neoliberalismo. Está recorriendo distintas ciudades en Italia, Austria y Alemania, realizando encuentros con los colectivos solidarios, denunciando la lógica hegemónica de ese mundo, por su violencia y rapiña en contra de los pueblos y la naturaleza, denunciando las trampas de la supuesta “economía verde”, de los acuerdos de “libre comercio” de la Unión Europea contra los bienes, cultura e inteligencia de los pueblos de esta América, de esta Honduras en resistencia.
Berta habla en primera persona diciendo “Bueno, desde el COPINH nosotros y nosotras”… y narra las experiencias comunes que desde hace 19 años ha estado protagonizando este colectivo en las comunidades, pueblos y ciudades de Honduras. Habla de la búsqueda de autonomía, del enfrentamiento directo con las empresas que represan ríos, horadan la tierra tras su riqueza y desalojan comunidades, de los guancascos y de la espiritualidad que alienta la fuerza de su pueblo –que es también su fuerza-.
En Honduras el COPINH se ha convertido en referente ético de lucha, a pesar de campañas detractoras en su contra, de la persecución activa contra sus integrantes, de las amenazas y el asesinato de sus activistas.
Las feministas hemos aprendido de COPINH las muchas maneras de enfrentar al patriarcado en la sociedad, y también en la organización popular. Son especialísimas las experiencias de las Cortes Populares de Mujeres, en las que se denuncia públicamente la violencia contra las mujeres, así como los encuentros de Mujeres Indígenas impulsados desde esta organización, que sabe que hay que enfrentar de una vez todas las opresiones, y que tiene en su dirección una mayoría de mujeres.
Decíamos que el próximo 16 de junio, Berta Cáceres recibirá un reconocimiento en Alemania.
Esperamos que sea un momento importante en el relanzamiento de la solidaridad activa con las mujeres y el pueblo de Honduras, frente al dolor cotidiano que hoy riega sus calles, sus campos, sus poblaciones; y sobre todo, como aliento para quienes no sólo toman el cielo, sino también sus territorios por asalto, para hacer realidad los derechos y las izquierdas de quienes no renunciamos a la belleza, a la alegría, a la ternura, al deseo, a la raíz y a las estrellas.
También valoramos que el reconocimiento sea precisamente para Berta Cáceres, una mujer lenca, feminista, incansable y rebelde luchadora a favor de la emancipación de su pueblo, y de todos los pueblos del mundo.
Berta es una de las fundadoras de COPINH, organización indígena que el próximo año cumple 20 años. Jugó un papel relevante en la formación del Frente Nacional de Resistencia Popular. Fue parte de la candidatura independiente a la Presidencia, junto con Carlos H. Reyes; renunciando luego a la misma como forma de denunciar el fraude electoral en marcha.
Berta Cáceres participa activamente de las luchas en defensa de los derechos indígenas, por el territorio, contra los megaproyectos impulsados por las trasnacionales, contra el saqueo sistemático de los bienes de la naturaleza. También tiene un rol destacado en las batallas por los derechos de las mujeres. Entiende y enseña la necesidad de unir las luchas anticapitalistas, con las luchas contra el patriarcado, el racismo, la homofobia, el colonialismo.
Desde el golpe de estado, Berta Cáceres y el COPINH han estado en la primera línea de organización de la resistencia, sabiendo unir la denuncia contra los crímenes de la dictadura, con los esfuerzos por ir creando una alternativa popular para Honduras, que nazca desde el debate plural y democrático, de las propias bases del pueblo, protagonista principal de la resistencia.
En esa dirección ha motorizado junto a las y los militantes de COPINH la convocatoria al Iº y al IIº Encuentro por la Refundación de Honduras, donde delegados y delegadas de movimientos populares de todo el país realizaron debates tendientes a impulsar la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente Popular y Democrática.
Como internacionalista, participó en los años 80 en la lucha salvadoreña, y ha puesto su cuerpo y su vida en diferentes esfuerzos solidarios. Hoy es parte e impulso de numerosas redes de movimientos sociales que promueven la desmilitarización del continente, y se pronuncian contra la instalación de bases militares norteamericanas en el territorio nuestroamericano.
Como educadora popular, viene realizando un ejercicio sistemático de recreación de los modelos político pedagógicos de formación de las organizaciones populares que son parte de la resistencia, en el que construye colectivamente, en diálogo y mutuo aprendizaje, las posibilidades de recreación de los paradigmas emancipatorios en América Latina, a partir de una profunda relación entre teorías y prácticas, y en una apertura al diálogo de las distintas cosmovisiones con las que el pueblo va formando su camino, uniendo memoria histórica y proyecto estratégico en las acciones cotidianas.
Para quienes hemos compartido con ella distintos momentos de la acción política, ha sido siempre la oportunidad para aprender, para crecer, y para entender las palabras de Paulo Freire, cuando nos invitaba a ser “sanamente loc@s y locamente san@s”, como condición para poder cambiar al mundo en que vivimos.
Berta Cáceres es loca y sana a la hora de pensar cómo forzar los límites de la imaginación, en un país en el que la dictadura y el militarismo intentan terminar no sólo con los y las militantes y con las organizaciones populares, sino también con la alegría.
Por estos días Berta viaja de un país a otro por esa Europa llena de riquezas y escasa de esperanzas, aunque en movilización activa contra el neoliberalismo. Está recorriendo distintas ciudades en Italia, Austria y Alemania, realizando encuentros con los colectivos solidarios, denunciando la lógica hegemónica de ese mundo, por su violencia y rapiña en contra de los pueblos y la naturaleza, denunciando las trampas de la supuesta “economía verde”, de los acuerdos de “libre comercio” de la Unión Europea contra los bienes, cultura e inteligencia de los pueblos de esta América, de esta Honduras en resistencia.
Berta habla en primera persona diciendo “Bueno, desde el COPINH nosotros y nosotras”… y narra las experiencias comunes que desde hace 19 años ha estado protagonizando este colectivo en las comunidades, pueblos y ciudades de Honduras. Habla de la búsqueda de autonomía, del enfrentamiento directo con las empresas que represan ríos, horadan la tierra tras su riqueza y desalojan comunidades, de los guancascos y de la espiritualidad que alienta la fuerza de su pueblo –que es también su fuerza-.
En Honduras el COPINH se ha convertido en referente ético de lucha, a pesar de campañas detractoras en su contra, de la persecución activa contra sus integrantes, de las amenazas y el asesinato de sus activistas.
Las feministas hemos aprendido de COPINH las muchas maneras de enfrentar al patriarcado en la sociedad, y también en la organización popular. Son especialísimas las experiencias de las Cortes Populares de Mujeres, en las que se denuncia públicamente la violencia contra las mujeres, así como los encuentros de Mujeres Indígenas impulsados desde esta organización, que sabe que hay que enfrentar de una vez todas las opresiones, y que tiene en su dirección una mayoría de mujeres.
Decíamos que el próximo 16 de junio, Berta Cáceres recibirá un reconocimiento en Alemania.
Esperamos que sea un momento importante en el relanzamiento de la solidaridad activa con las mujeres y el pueblo de Honduras, frente al dolor cotidiano que hoy riega sus calles, sus campos, sus poblaciones; y sobre todo, como aliento para quienes no sólo toman el cielo, sino también sus territorios por asalto, para hacer realidad los derechos y las izquierdas de quienes no renunciamos a la belleza, a la alegría, a la ternura, al deseo, a la raíz y a las estrellas.
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