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Por Gonzalo León - Punto Final
La Felap, sigla de
la Federación Latinoamericana de Periodistas, existe desde 1976 y tiene
su sede en México.
Según señalan sus estatutos, “alberga a más de
cincuenta instituciones ligadas al estudio y la práctica de la
comunicación y el periodismo”.
Desde 2007 el presidente de la Felap es
el periodista argentino Juan Carlos Camaño. Y como voz autorizada en
todo lo que está pasando en materia de medios, no sólo en Chile sino que
en América Latina, lo entrevistamos.
Camaño es claro al señalar que la
Felap “edita revistas, libros, establece relaciones, en la unidad de
acción, con otros sectores del movimiento popular a partir de cada una
de sus organizaciones en cada país, y tiene presencia en todo foro
internacional donde se debate la realidad de los trabajadores de la
prensa: ya sea en cuanto a los derechos humanos, el libre ejercicio de
la profesión, la lucha salarial y de mejores condiciones de trabajo”.
Pero también esta organización se preocupa por aquellos periodistas que
han sido asesinados o desaparecidos, como sucede hoy en México, por
ejemplo.
-¿Cómo analiza el panorama de los medios de
comunicación en América Latina? ¿Aún los medios siguen unidos al poder
económico y por consiguiente, a la derecha?
-Es un panorama
que en los últimos años ha sufrido alteraciones interesantes, ante la
aparición de más voces con más soporte técnico en la lucha contra la
hegemonía mediática de los poderosos. No hablo, claro está, de un cambio
en la correlación de fuerzas, sino de avances que permiten recuperar
‘musculatura’ en la pelea por la justicia social.
-En varios
países se habla de romper el cerco informativo con los medios
digitales. ¿Estos medios son eficientes para romper ese cerco o son
necesarios los medios escritos y audiovisuales, en donde la gente masiva
y democráticamente tenga acceso a esa información?
-La
historia de la Felap responde en esencia, como lo señala su consigna
madre, a la lucha por ‘un periodismo libre en patrias libres’. Entonces
es obvio que la lucha de la Felap no se remite a una cuestión
corporativa y que todo vehículo-transporte de información-comunicación
debe ser usado para la defensa de los intereses de las grandes mayorías
sociales. Para romper el cerco no hay que descartar ninguna forma que
contribuya a lograr ese objetivo. Hoy hay gobiernos que tomando el
testimonio de organizaciones de periodistas, de organizaciones
populares, libran una encomiable batalla por la democratización de la
información-comunicación.
-La ley de medios en Argentina,
promovida por Néstor Kirchner, estableció a los servicios de
comunicación audiovisual como de “interés público, de carácter esencial
para el desarrollo sociocultural, que exteriorizan el derecho humano de
expresar, recibir, difundir e investigar informaciones, ideas y
opiniones sin censura”. ¿Existe una regulación similar para los medios
escritos o esta ley se considera una extensión válida para éstos?
-La Ley de Medios Audiovisuales en la Argentina forma parte de ese paso
de avance. Es el resultado de años de luchas, de resistencias y
denuncias llevadas a cabo por organizaciones como la Unión de
Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (Utpba), junto a la organización
que dirijo y otros actores sociales. Años de neoliberalismo rabioso, en
los que luchábamos casi en soledad enfrentando a los poderes fácticos,
mientras muchos minimizaban el problema o se hacían los distraídos.
-¿Qué opinión le merecen los conglomerados como Clarín en Argentina o
Copesa, en Chile? ¿Es efectivo combatirlos con otros conglomerados?
-La Felap ha planteado siempre que la lucha contra los oligopolios y
monopolios es una lucha ideológica y política, y que en un mapa de
medios amplísimo y complejo, cada confrontación en un país determinado
requiere de un serio conocimiento de los actores en disputa. Ahora,
dentro de los ‘conglomerados’ que se confrontan con los conglomerados
del poder real, hay diferentes conductas periodísticas y patronales. Con
algunas estamos de acuerdo, con otras no. Mucho menos cuando hay
quienes nos quieren arrastrar a peleas sin diseñar con nosotros la
estrategia y la táctica del conflicto. Tenemos por definición la
decisión de no ir nunca ciegos a ninguna batalla. Es un principio de
autonomía que respeta a otros y exige, también, que se nos respete.
-¿Una democracia debería asegurar el acceso a la información, o eso lo
regula el mercado? ¿Se puede confiar en el mercado para asegurar la
libertad y diversidad de expresión?
-A esto te voy a
responder con una máxima, en materia de definición ideológica, que
distingue el sentido medular de la lucha de la Felap y de las
organizaciones que componen la Felap: ‘No hay democracia informativa sin
democracia económica’. Esto, que algunos confunden con una consigna
pasada de moda, es la respuesta a la mentira que se nos quiso imponer
acerca del fin de la historia y de las ideologías. El mercado es una
trituradora de carne humana en un mundo lleno de alienaciones tales como
la explotación laboral esclavista de viejo y nuevo tipo, las fantasías
casi patológicas de la sociedad de consumo y la dinámica de reproducción
y uso irracional de la tecnología. Sin democracia económica, entonces,
todo es injusticia.
-¿Cómo ve el papel que ha jugado la
prensa en el conflicto de los estudiantes en Chile? ¿Existe preocupación
desde la Felap, ya que casi no existen medios de oposición?
-A pesar de las distorsiones y los intentos que la prensa hegemónica
pueda haber hecho para desmerecer la protesta estudiantil, estimo que no
lo logró. El conflicto recorre el mundo y el carácter del conflicto ha
quedado claro. Eso ocurre al mismo tiempo que en la feroz crisis del
capitalismo son evidentes otros grandes conflictos: por el pan, el
trabajo, la vivienda, la salud pública, la tierra, el petróleo, el agua.
Sí, a la Felap le preocupa que los dueños del dinero, en Chile o en
cualquier lugar del planeta, barran con los medios que se le oponen.
-¿Quién es mejor para la Felap: el periodista militante o el independiente? ¿O cómo analizan ambas figuras?
-El periodismo independiente no existe. No existió nunca, ni existirá.
Como dijera Marx: ‘la historia de la Humanidad es la historia de la
lucha de clases’, y en esa realidad nadie es independiente, ni siquiera
quien lo diga mil veces, haciendo ridícula abstracción de la sociedad.
-Por último, ¿qué países en Latinoamérica están siendo exitosos en
ofrecer una amplia gama de información? ¿La Felap hace algo para que eso
ocurra?
-La información-comunicación-mundo responde
mayoritariamente a lo antes denunciado. Contra eso la Felap no se calla,
mantiene vivos sus centros de capacitación y formación en Buenos Aires y
en La Habana; la coordinación entre sus organizaciones para exigir la
defensa de la vida de los periodistas -a través de la Comisión de
Investigación de Atentados a Periodistas, con sede en Chile-; el Plan
Salud de los Periodistas, del que ya participaron hasta aquí miles de
trabajadores de prensa de Chile, Cuba, Argentina, Ecuador, México,
República Dominicana, Nicaragua, Puerto Rico, Panamá, Paraguay y Perú,
quedando pendiente para este año, Guatemala y Brasil.
Fuente original: revistapuntofinal@movistar.cl
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