Por COFADEH
Antes de irse a Washington a hincarse a los poderes hegemónicos del
imperio del mal, el presidente de esta ficción estatal hondureña,
Porfirio Lobo, volvió a repetir la misma aberración.
Dijo por séptima vez que las denuncias de violaciones a derechos
humanos son una forma de vida y que constituyen una campaña de
descrédito que daña la imagen de Honduras en el mundo.
Lobo, en cambio, se dedica a negar las violaciones y la violencia de la
impunidad, para convencer al Departamento de Estado que desembolse más
de 100 millones de dólares para pagar a los contratistas del canal seco
de la burguesía centroamericana. Y seguir enriqueciendo a los policías y
militares mercenarios.
Pero mejor que el contra ataque de esta necedad lo hagan otros, no nosotras las víctimas.
Es interesante, sin que nadie se lo preguntara al Relator Especial de la ONU sobre libertad de expresión, Frank La Rue, él levantó el tema en su primer encuentro con la prensa el pasado miércoles en Tegucigalpa.
Dijo La Rue que cuando llegó al hotel puso las noticias en la
televisión y por causalidad se encontró en varios canales al mismo
tiempo unas declaraciones del presidente Lobo diciendo que hay una serie
de críticas de personas mal intencionadas que quieren desprestigiar al
estado con el tema de derechos humanos.
Enseguida el relator de la ONU opinó que en materia de derechos
humanos, cuando hay personas afectadas en su integridad física, en su
libertad o la vida, las denuncias son absolutamente válidas y lejos de
calificarlas como un plan de desprestigio deben ser escuchadas,
analizadas y sometidas a investigación.
No acepto – exclamó La Rue -- que hacer denuncias de violaciones a
derechos humanos sea un plan político de desprestigio contra ningún
país.
Y agregó que “a todos debería preocuparnos la verdad de que Honduras es
el segundo lugar más violento para el ejercicio de la libertad de
expresión en el mundo después de México: 16 periodistas asesinados es un
número inaceptable”, dijo, y remató: “Esto refleja a un país crítico en
materia de derechos humanos”.
Pero si esta declaración de un funcionario de la ONU no bastara, un día
después también en su encuentro con periodistas el ex asesor del fiscal
de la Corte Penal Internacional, el magistrado español Baltasar Garzón,
le puso la tapa al pomo. Le calló la boca al Lobo.
Dijo Garzón el jueves que “echarle la culpa de las violaciones a los
derechos humanos a quienes las denuncian es una ligereza cuando menos y
cuando más, una falsedad”.
Y prosiguió el famoso juez afirmando que “me da mucha pena que la
historia se repita aquí en Honduras de culpar a las mensajeras por lo
que ocurre en vez de atajar las causas de los hechos que denuncian”.
Nadie denuncia por gusto hechos que causan dolor y tristeza subrayó Baltasar.
Después de escuchar a ambos voceros de la comunidad internacional lo
menos que podemos hacer es aplaudir su claridad y celebrar su valentía
de hablarle así a una banda de pillos que mantiene secuestrado al
Estado.
En una sociedad democrática la libertad de expresión, como derecho de
los colectivos y de los pueblos, se respeta como uno de los elementos
fundamentales de la convivencia pacífica.
No corresponde al Estado medir la calidad ni la objetividad de las
declaraciones públicas de las defensorías de derechos humanos.
Los mecanismos de censura de organismos ejecutivos o en este caso del
Presidente Lobo dañan terriblemente a los colectivos que ejercemos la
libertad de expresión.
Sus reiteradas declaraciones necias van en coherencia con el nuevo
fenómeno de la criminalización de la libertad de expresión, que no
solamente causa la muerte de periodistas sino de líderes y liderezas de
opinión que ejercen ese derecho colectivo.
Por eso hoy le recordamos a Lobo Sosa y a sus asesoras que un servidor
público asume cargos sabiendo que su período irá de la mano con la
crítica y el escrutinio público, y que por ello no deben ofenderse. Ni
amenazar con silenciar a nadie ni desprestigiar a nadie. Lo que deben
hacer es investigar y sancionar a los criminales.
Pero si continúan con su lamentable discurso criminalizador, seguirán
viniendo portavoces del mundo a decirles aquí en casa que causan mucha
mucha pena…
Buenas noches
(Editorial difundido en el Programa Radial del COFADEH "Voces Contra el Olvido", el sábado 08 de octubre de 2011)
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