Por Prensa Latina
Las polémicas y enfrentamientos entre los principales dirigentes de la oposición antisandinista continúan matizando el panorama político nicaragüense, en lo que parece una crisis existencial sin solución aparente a corto plazo.
La manzana de la discordia es la nominación de la figura con mayores posibilidades de enfrentar con éxito al candidato del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en las elecciones generales de noviembre del próximo año, en un debate que ya dura meses, con el único resultado hasta ahora de exponer a la luz pública las ambiciones personales de unos y otros.
El primero en expresar sus aspiraciones fue el ex presidente Arnoldo Alemán, líder del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), quien aprovechando su preponderancia en esa organización se hizo nominar candidato para ocupar por segunda vez la presidencia, a pesar de que fue juzgado y condenado por delitos cometidos durante su mandato.
Otro tanto hizo después, tras aparentes dudas y vacilaciones, el banquero Eduardo Montealegre, cabeza del Movimiento Vamos con Eduardo (MVCE), creado para su promoción personal, pero que carece de personería jurídica.
Montealegre tiene también el techo de vidrio, pues se le acusa de supuestos delitos cometidos cuando fue ministro en el gobierno del presidente Enrique Bolaños, pero que hasta ahora no han prosperado por la inmunidad que le otorga su condición de diputado a la Asamblea Nacional.
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http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&id=212258&Itemid=1
Las polémicas y enfrentamientos entre los principales dirigentes de la oposición antisandinista continúan matizando el panorama político nicaragüense, en lo que parece una crisis existencial sin solución aparente a corto plazo.
La manzana de la discordia es la nominación de la figura con mayores posibilidades de enfrentar con éxito al candidato del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en las elecciones generales de noviembre del próximo año, en un debate que ya dura meses, con el único resultado hasta ahora de exponer a la luz pública las ambiciones personales de unos y otros.
El primero en expresar sus aspiraciones fue el ex presidente Arnoldo Alemán, líder del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), quien aprovechando su preponderancia en esa organización se hizo nominar candidato para ocupar por segunda vez la presidencia, a pesar de que fue juzgado y condenado por delitos cometidos durante su mandato.
Otro tanto hizo después, tras aparentes dudas y vacilaciones, el banquero Eduardo Montealegre, cabeza del Movimiento Vamos con Eduardo (MVCE), creado para su promoción personal, pero que carece de personería jurídica.
Montealegre tiene también el techo de vidrio, pues se le acusa de supuestos delitos cometidos cuando fue ministro en el gobierno del presidente Enrique Bolaños, pero que hasta ahora no han prosperado por la inmunidad que le otorga su condición de diputado a la Asamblea Nacional.
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