viernes, 17 de abril de 2020

Nicaragua: Hace 41 años la masacre de Veracruz

Estremecedor relato de Ana Isabel Morlaes

Por AI Morales | Radio La Primerísima

En abril de 1979 Francisco Rivera, "El Zorro", se lanza a la segunda insurrección en Estelí. La Dirección Nacional del FSLN nos orienta realizar actividades militares contra la Guardia Somocista en León con el objetivo de quitar presión militar sobre nuestros compañeros en Estelí. Entonces planificamos y ejecutamos operaciones combativas. Es en estas circunstancias que se elaboran los planes de la Insurrección Final en León. La Guardia ya no tenía capacidad ofensiva pues era todo un pueblo en su contra. Eran dos situaciones completamente distintas.

El Estado Mayor del Frente Occidental Rigoberto López Pérez (FORLP) estaba conformado por Róger Deshon Argüello, coordinador, Edgard Lang Sacasa, Fanor Urroz "Mariano", Carlos Manuel Jarquín "Chinto", Idania Fernández, Araceli Pérez Darias (de origen mexicano y compañera de Joaquín Cuadra Lacayo), Leticia Herrera Sánchez "Miriam", el coordinador del Frente Interno Óscar Pérezcassar el inolvidable "Pin", y yo.


En esos días estábamos en constante comunicación entre nosotros. Los compañeros, que tenían experiencia de clandestinidad, sabían que era prohibido que nos juntáramos dos o más clandestinos en una misma casa. Pero el día 15 de abril por la noche, por circunstancias de la vida, nos juntamos primero Idania y yo en la casa de la licenciada Aída Salamanca, colaboradora del FSLN, en el barrio El Laborío. Después llegaron Carlos Manuel y Edgard, y por último Leticia, quien llegó de casualidad.

Róger, que era como la gallina con sus pollitos, llamaba todas las noches para saber dónde estábamos. Él no descansaba hasta saber dónde estaba cada uno de nosotros y si estábamos bien. Cuando se da cuenta que estábamos juntos, se lamenta no poder ir por el toque de queda.

Estábamos en un cuarto con aire acondicionado que era acústico porque tenía doble pared. La compañera Aida, cuyo marido era médico anestesista que trabajaba en el Hospital de la Guardia en Managua y en Chinandega, nos dejaba una seña en la casa para avisarnos cuándo estaba la Guardia cerca y cuándo no. La casa era súper segura, una seguridad absoluta.

Una noche de hermandad


Recuerdo que tuvimos una noche amena y linda. Idania cantó y tocó la guitarra. Fue una noche en la que compartimos como nunca me ocurrió en toda mi vida. Fue como una premonición, una despedida. Una noche bellísima. Pasamos toda la noche contándonos de nuestros hijos, de nuestros amores, de nuestras experiencias, nuestras amarguras, sinsabores, alegrías, esperanzas, compartiendo, cantando canciones revolucionarias.

La Guardia creyó que una de las compañeras que había asesinado en Veracruz era Dora María, porque ella había estado en Veracruz el domingo 15 de abril. Pero ella ya se había regresado a Managua.

Al día siguiente, lunes 16 de abril de 1979, después de mediodía, yo estaba en una casa de seguridad en la Calle Real de Sutiaba, cuando llegó Carlos Manuel a comunicarme que "Pin" nos estaba convocando a una reunión urgente en Veracruz a las cuatro de la tarde.

Nos montamos en el carro para ir a recoger a otros compañeros. Una vez que estábamos juntos Edgard, Carlos Manuel, Idania y yo, estuvimos dando vueltas esperando que la hora de la reunión. Idania tenía un gran dolor de cabeza. Le dijimos que se quedara pero no quiso.

Llegamos los cuatro a la casa de Veracruz, cuyo dueño era Francisco "Chico" Quiñónez, en donde ya estaban Róger Deshon y "Pin". Después llegó Aracelly quien vivía en esa vivienda.

El compañero Octavio Porras "El gato", quien hacía la labor de conductor de Edgard, después de dejarnos en Veracruz salió a buscar a Leticia Herrera.

La alerta llegó tarde

Minutos después sonó el teléfono. "Pin" atendió la llamada: era Fanor, quien avisaba que que estaba saliendo de una casa de seguridad en Sutiaba para ir a la reunión, cuando vio pasar un convoy de la Guardia encabezado por una tanqueta en dirección al Reparto Santa María.

Recuerdo clarísimo. Son cosas que no se te olvidan nunca en la vida. "Pin" nos dice: "Mariano avisa que viene la Guardia". Abrimos la cortina de la sala y vimos que, efectivamente, una tanqueta venía en dirección a la casa. También vimos un jeep BECAT (brigada élite de la GN), de donde ya se estaban bajando varios guardias, y caminan pegados a la pared frontal de la casa de Quiñónez.

Hay que recordar que después de la insurrección de 1978, los clandestinos del FSLN nos movíamos en la ciudad sin armas porque a cada rato la Guardia paraba los vehículos en la calle, revisaba la valijera y la guantera; sino veían armas te dejaban seguir. Por eso en la reunión de Veracruz ninguno de nosotros estaba armado.

La reunión estaba citada temprano por la tarde, porque a las 5 pm empezaba el toque de queda impuesto por la Dictadura. Pero como el encuentro no había sido planificado, no había una escuadra de apoyo como normalmente ocurría para proteger las reuniones del Estado Mayor del FORLP.

Contiguo a la casa de Chico Quiñónez, en el costado derecho, había otra casa de seguridad, la de Marcos Castillo, y ahí sí había armas del Frente. "Pin" le dice a Aracelly que ella, Edgard, Sacasa, Carlos Manuel, Idania y yo saliéramos por el extremo izquierdo de la casa hacia las otras viviendas y que ellos, Róger y él, irían a buscar las armas a la casa de Marcos. Así lo hicimos.

En esa época, las casas de León se comunicaban con huecos entre cada casa para no salir por la calle. Entonces, pasamos por una piscina donde estaban unos niños y sus niñeras. Ya la Guardia está haciendo el cerco, y comienza a disparar al aire, una cuestión psicológica para sembrar el terror, mientras están terminando el cerco. Nosotros pasamos por la piscina y detrás de nosotros van todos los niños con las empleadas.

Llegamos a la última casa del tope, que era de Fabio Icaza, donde ya no había salidas. En el momento que nosotros entramos por la parte posterior de esa vivienda, la Guardia está rompiendo el portón del garaje y entra gritando: "Salgan con las manos arriba".

La enseñanza de Federico

Cuando los militantes del FSLN pasábamos a la clandestinidad, una de las cosas que nos decía Pedro Arauz Palacios "Federico", miembro de la Dirección Nacional, era que en un momento de tensión lo que había que hacer era confundirse con la gente, pues es la única alternativa de salvación.

Entonces les digo a los muchachos:

– Confundámonos con las empleadas. Y yo tomo de la mano a una niña que está gritando histérica porque ya la Guardia está con una balacera terrible.

La niña, de los nervios, obviamente me lo permite y me abraza. Todas, las empleadas y los niños, salimos fuera de la casa al patio por la puerta de servicio, pero Edgard, "Chinto", Idania y Araceli no lo hicieron porque se metieron en un cuarto.

La Guardia se mete a la casa, revisa a los cuartos, encuentra a los muchachos desarmados y los sacan, ubicándolos a unos quince metros de distancia de donde estábamos nosotros.

Yo estoy con los niños y las empleadas y me quiero hacer pasar como una de ellas, pero para ese entonces (antes de 1979) las empleadas no usaban lentes y yo los llevaba puestos, lo cual atrajo la atención de los guardias.

«Tía Julia»

Uno de ellos me saca del grupo y me pregunta quién era. Le respondía que era empleada de la casa. Todas las compañeras que estaban trabajando de niñeras sabían que nosotros éramos sandinistas. Ellas eran colaboradoras del Frente y una me había preguntado calladita mi seudónimo. "Julia", le digo yo, y entonces le decía a los niños: "es la tía Julia, la tía Julia". Entonces los niños decían "tía Julia, mi tía Julia".

Como el Guardia no estaba convencido de que yo era empleada, entonces ellas decían que era familiar de los dueños de esa casa.

Todo el mundo está arrodillado y con las manos sobre la cabeza. Los niños también. Los guardias disparaban sobre nuestras cabezas. El guardia que me había sacado de la fila sigue dudando sobre mi identidad. Era una situación terrible.

En eso llega en su vehículo la dueña de la casa y ve que está inundada de guardias, a sus hijos arrodillados amenazados por la Guardia. Mira a cuatro jóvenes que en su vida ha visto, otra que dice ser su familiar a la que un guardia la tiene agarrada del pelo.

A ella la bajan de su vehículo y la agarran del pelo también y le preguntan que quién soy yo. La señora observa a sus hijos de rodillas con la Guardia apuntándoles a sus cabezas. Ella está aterrorizada y más porque en su vida me había visto.

Cuando nos encaran, es evidente que ella va a hablar y decir que no me conoce.

El drama y la salvación


Pero en ese preciso instante, se le desgaja la quijada hasta el pecho. Es horroroso ver cuando le ocurre eso a una persona. Es un impacto horroroso.

El guardia y todos nos quedamos impactados. Ella se estaba ahogando en su propia saliva.

Le grito al guardia que se quite el casco para llenarlo de agua echarle en el rostro. Le salpicamos la cara de a poquito para que no se ahogara, que recuperara el control sobre sus nervios y tratar de encajarle la mandíbula. Al final el guardia desistió de interrogarla.

Para entonces, todavía estoy viendo vivos a Idania, Araceli, Edgard y Carlos Manuel. Es la última vez que los veo con vida. Se los llevan recorriendo a la inversa el mismo trayecto que nosotros recorrimos para salir de la casa de Chico Quiñónez.

Después sólo escuché una gran balacera.

Más tarde ingresaron a esa vivienda unas camionetas de tina a recoger a los guardias que estaban en el patio de esa casa y nosotras quedamos solas.

Posteriormente, en las investigaciones que hacemos para esclarecer qué y cómo había ocurrido la masacre, pudimos determinar que en esas camionetas además de los guardias, llevaban los cadáveres de los muchachos. Nosotros no logramos verlos. Lo que sabemos es que los asesinaron a sangre fría.

Leticia Herrera, "Miriam", se salva porque no llega a tiempo a la reunión de Veracruz pues la andaban recogiendo a la hora del operativo de la Guardia y Fanor Urroz, "Mariano", porque va tarde a la reunión, y es el que nos avisa que va la Guardia.

Fanor muere el 18 de julio de 1979 poco después que las escuadras guerrilleras toman la ciudad de Nagarote. Un GN rezagado le dispara y muere en el acto, un día antes del 19 de julio de 1979.

Los hermanos al rescate

Unos cinco minutos después que la Guardia se fue, ocurrió una cosa muy linda que da una idea del impacto que esa masacre tuvo en la gente de León. Resulta que cuando la población se da cuenta que le están cayendo a una casa en Veracruz y que ahí está la gente del Estado Mayor, sin ninguna orden de nadie, las columnas de León, las escuadras de combatientes, empezaron a sacar las armas de los buzones, se organizaron delante de todo el mundo y marcharon a defendernos. Así fue en Sutiaba, en donde los compañeros salieron a las calles armados rumbo a Veracruz para defendernos, pero cuando llegaron la Guardia ya se ha ido.

También llegó Doris Meza, la compañera de Roger Deshon, con siete meses de embarazo.

Con Oscar "El Chele Marcos" Cortés y las escuadras del barrio San Felipe, llega también Fanor Urroz. Yo les digo que había visto que la Guardia se había llevado a Edgard, a Carlos Manuel, Idania y Aracelly, pero que yo no sabía si "Pin" y Róger habían logrado escapar del cerco ilesos o heridos, aunque yo creía que sí, que seguramente habían salido como rumbo a Poneloya.

Nos dirigimos entonces hacia Poneloya a una casa de seguridad a esperarlos. Pasamos en vela toda la noche y a las 5 de la madrugada del día siguiente, 17 de abril, salimos de regreso a León.

Cuando íbamos sobre la carretera, nos detiene un médico colaborador nuestro y nos dice que "Pin" y Róger están muertos, que la Guardia había llevado los cadáveres de los seis hermanos al Hospital San Vicente de León. Habían sido asesinados atrozmente.

Seguimos rumbo a León y la primera parada la hicimos en la casa de Irma Jarquín, ubicada al final de la calle real en Sutiaba. Ahí les decimos a los compañeros que los muchachos están muertos y se nos atacan en llanto. Llegan los vecinos, ya que en todas las casas de la cuadra había colaboradores del FSLN. Todos llorando y nosotros, tragándonos el dolor, los consolábamos y les dábamos ánimos para continuar luchando. Era terrible, espantoso el dolor que sentíamos pero nosotros no podíamos llorar porque debíamos mantener el ánimo en alto para la insurrección final.

Después de Sutiaba, "Mariano" y yo fuimos a casa de Aurorita Zamora, esposa de "Pin", y le damos la triste noticia. Le pedimos que avise a Managua y que además solicitara en el Hospital los cuerpos de los muchachos.

Los masacraron

Nos dirigimos al Hospital San Vicente y vemos tirados los seis cuerpos destrozados. A Edgard y Carlos Manuel los torturaron y acribillaron. "Pin" tenía un orificio enorme en el pecho, producto de una bala de Garand, y varios más en otras partes del cuerpo.

Yo me resistía a reconocer el cuerpo del Chele Deshon, pues tenía un balazo que le destrozó la barbilla desfigurándole el rostro y le decía a "Mariano" que no era él, que era una señora.

Las muchachas estaban con sus ropas abiertas, desabrochadas. Idania tenía un balazo en y Aracelly dos balazos, en ambos casos en la parte trasera de la cabeza.

Recuerdo que me puse a abrochar sus ropas, limpiarles la sangre de sus caras y a exigirles a las enfermeras que comenzaran a limpiar la sangre a los muchachos. Salimos del hospital una vez que ya los estaban aseando.

Nos dirigimos a la casa de los padres de los hermanos Lenín y William Fonseca, quienes habían caído en la insurrección de Septiembre de 1978, en donde el FSLN guardaba dinero.

Salimos caminando de allí Mariano y yo con cien mil córdobas envueltos en papel periódico y los dos con nuestras pistolas en la cintura. Fuimos a la Funeraria en San Felipe y pedimos 6 cajas iguales, las mejores. Los trabajadores nos quedaban viendo con temor y el gerente nos dice que no había 6 cajas iguales de lujo, solo 6 cajas sencillas. Pagamos y les dijimos que fueran al hospital San Vicente a recoger los cuerpos y llevaran todo para velarlos en casa de Aurorita Zamora.

Salimos caminando con deseos de encontrarnos con la Guardia y enfrentarnos a ella con toda la rabia y dolor que teníamos. Fuimos a una floristería y compramos seis coronas iguales y dimos la dirección de Aurorita.

Fue un día largo pues a cada casa de seguridad que llegábamos teníamos que levantar la moral de los compañeros.

El pueblo sepultó a sus Héroes

La Guardia no salió del Comando en todo el día.

Con los compañeros de San Felipe, nosotros nos ocupamos del entierro de los muchachos en el cementerio de San Felipe. El único que no está sepultado ahí es Edgard, pues sus padres se lo llevaron de la casa de Aurorita para ser enterrado en Managua en la cripta familiar ubicada en el Cementerio General.

"Mariano", "El Chele Marcos" y yo fuimos al cementerio de San Felipe y desde un costado del muro del cementerio, vimos cuando llegó el pueblo a enterrar a sus Héroes y Mártires de Veracruz.

Cuando se da la insurrección, el mismo plan que habíamos diseñado con los "Héroes de Veracruz", lo implementamos; con la única salvedad que para abril de 1979, la Guardia todavía no tenía ocupado el edificio del Banco Central en León. Eso lo hacen a raíz de una emboscada que hace "El Chele Marcos" con Luis Manuel Toruño, "Charrasca", la famosa emboscada Pedro Arauz Palacios.

Realmente que pude salir viva gracias a Dios, a las oraciones a la Santísima Virgen de Guadalupe que mi madre rezaba por mi vida, a que los niños siempre dijeron "dejen a mi tía Julia" y que a la señora Icaza que se le desgajó la quijada. Eso fue lo que me salvó la vida.

Hay que fortalecer los valores de la solidaridad, de la mística, la entrega, el servicio, el verdadero valor de la amistad, de la hermandad, el compañerismo que nosotros vivimos.

Por eso es tan atinada la orientación del Comandante Daniel y la compañera Rosario, a raíz de fracasado golpe del somocismo en abril de 2018, de que el Sandinismo Histórico tiene la responsabilidad de trasladar nuestra experiencia y formación sandinista a las nuevas generaciones.


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