Campaña firmas |
Por Ofraneh
El
pasado martes 4 de septiembre se firmó en Tegucigalpa, un acuerdo
entre la empresa NKG, representada por el libertario estadounidense
Michael Strong y COALIANZA (Comisión para la Promoción de Alianzas
Publico-Privadas), para la supuesta construcción de la primera
Ciudad Modelo).
El
testigo de honor fue el presidente del Congreso Nacional, Juan
Orlando Hernández, el que a la par de Porfirio Lobo, han promovido
la subasta de Honduras a través de las Regiones Especiales para el
Desarrollo (RED) conocidas también como Ciudades Modelos.
Con el lema de crear miles de empleos en un país sumido en la miseria, los ultraderechistas hondureños, que a través de elecciones espurias, lograron copar el Congreso nacional y posteriormente reformar la Constitución Nacional; los "nacionalistas" pretenden vender franjas del territorio a los mejores postores extranjeros.
El
economista estadounidense Paul Romer, promotor de las Ciudades
Modelo, intentó su experimento en la isla de Madagascar, con la
colaboración de la empresa coreana POSCO-DAEWOO. la intervención
culminó en un golpe de estado, donde el pupilo de Romer, Marc
Ravalomanana fue defenestrado de la presidencia por masas enardecidas
ante la destrucción de la soberanía de Madagascar.
Tras
el golpe de Estado en Honduras, el empresario nicaraguense Xavier
Arguello Carazo, yerno del panameño Ricardo Maduro, expresidente de
Honduras, contactó a Romer, ofreciendo a Honduras para sus
experimentos políticos-económicos. A inicios del año 2010, la
ultraderecha hondureña, representado por el libertario Octavio
Sanchez, Secretario de la Presidencia efectuó un encuentro con Paul
Romer, el que vendió la idea a los empresarios-políticos hondureños
de las neo repúblicas bananeras.
Mientras
tras bambolinas se efectuaban las negociaciones sobre el futuro del
país, al pueblo hondureño se le proporcionó datos cosméticos
pretendiendo crear un espejismo de riqueza en medio del mar de
violencia desatado después del golpe de estado.
Libertarios
de derecha y sus islas de Bonanza
El
movimiento libertario de derecha en los Estados Unidos, ha venido
promoviendo un estado con limitantes acompañado de máxima libertad
económica e individual. Han llegado incluso a crear su propio
partido, el Partido Libertario, considerado como el tercero en los
Estados Unidos. En la actualidad es muy fina la cutícula que separa
los libertarios del denominado Partido del Te, asociado con los
estratos más reaccionarios de la política estadounidense.
Desde
hace algunos años los libertarios estadounidenses sueñan con crear
colonias en los océanos, de tal forma que sean considerados naciones
independientes para eludir las normas fijadas actualmente dentro de
los estados-nación. Desde la experiencia del Principality of Sealand
(1967), frente a la costa de Inglaterra, pasando por el fallido
Freedom Ship (1999) en la bahía Trujillo, hasta la vigente
Seasteaders, han pretendido crear islas-nación para fomentar
paraísos fiscales y eludir regulaciones.
En
diciembre del 2011, la revista neoliberal "The Economist",
publicó un artículo en el que señaló la firma de dos cartas de
intención entre el Estado de Honduras y libertarios. Las compañías
Future Cities Development Corporation fundada por Patri Friedman,
nieto del nefasto economista Milton Friedman, y financiada por Peter
Thiel, propietario de Paypal y experto en fondos de cobertura; la
segunda compañía se denomina Grupos Ciudades libres (Free Cities
Group) propiedad de Michael Strong y Kevin Lyons, libertarios que
aparecen ahora en Honduras firmando un Convenio bajo el nombre de
NKG.
Michael
Strong es el fundador de FLOW (Freedom Lights Our World) y autor del
libro "Ser la solución: cómo los empresarios y capitalistas
conscientes pueden resolver todos los problemas del mundo". En
FLOW participan entre otros, Hernando de Soto, el economista peruano,
conocido como promotor de la individualización de la propiedad
comunitaria.
La
Universidad
Francisco Marroquín de Guatemala se ha convertido en un
epicentro de la ultraderecha libertaria. En sus foros han participado
los "filántropos "que ahora pretenden implementar los
proyectos neocoloniales en Honduras. Todos claman la necesidad de
"buenas reglas" para lograr crear estados efectivos y
prósperos, pero al mismo tiempo consideran la democracia obsoleta.
Patri
Friedamn en su artículo Más
Allá del Activismo Popular, publicado en el ultraconservador
portal del Instituto Cato, señala que "La democracia es el
patrón actual del sistema industrial político, pero por desgracia,
es poco adecuado para un estado libertario". El desdén hacia la
democracia parece ser un denominador común entre la elite que
conforma el grupo de libertarios estadounidenses.
Así
que, las islas de prosperidad asumidas por el actual régimen
hondureño no necesariamente poseerán un sistema democrático y sus
propias reglas trascenderán tratados y convenios firmados por el
Estado de Honduras, con el agravante que la corte
de apelaciones se encontrará en el paraíso fiscal de Mauricio,
es decir en el otro lado del planeta.
Honduras
y su menguada soberanía nacional
Desafortunadamente
la historia de Honduras esta plagada de violaciones a su soberanía
instigadas por los propios hondureños. Basta recordar la instauración del la
Republica Bananera por Manuel Bonilla, fundador del Partido Nacional,
el que financiado por Sam Zemurray, en la siniestra noche del 22
diciembre de 1910 partió de un burdel de Nueva Orleans, hacia
las costas de Honduras, donde meses después, ocupó la ciudad de
Tegucigalpa. Da la casualidad que al transcurrir exactamente un siglo
de la invasión de Zemurray- Bonilla, Honduras opta por recrear una
nueva versión de la república bananera.
En
el último intento de William Walker para apoderarse de
Centroamérica, utilizó a las Islas Santanilla conocidas como islas
del Cisne, a donde arribó en compañía de los Caballeros del
Círculo Dorado, un grupo sureño de los Estados Unidos que pretendían
establecer regímenes esclavistas en Centroamérica y el Caribe.
Posteriormente en las islas del Cisne tuvieron como rey al capitán
estadounidense Alonzo Adams, quien reclamó posesión de las islas
como propiedad abandonada.
Es
hasta 1976 cuando Estados Unidos entrega las islas a Honduras, pero
las continua utilizando durante la guerra fría como base militar.
Durante la década de los 80, Honduras cede de forma no tan discreta
el control de la Moskitia a las tropas imperiales. Es la época en la
cual el país es conocido como el U.S.S Honduras.
El
trágico
legado de Honduras parece ser que una vez más se repite, y
los Caballeros del Círculo Dorado, reencarnan bajo el nombre de los
libertarios quienes se apoderan del territorio nacional. Parece ser que a
Honduras la aflige la maldición de poseer una casta de
entreguistas, convencidos que rematando el territorio nacional
lograrán alcanzar el espejismo del desarrollo. Sin embargo para gran
parte del pueblo hondureño, ceder franjas del territorio, no es
más que una traición a la patria.
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