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El cable 10MANAGUA240
de la embajada estadounidense en Managua, liberado recientemente por
WikiLeaks, da un raro vistazo al mundo de la corruptela de los grupos
parapolíticos de la mal llamada "sociedad civil" perteneciente al
entorno de la alianza PLI-MRS de Eduardo Montealegre, Edmundo Jarquín y
el provecto candidato Fabio Gadea Mantilla.
Según el cable, el grupo carente de personería jurídica Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM), miembro de la organización paraguas CINCO, de Carlos Fernando Chamorro, solicitó directamente a la embajada estadounidense financiamiento por el monto de 100 mil dólares (unos 2.1 millones de córdobas a la tasa de cambio de ese entonces), para realizar una campaña con el fin de "elevar la conciencia pública sobre el deterioro de la democracia nicaragüense, [en la que] actores clave se comprometan a fortalecer las instituciones y la gobernanza democrática del país".
Según el cable, el grupo carente de personería jurídica Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM), miembro de la organización paraguas CINCO, de Carlos Fernando Chamorro, solicitó directamente a la embajada estadounidense financiamiento por el monto de 100 mil dólares (unos 2.1 millones de córdobas a la tasa de cambio de ese entonces), para realizar una campaña con el fin de "elevar la conciencia pública sobre el deterioro de la democracia nicaragüense, [en la que] actores clave se comprometan a fortalecer las instituciones y la gobernanza democrática del país".
Evidentemente, esta revelación pone las cosas de color castaño oscuro:
La seudo ONG nicaragüense, ya no sólo usa de mamapara a las grandes ONGs
europeas para obtener financiamiento político, sino que con la gorra en
la mano, va y pide directamente a una legación diplomática extranjera
para hacer política, algo penado por la ley en la mayoría de los países.
La solicitud, que recibió "el respaldo total" del entonces embajador Callahan, fue hecha en febrero de 2010.
De los cien mil dólares solicitados, 53 mil 840 estaban destinados a la realización de reuniones, tres foros nacionales, ocho foros locales, cuñas radiales, cuñas televisivas y copias de la Constitución de la República a ser distribuidas masivamente entre la población.
A estos gastos se les debe agregar el sueldo de dos empleadas a tiempo completo por la friolera de 41 mil 220 dólares, un fortuna en el mercado laboral nicaragüense. Suponiendo una duración de un año, los sueldos de estas dos empleadas (ojalá que pensasen en contratar mujeres), ascenderían nada más ni nada menos que a U$D 1 717.50, un estimado de unos 36 mil 96 córdobas mensuales de la época, cuando un dólar estaba a C$ 21.01.
Del "proyectito" del MAM, Callahan dice que "la propuesta apoya la prioridad principal del Plan Estratégico de la Misión [diplomática estadounidense], es decir, en ayudar al pueblo de Nicaragua [o sea, a los políticos de derecha preferidos de Callahan] a preservar y fortalecer el espacio y las instituciones democráticas". Para que no quede duda de la naturaleza político-partidaria de esta "ayuda", Callahan fundamenta su apoyo al mismo diciendo que, a pesar de que se centra en los derechos civiles de las mujeres, "por su misma naturaleza alcanzaría a un grupo más amplio".
Habrá que recordar que hasta el último momento, y en total contradicción con sus declaraciones en los medios, y hasta con los informes que enviaba a sus superiores del Departamento de Estado en Washington, Callahan negó cualquier injerencia política en los asuntos internos del país, mucho menos el financiar a grupos que abiertamente hacen campaña política como el MAM: “Eso es lo que concierne a nosotros, el proceso, no el resultado; un proceso limpio, transparente, justo, que produzca cualquier candidato, ese es el que vamos a reconocer. Entonces, es el proceso lo que nos concierne a nosotros,” decía a La Prensa el 1 de julio, semanas antes de dejar Nicaragua.
Por su parte, el MAM y afines, nos acusaban a los que osamos escarbar en esos temas de estar inventando conspiraciones paranoides con el fin de desprestigiarlos. Juramos que no tenemos nada que ver con ese señor de WikiLeaks, Julian Assange, al que seguramente le importa un cuerno este país.
Una cosa que resulta interesante de todo este asunto es por qué ni El Nuevo Diario, ni La Prensa, ni el derechista Diario El País de España, ni los grandes consorcios mediáticos occidentales que tuvieron acceso de primera mano al material, se fijaron en este humilde cablecito diplomático mientras que sí dieron amplia cobertura a las enfermas elucubraciones de Callahan y Trivelli que los ex embajadores regularmente enviaban al Departamento de Estado bajo el disfraz de "inteligencia".
Por nuestra parte, sólo constatamos que los famosos cables no aportan nada nuevo, sólo confirman lo que ya sospechábamos con buenas bases. Sin embargo, el MAM y afines harían bien en dar una explicación razonable de todo esto, o de lo contrario, no sentirse ultrajados cada vez que se les llame vendepatrias. Ojalá que no les hayan dado la plata que pedían, porque entonces no podrán ver al pueblo a los ojos nunca más.
La solicitud, que recibió "el respaldo total" del entonces embajador Callahan, fue hecha en febrero de 2010.
De los cien mil dólares solicitados, 53 mil 840 estaban destinados a la realización de reuniones, tres foros nacionales, ocho foros locales, cuñas radiales, cuñas televisivas y copias de la Constitución de la República a ser distribuidas masivamente entre la población.
A estos gastos se les debe agregar el sueldo de dos empleadas a tiempo completo por la friolera de 41 mil 220 dólares, un fortuna en el mercado laboral nicaragüense. Suponiendo una duración de un año, los sueldos de estas dos empleadas (ojalá que pensasen en contratar mujeres), ascenderían nada más ni nada menos que a U$D 1 717.50, un estimado de unos 36 mil 96 córdobas mensuales de la época, cuando un dólar estaba a C$ 21.01.
Del "proyectito" del MAM, Callahan dice que "la propuesta apoya la prioridad principal del Plan Estratégico de la Misión [diplomática estadounidense], es decir, en ayudar al pueblo de Nicaragua [o sea, a los políticos de derecha preferidos de Callahan] a preservar y fortalecer el espacio y las instituciones democráticas". Para que no quede duda de la naturaleza político-partidaria de esta "ayuda", Callahan fundamenta su apoyo al mismo diciendo que, a pesar de que se centra en los derechos civiles de las mujeres, "por su misma naturaleza alcanzaría a un grupo más amplio".
Habrá que recordar que hasta el último momento, y en total contradicción con sus declaraciones en los medios, y hasta con los informes que enviaba a sus superiores del Departamento de Estado en Washington, Callahan negó cualquier injerencia política en los asuntos internos del país, mucho menos el financiar a grupos que abiertamente hacen campaña política como el MAM: “Eso es lo que concierne a nosotros, el proceso, no el resultado; un proceso limpio, transparente, justo, que produzca cualquier candidato, ese es el que vamos a reconocer. Entonces, es el proceso lo que nos concierne a nosotros,” decía a La Prensa el 1 de julio, semanas antes de dejar Nicaragua.
Por su parte, el MAM y afines, nos acusaban a los que osamos escarbar en esos temas de estar inventando conspiraciones paranoides con el fin de desprestigiarlos. Juramos que no tenemos nada que ver con ese señor de WikiLeaks, Julian Assange, al que seguramente le importa un cuerno este país.
Una cosa que resulta interesante de todo este asunto es por qué ni El Nuevo Diario, ni La Prensa, ni el derechista Diario El País de España, ni los grandes consorcios mediáticos occidentales que tuvieron acceso de primera mano al material, se fijaron en este humilde cablecito diplomático mientras que sí dieron amplia cobertura a las enfermas elucubraciones de Callahan y Trivelli que los ex embajadores regularmente enviaban al Departamento de Estado bajo el disfraz de "inteligencia".
Por nuestra parte, sólo constatamos que los famosos cables no aportan nada nuevo, sólo confirman lo que ya sospechábamos con buenas bases. Sin embargo, el MAM y afines harían bien en dar una explicación razonable de todo esto, o de lo contrario, no sentirse ultrajados cada vez que se les llame vendepatrias. Ojalá que no les hayan dado la plata que pedían, porque entonces no podrán ver al pueblo a los ojos nunca más.
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