Segundo Seminario sobre "Turismo y desarrollo en Centroamérica, México y El Caribe"
El fracaso de Copenhague, la peligrosa inutilidad de las iniciativas sobre protección climática y el turismo como nueva forma de colonialismo y promoción de subdesarrollo.
por Giorgio Trucchi ALBA SUD-Rel-UITA
Centroamérica, México y El Caribe constituyen una de las áreas más vulnerables ante el creciente deterioro del clima terrestre. La enorme desigualdad social que existe en estos países y la receta fracasada de generar desarrollo a través de la industrialización turística proveniente del exterior, contribuyen a acentuar su vulnerabilidad. Reivindicar el rescate de la deuda climática del Norte y levantar la voz como región, para exigir la transferencia masiva de recursos económicos y tecnológicos, debe ser la prioridad en la próxima Cumbre Climática de Cancún (COP 16), que tendrá lugar entre el 30 de noviembre y el 7 de diciembre de 2010.
Según Joan Buades, investigador sobre turismo y cambio climático de ALBA SUD y miembro del Grupo de Investigación en Sostenibilidad y Territorio (GIST) de la Universidad de las Islas Baleares, hay muy poca conciencia de la extrema vulnerabilidad que existe ante el cambio climático en el área de Centroamérica, México y El Caribe. “Todos los estudios indican que van a ser zonas muy afectadas en el futuro. Buena parte de su población vive en los litorales y uno de los fenómenos colaterales del cambio climático, es la correlación que existe entre el aumento de la temperatura del agua en los mares y la acidificación de los océanos.
Esto –explicó Buades– va a incrementar la cantidad y la fuerza de los huracanes. Estamos en una situación de máxima alerta, acentuada por la enorme desigualdad social que existe en esta región. El impacto económico y humano va a ser aún más desastroso”, aseveró.
El investigador evidenció también como todos estos países contribuyen de manera mínima al cambio climático. “Es una situación paradójica. En la región las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) son muy bajas y las poblaciones van a ser las primeras que van a pagar los platos rotos.
En este sentido – continuó Buades – Centroamérica, México y El Caribe deben retomar lo que los movimientos sociales y algunos gobiernos, como Bolivia, reclamaron en Copenhague. Es decir, una justicia climática global.
Hay una deuda climática histórica de los países ricos del Norte con los del Sur. A ellos les toca pagar la adaptación de estos territorios y sociedades para que puedan protegerse del cambio climático”, sentenció.
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http://www.albasud.org/viewcoverage.php?event=2
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