jueves, 28 de enero de 2010

Zelaya se fue a República Dominicana

TeleSUR

El ex presidente de Honduras, Manuel Zelaya, llegó este miércoles a República Dominicana en compañía del mandatario de ese país, Leonel Fernández, luego de partir del Aeropuerto Internacional de Toncontín, en Tegucigalpa, en horas de la tarde. En un corto discurso agradeció a Leonel Fernández por el "rescate histórico", tras 129 días de estar preso en su propia patria.

El ex jefe de Estado le agradeció a República Dominicana y a la administración de Fernández por el "rescate histórico para sacarnos a nosotros de esa terrible tragedia que estaba viviendo mi familia", tras el golpe de Estado y dijo que espera una situación similar no se repita en ningún país de Latinoamérica.

"Gracias inmensamente a la República Dominicana, al presidente Leonel Fernández y a su esposa", agregó.

El ex presidente recordó, a su llegada a Santo Domingo, el golpe de Estado que lo dejó "prisionero en su propio país".
Recordó que hasta este miércoles permaneció 129 días prisionero en su propio país "siendo el presidente electo en unas elecciones libres, transparentes y honestas".

Al descender de la aeronave en el Aeropuerto militar de San Isidro, Zelaya desfiló junto a Leonel Fernández por un pasillo de honor. Durante su estadía en República Dominicana será tratado como un huésped distinguido, según lo acordado en un documento firmado entre Porfirio Lobo, sucesor del gobierno de facto y Fernández.

Poco antes, en unas cortas palabras, el presidente Leonel Fernández catalogó a Zelaya como un símbolo de la democracia en América Latina y reiteró la condena de su gobierno al golpe de Estado del pasado 28 de junio.

"La forma en que su gobierno fue interrumpido y fue desconocida su Constitución representó una afrenta contra la República Dominicana y para toda América Latina (...) Desde República Dominicana condenamos siempre el golpe de Estado", dijo Fernández.

"Repudiamos el golpe en todos los foros, era una obligación moral para República Dominicana", indicó.

El ex presidente Zelaya agradeció igualmente el apoyo de la Organización de Estados Americanos (OEA), del presidente costarricense Óscar Arias, así como los mandatarios de América del Sur, Central y de Estados Unidos; aunque, a pesar de todos los intentos "no se pudo lograr la restauración de la democracia por el incumplimiento de los acuerdos" por parte de una de las fuerzas involucradas en el conflicto político.

"Es un esfuerzo fallido pero que nos deja lecciones que aprender", indicó Zelaya y agregó que "estas lecciones que hemos aprendido hoy en (República) Dominicana también representan una esperanza para los pueblos latinoamericanos".

Recalcó la importancia de las gestiones del Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva que le brindó protección durante su estadía de cuatro meses en la embajada de Brasil en Tegucigalpa.

Indicó que actualmente el sucesor del gobierno de facto, Porfirio Lobo, debe materializar las intenciones de cambio que ha manifestado porque esto sería beneficioso "para la reconciliación del país (...) para que en el país cese la persecución y triunfe la justicia".

A su salida de Honduras, los seguidores del ex mandatario gritaban consignas a su favor esperando su pronto regreso, según reportó la enviada especial de teleSUR en Honduras, Adriana Sívori, quien narró cuando los dos aviones que transportaban la comitiva se alejaban en el cielo hondureño mientras los simpatizantes continuaban cerca del aeropuerto en apoyo a su líder.

Sívori informó cuando la caravana que transportaba a Zelaya entró a la base militar del aeropuerto de Toncontín y destacó que el ex presidente viajó con su esposa, Xiomara Castro de Zelaya, y su hija, Hortensia Zelaya, además de su asesor legal, Carlos Reina.

Zelaya fue víctima de un golpe de Estado el pasado 28 de junio, cuando varios jefes militares lo expulsaron del país hasta Costa Rica.

Mientras se esperaba la salida del ex dignatario, en la capital hondureña y otras ciudades se realizaron concentraciones convocadas por el Frente de la Resistencia Popular, que agrupa a varias organizaciones sindicales, campesinas, indígenas y a políticos progresistas que, desde el inicio del conflicto político, han mostrado su apoyo al ahora ex presidente de Honduras.

Respecto a esta organización popular, Zelaya expresó que "lo único que hemos pedido es el respeto a sus derechos humanos, que cese la represión y su reconocimiento para que integren el diálogo en Honduras".

"Nuestras posición es pacífica. Como demócratas creemos que, a pesar de las diferencias, éstas se deben solventar a través de la concertación (...) El presidente Lobo se ha comprometido a que cese la persecución política contra los ministros de mi Gobierno y es un buen gesto", concluyó el ex presidente hondureño ante medios locales e internacionales a su llegada a República Dominicana.

Reforma en la OEA

Durante la rueda de prensa, el ex presidente de Honduras y el mandatario dominicano abogaron por una reforma a la Carta Democrática Interamericana y la necesidad de revisar las sanciones a los regímenes golpistas contempladas en el texto.

Fernández indicó que el documento sólo establece la suspensión del país de la OEA en el caso de golpes de Estado, como el perpetrado contra Zelaya el 28 de junio pasado, y estimó conveniente reforzar el poder coercitivo de esa norma.

Zelaya, por su parte, apoyó esta propuesta de Fernández y dijo que la Carta, aprobada en 2001, "necesita un nuevo capítulo".

Afirmó que este aspecto deberá ser estudiado por los presidentes y cancilleres de la región, así como por el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza.

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Dos aviones de la comitiva de República Dominicana salieron de la base aérea Hernán Acosta Mejía llevándose al mandatario Leonel Fernández y al ex presidente Manuel Zelaya, familia y allegados.


Los dos aviones salieron a eso de las 3:30 de la tarde. El ex presidente Manuel Zelaya, fue acompañado hasta la base por el presidente Porfirio Lobo.

"Mi idea es regresar un día, no sé cuánto tiempo pasará, pero sí regresaré. Yo soy un hondureño de verdad", dijo Zelaya el martes a la hondureña Radio Globo.

Mientras tanto miles de hondureños marcharon más temprano hacia el aeropuerto de Tegucigalpa para despedir a Zelaya y pedirle que vuelva pronto al país, luego de manifestarse infructuosamente durante siete meses por su restitución.

Los seguidores del Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe de Estado se agruparon en la mañana en la Universidad Pedagógica Nacional y caminaron al aeropuerto de Toncontín, mientras al otro lado de la capital las autoridades asistían en el Estadio Nacional al acto de juramentación del nuevo presidente Porfirio Lobo.

"Hasta luego Papá Mel, que Dios te bendiga siempre", decía una pancarta, en una de las mayores manifestaciones desarrolladas por la Resistencia desde el golpe del 28 de junio de 2009 que depuso a Zelaya, y fue seguida de cerca por policías y militares fuertemente armados.
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"Vine porque soy consciente y nosotros queremos cambios sociales, queremos que el pueblo tome el poder y que nuestro presidente también vuelva muy pronto", dijo Sara Avila, una estudiante de 25 años, a la AFP.

"Participo en las marchas desde el 28 de junio y tres meses antes, (marchaba) por la 'cuarta urna', con la que Zelaya pretendía realizar un referéndum para reformar la Constitución, lo que fue impedido por el golpe.

Lobo, quien reiteró este miércoles que luchará por la reconciliación, prometió la semana pasada darle un salvoconducto a Zelaya para que abandone el encierro de cuatro meses en la embajada de Brasil en Tegucigalpa y el martes anticipó que lo acompañaría en el trayecto al aeropuerto.

Los miembros de la Resistencia protagonizaron marchas para lograr la restitución en el poder de Zelaya, cuyo mandato de cuatro años culminó este miércoles.
"La lucha del pueblo, la lucha de la Resistencia, se trasladará ahora hacia la toma del poder", dijo el coordinador del Frente, Juan Barahona.

Los manifestantes iniciaron su marcha bajo un intenso sol, pero luego las nubes cubrieron el cielo de Tegucigalpa, lo que alivió a los manifestantes en su caminata de unos cinco kilómetros.

Víctor Cubas, un ex diputado liberal y sindicalista (el partido de Zelaya y del ex presidente de facto Roberto Micheletti), dijo que la Resistencia está "de acuerdo en que debe haber conciliación, pero no perdón a los golpistas".

"Tenemos que hacer que la ley llegue a todos y no se le aplique solamente a los pobres", expresó Cubas.



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