Foto G. Trucchi | LINyM |
Nueve años después del triunfo electoral el panorama es distinto
Por Informe Pastrán
Este 5 de Noviembre se cumplen nueve años desde que el FSLN ganó las elecciones generales en Nicaragua, después de dos intentos en 1996 y el 2001, cuando sus adversarios liberales advertían a la población que un regreso de Daniel Ortega al poder retornaría al país a la guerra, la hiperinflación, el racionamiento de alimentos, la confrontación con Estados Unidos y el deterioro económico, espectros que le dieron buenos resultados a Arnoldo Alemán en el 96 y en el 2001 a Enrique Bolaños.
El 5 de noviembre del 2006, los nicaragüenses acudieron a las urnas para elegir un nuevo Presidente de la República y 90 miembros de la Asamblea Nacional para un periodo de cinco años. El PLC, que había gobernado el país desde 1997 se había fracturado y sus principales figuras Arnoldo Alemán, Enrique Bolaños, Eduardo Montealegre y José Rizo se habían dividido en una guerra intestina desgastante.
Los cálculos electorales fueron errados para los liberales. Montealegre se lanzó a la candidatura presidencial con la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN) y Rizo con el PLC, tras fracasar varias negociaciones para unirse, bajo los auspicios del poderoso empresario Carlos Pellas, el ex presidente salvadoreño Armando Calderón Sol y el entonces Embajador de España, Jaime Lacadena.
Entonces apostaron a una segunda vuelta electoral para que el liberal que quedara de tercero apoyara a quien fuese puntero y unir fuerzas para impedir que Ortega retornara al poder. Fue una de las campañas presidenciales más costosas y con una intervención directa del gobierno de los Estados Unidos por medio de su Embajador Paul Trivelli.
Al final, Daniel Ortega y el FSLN ganaron la carrera con 37,99% de los votos, Montealegre obtuvo 28.30%, Rizo con 27,1%, Edmundo Jarquín, candidato presidencial del MRS con 6,29%, y Edén Pastora de Acción Democrática con apenas 0,29%. Así terminó el dominio de los liberales en la política nicaragüense, tras ganarle al FSLN el 25 de febrero de 1990.
Desde el 10 de enero del 2007 que Ortega asumió la Presidencia ha logrado desterrar esos fantasmas del pasado. En los últimos cinco años el país ha tenido crecimiento económico sostenido del 4% aproximado del PIB; las remesas del exterior se han duplicado; las inversiones extranjeras directas han crecido en 500%; el turismo ha pasado del millón de visitantes y la manejo macroeconómico del país es aplaudido por el FMI, Banco Mundial, BID y otros, y las relaciones bilaterales entre Nicaragua y Estados Unidos atraviesan por su mejor momento, siendo esa nación nuestro principal socio comercial.
Nicaragua, incluso, es el único país del ALBA que tiene embajador en Washington, y la relación de diálogo y entendimiento con el sector privado es de primer nivel e institucional.
Ortega es acusado por la oposición de autoritario y de implantar una dictadura, pero goza de amplia aprobación y popularidad de casi el 60% de la población, según las encuestadoras M&R; Borge & Asociados y CID Gallup, en tanto la oposición sigue dividida y confrontada.
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