Organizaciones
populares de América Latina y el Caribe, junto a militantes sociales,
difundieron una declaración que expresa un alerta ante la posibilidad de
que Mauricio Macri alcance la presidencia de Argentina. Si bien no se
trata de una posición unánime al interior de ALBA Movimientos, el texto
es firmado por referentes destacados de la articulación.
El
MST, Levante da Juventude y Consulta Popular, de Brasil; el Centro
Martin Luther King, de Cuba; Marcha Patriótica y el Coordinador Nacional
Agrario, de Colombia; la CRBZ y el Movimiento de Pobladores y
Pobladores, de Venezuela; La Junta, de Perú; Frenadeso, de Panamá y el
Comité de DDHH Digna Ochoa de Chiapas son algunos de los movimientos que
suscriben. Entre los militantes se encuentran Piedad Córdoba, Joao
Pedro Stedile, Llanisca Lugo, Joel Suárez, Manuel Bertoldi, Ricardo
Jiménez, Gerardo Bedoya y Andrés Gil.
“El 22 de noviembre el pueblo argentino decidirá en un ballotage quién será su presidente por los próximos cuatro años. Las únicas dos opciones posibles serán Daniel Scioli, del Frente para la Victoria, y Mauricio Macri, del Pro-Cambiemos”, comienza planteando el comunicado. “Ambos candidatos representan un giro a la derecha del sistema político, que impactará en la geopolítica continental. Sin embargo, las implicancias de un eventual triunfo de Macri o de Scioli no dan lo mismo”.
“El 22 de noviembre el pueblo argentino decidirá en un ballotage quién será su presidente por los próximos cuatro años. Las únicas dos opciones posibles serán Daniel Scioli, del Frente para la Victoria, y Mauricio Macri, del Pro-Cambiemos”, comienza planteando el comunicado. “Ambos candidatos representan un giro a la derecha del sistema político, que impactará en la geopolítica continental. Sin embargo, las implicancias de un eventual triunfo de Macri o de Scioli no dan lo mismo”.
Los
movimientos señalan el impacto geopolítico que tendría hacia los
pueblos de América un eventual triunfo del PRO/Cambiemos, que
configuraría un caso inédito en el continente ya que “si Macri es
electo, se trata de un claro avance en la estrategia de EEUU en el
continente”, tras el fracaso del proyecto ALCA en 2005 en Mar del Plata.
En
ese plano, recuerdan los golpes de Estado contra Mel Zelaya en
Honduras, en 2009, y contra Fernando Lugo en Paraguay, en 2012; el
impulso a la Alianza del Pacífico como eje que contrarreste al ALBA y la
proliferación de bases militares y ejercicios conjuntos entre las
fuerzas armadas de casi todos los países.
También
señalan “los intentos por relegitimar y reactivar a la OEA como espacio
privilegiado de decisiones políticas y la presión -diplomática,
económica, mediática- sobre los gobiernos de izquierda y progresistas”,
en un movimiento dirigido a “recuperar influencia en lo que EEUU
considera su patio trasero, con el objetivo central de frenar los
avances integracionistas que significan las propuestas del ALBA, Unasur y
CELAC”.
Según
se afirma, “esta restauración conservadora garantizará su dominio
político y económico en condiciones inmejorables. Ante esta situación,
conscientes de la coyuntura en la que vivimos, es necesario decir que
estamos ante un momento decisivo para toda Nuestra América y que
deseamos que todas las organizaciones y las personas del pueblo se
manifiesten activamente para impedir el acceso al gobierno de la opción
más reaccionaria, encarnada por Macri en este ballotage”.
La
declaración finaliza afirmando que “antes, durante y después del 22 de
noviembre, seguiremos luchando por los derechos del pueblo, construyendo
unidad entre los movimientos populares de América Latina y el Caribe y
enfrentando al imperialismo en cada uno de las batallas que se nos
presenten, con el compromiso asumido ante nuestros libertadores y
libertadoras de continuar la lucha por nuestra definitiva
independencia”.
Diversas posiciones en Argentina
La
situación del capítulo argentino de ALBA Movimientos es singular. Allí
conviven organizaciones de diversas características, tamaños, ideologías
y posicionamientos ante la coyuntura política.
En
todo el continente los movimientos argentinos son valorados por su
organización, pero también es conocida su tendencia endémica a la
fragmentación, que se expresa, entre otros aspectos, en la proliferación
de nombres y siglas que hace difícil seguir su recorrido y tener una
mirada de conjunto. Sin embargo, esto no ha impedido una articulación
relativamente amplia en el proyecto ALBA, incluso en momentos donde el
escenario político exige posicionamientos que pueden no ser
coincidentes, como sucede ante el ballotage presidencial.
Por
el voto en blanco se han expresado el Frente Popular Darío Santillán–
Corriente Nacional (FPDS-CN) y un sector del Movimiento por la Unidad
Latinoamericana y el Cambio Social (MULCS). El FPDS-CN, previamente,
había expresado su apoyo al Frente de Izquierda y los Trabajadores
(FIT), considerando que hay que fortalecer la alianza de partidos
trotskistas para conformar en torno a esa experiencia un polo de
izquierda.
El
FIT y estos movimientos plantean que el voto a cualquiera de los
candidatos legitima el ajuste y consideran que una opción por el “mal
menor” se contrapone a la lucha social que habrá que desarrollar a
partir del 23 de noviembre.
El
Frente Popular Darío Santillán (FPDS) -a excepción de su regional
Rosario- y otro sector del MULCS hacen parte de Pueblo en Marcha (PeM),
un instrumento electoral que comparten con otras organizaciones que no
integran ALBA Movimientos. En las últimas elecciones, Pueblo en Marcha
se integró al FIT y participó activamente en su campaña. Ante el
ballotage, desde PeM no han expresado una definición explícita, aunque
el FPDS sostiene que “gane Macri o Scioli seguirán las políticas de
ajuste”, por lo que de alguna manera se puede deducir que su posición se
orienta hacia el voto en blanco.
En
esta línea, la regional Córdoba del FPDS sí ha planteado explícitamente
que promueve el voto en blanco, nulo o la abstención, considerando que
“los dos candidatos vienen a disputar el poder con un mismo proyecto” y
que “está claro que no hay diferencias ideológicas sino de los tiempos
de ejecución de lo que ya venimos denunciando estos años”.
La
Confluencia MPLD-Tupac Katari, por su parte, explicó que ambos
candidatos “no son lo mismo pero tampoco Scioli es la garantía de lo más
progresista del kirchnerismo”, por lo que puede afirmarse que no está
promoviendo el voto a ninguno de los dos postulantes.
Entre
quienes votarán a Scioli -con fuertes críticas al proyecto de
“capitalismo serio”, pero con el objetivo de impedir que gane Macri- se
encuentran el Movimiento Popular Patria Grande, Seamos Libres, Resumen
Latinoamericano y el FPDS Rosario. Este último sector, si bien forma
parte del FPDS, no se ha integrado a Pueblo en Marcha sino a un espacio
local, el Frente para la Ciudad Futura, en alianza con el Movimiento
Giros, que no hace parte de ALBA Movimientos pero tiene una mirada afín a
los procesos hacia el socialismo del siglo XXI.
A
diferencia de quienes convocan a votar en blanco, todas estas
organizaciones consideran que no da lo mismo un gobierno de uno o de
otro, por sus diferentes bases de sustentación, que condicionan al menos
los tiempos y las características del ajuste, y por lo tanto el
escenario para las luchas sociales. Y sobre todo, por el efecto
continental que tendría en los procesos de integración entre gobiernos y
pueblos de América Latina y el Caribe.
Otras
organizaciones que participan activamente de ALBA Movimientos, como la
CTA Autónoma y Pañuelos en Rebeldía, aún no han expresado su posición.
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