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Por Tomás Lukin - Página12
La Unión de Naciones Suramericanas dio un nuevo paso para garantizar la independencia económica regional y enfrentar en forma conjunta la crisis financiera internacional. Los ministros de Economía y banqueros centrales del bloque constituyeron ayer el Consejo Suramericano de Economía y Finanzas. En una extensa reunión celebrada en Buenos Aires los países del bloque superaron sus diferencias en política económica y acordaron un conjunto de medidas.
El brazo económico de la Unasur decidió impulsar un fondo latinoamericano de reservas, apuntalar el uso de monedas de la región para desdolarizar el intercambio entre los miembros, incentivar el comercio intrarregional, fortalecer la Corporación Andina de Fomento (CAF), una suerte de banca de desa-rrollo latinoamericana, y acelerar el lanzamiento del Banco del Sur.
“En un continente acostumbrado a las divisiones y los recelos, la creación del Consejo Suramericano de Economía y Finanzas tiene un sentido político histórico. Más allá de la diversidad de posturas, existe una fuerte impronta para crear un camino común. América del Sur puede convertirse en uno de los motores principales de la economía internacional”, sostuvo el ministro de Economía, Amado Boudou, cuando finalizó el encuentro.
Por su parte, el canciller de Venezuela, Nicolás Maduro, señaló a Página/12 que “es la primera vez en 200 años de historia que Suramérica se reúne para hablar de economía. Es un hecho histórico. En otra época el FMI ya hubiera llegado con sus programas de ajuste. Estamos rompiendo las amarras con el neoliberalismo”.
Aunque el Grupo de Trabajo de Integración Financiera ya se había reunido once veces desde 2007, y pese a que el jueves los equipos técnicos trabajaron más de diez horas en la elaboración del comunicado, los ministros y banqueros realizaron una lectura minuciosa –algo fuera de lo común en esa instancia de negociación– que demoró la aprobación final. “¿Para qué se juntaron ayer?”, ironizó Boudou durante el extenso y tedioso tramo final de la reunión.
Para consensuar la primera declaración del Consejo Suramericano de Economía y Finanzas fue necesario zanjar las diferencias en el enfoque de la política económica que existen entre los distintos países. Aunque las delegaciones ya se habían reunido la semana pasada en Lima y contaban con un firme mandato de los presidentes, las sorpresas no tardaron en aparecer.
“El área económica es una de las más difíciles para construir consensos en la Unasur, por la diversidad ideológica. Pero estamos frente a un proceso irreversible de integración suramericana”, explicó a este diario la secretaria general del bloque, María Emma Mejía.
En ese sentido, el viceministro de Economía, Roberto Felletti, apuntó que “muchos de los países que añoraban el neoliberalismo hoy revisan sus posiciones y apuestan al bloque regional como lo hacemos Argentina y Brasil”. Al mismo tiempo, otras delegaciones como la ecuatoriana y la venezolana reclamaban posturas “más profundas y audaces”.
El presidente del Banco Central de Ecuador, Diego Borja, dijo que “no se puede dejar un desafío tan grande como es reformar la arquitectura financiera a las viejas instituciones. Un fondo común de reservas es algo distinto pero es necesario manejar esas reservas de forma distinta, dejar de colocarlas en bancos internacionales para financiar crisis internacionales”.
Uno de los momentos más tensos de la reunión sucedió por la tarde cuando los representantes del Banco Central de Colombia objetaron el punto del comunicado referido a la creación de un fondo de reservas de la Unasur, argumentando que por ley no podría participar.
La aparente negativa fue la máxima expresión del diseño neoliberal que rige el funcionamiento de muchos bancos centrales y consagra su independencia/aislamiento. La postura del Banco Central colombiano contradecía la posición del Ministerio de Finanzas de ese país que contaba con el visto bueno de su presidente, Juan Manuel Santos.
Luego de un intenso intercambio de opiniones, encabezado por Venezuela, fue posible avanzar en el impulso de ese fondo de reservas. Por su parte, la titular del Banco Central argentino, Mercedes Marcó del Pont, enfatizó “la importancia de la articulación entre los bancos centrales y Economía”.
Por la mañana, el ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega, cuestionó el rol del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en América latina. El funcionario, quien tuvo que regresar a su país antes de lo previsto luego de recibir un llamado de la presidenta Dilma Rousseff, advirtió que la entidad diseñada en primera instancia para financiar a la región no cumplió con su función y remarcó que, si bien el titular es el colombiano Luis Alberto Moreno, el control efectivo de los recursos no está en manos de Latinoamérica.
Brasil propuso que el comunicado mencione la necesidad de reformar las cuotas y el sistema de votos del BID. Los países del bloque consideraron pertinente la iniciativa pero entendieron que ese reclamo tendrá más fuerza si es realizado en la asamblea anual del BID.
La Unasur logró poner en marcha su brazo económico para hacerse cargo de desafíos crecientes. Los equipos técnicos deberán trabajar ahora a toda marcha para diseñar los mecanismos de defensa a los coletazos de la crisis internacional.
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