Bertha Oliva es fundadora del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), organización de derechos humanos surgida hace 29 años. Oliva sufrió en carne propia la violencia y la impunidad de aquellos años. Su marido, Tomás Nativí Galvez, dirigente de la Unión Revolucionaria del Pueblo (URP), fue secuestrado y desaparecido la noche del 11 de junio de 1981, cuando ella tenía tres meses de embarazo. A partir de entonces, Oliva inició una larga e incansable lucha en defensa de los derechos humanos del pueblo hondureño, lo cual le costó persecución, hostigamiento y constantes amenazas.
Esa larga trayectoria de compromiso personal con Honduras fue uno de los principales motivos que llevaron el gobierno de Holanda a otorgarle el Premio Tulipán de los Derechos Humanos 2010. Después de recibir el premio, Oliva conversó con Opera Mundi acerca del momento actual que vive Honduras y resaltó la necesidad de mantener viva la memoria histórica ante los peligros que rodean al país desde los años 80.
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