Entre 2008 y 2009 se han perdido 79 mil puestos de trabajo en la región centroamericana
Gobiernos neoliberales, organismos financieros internacionales y empresa privada unieron esfuerzos a partir de los años 90 para presentar la maquila como una panacea para los sectores más empobrecidos de la región. El Plan Pueblo Panamá (PPP), fuertemente impulsado por el ex presidente de Coca-Cola para América Latina y ex presidente de México, Vicente Fox, preveía la instalación de miles de empresas maquiladoras en todo el corredor mesoamericano, las que iban a resolver los problemas del hambre y la pobreza para millones de personas. Los que se atrevían a cuestionar esta visión paradisíaca del futuro eran tratados como vulgares agitadores.
La crisis económica que está sacudiendo al mundo dejó al descubierto las tantas mentiras que por años nos vendieron estas instituciones, y las personas que ahora, frente a la huida de esos capitales golondrinas hacia los países más pobres de Asia, se rasgan las vestiduras.
Según Sandra Ramos, coordinadora del Movimiento de Mujeres Trabajadoras y Desempleadas “María Elena Cuadra” (MEC), “Nos preocupa mucho el secretismo con que se manejan por parte de las empresas los datos sobre la pérdida de puestos de trabajo en el sector maquila. Aquí -continuó Ramos- no se trata de querer crear mayor inestabilidad en el país difundiendo estos datos preocupantes, sino de que no puede haber silencio sobre algo que afecta directamente la vida de miles de trabajadores y trabajadoras”.
La información que el MEC presentó a los medios de comunicación fue corroborada en el terreno por su tendido organizativo, y a través de las propias voces de los y las trabajadoras, que son las personas que de verdad pueden hablar de lo que está pasando en la región.
La industria textil en Centroamérica ha representado para las economías de la región un crecimiento significativo. En Honduras representa el 65 por ciento del total de las exportaciones hacia Estados Unidos, en El Salvador el 50 por ciento, en Guatemala y Nicaragua el 37 por ciento y en Costa Rica el 18 por ciento.
Además de contribuir al aumento de las exportaciones, la industria textil también ha desplazado la agricultura como rubro principal de los países centroamericanos. En los años 90, el 50 por ciento de las exportaciones era representado por productos agrícolas y sólo el 24 por ciento por la industria textil. Para la década del 2000, la situación cambió totalmente y ahora es la industria textil que representa más del 50 por ciento del las exportaciones totales de la región, relegando el sector agrícola a un escaso 5 por ciento. “Ésto demuestra el gran impacto que va a generar la crisis económica ante la dependencia hacia el sector maquilador, a causa de las políticas erradas de los gobiernos centroamericanos que se dedicaron a traer inversiones rápidas a costa de la producción agrícola”, manifestó Ramos.
En materia de generación de empleo, el sector textil representa para Nicaragua el 30 por ciento de la población ocupada en el sector manufacturero. El 20 por ciento en El Salvador y Guatemala, el 27 por ciento en Honduras y sólo el 8 por ciento en Costa Rica.
Reflejo de la crisis en Centroamérica
A comienzo del 2008, los empleos directos generados en la región eran 411.502. Al finalizar el año, la industria textil perdió 51.538 puestos de trabajo, con una disminución promedio del 13,5 por ciento, y con una punta máxima en Nicaragua del 21,47 por ciento. El 65 por ciento de las personas que perdieron el trabajo fueron mujeres.
En el primer trimestre del 2009, se perdieron 27.400 empleos y el valor acumulado 2008-2009 alcanza un total de 78.938 empleos perdidos: 18.000 en Guatemala, 10.200 en El Salvador, 3.000 en Costa Rica, 20.000 en Honduras y 27.738 en Nicaragua.
Con respecto al salario mínimo de la industria textil, Nicaragua resulta ser el país con el valor más bajo de la región (118 dólares), mientras que El Salvador, Guatemala y Honduras están en un rango de 164 a 176 dólares. Costa Rica destaca con un salario mínimo de 416 dólares.
La crisis en Nicaragua
Nicaragua resulta ser el país más golpeado por la crisis económica. Para la coordinadora del MEC eso se debe a la fuerte crisis económica que está golpeando a Estados Unidos, al hecho de que el país tiene una industria textil-vestuaria muy pequeña, manejada por empresarios que no quieren seguir invirtiendo en este país y que prefieren mover su producción hacia países asiáticos como Camboya y Vietnam, y que nunca han tenido un capital estable. Otro factor se debe a la inestabilidad política que no favorece la inversión extranjera.
En 2006 cerraron tres empresas despidiendo a 1.401 trabajadores; en 2007 cerraron tres empresas más con una pérdida de 1.314 empleos.
En el primer semestre del 2008 el gran impacto fue el cierre del consorcio taiwanés Nieng Hsing con sus cinco empresas, lo que provocó el despido de 14.527 trabajadores. En el segundo semestre del 2008 cerraron nueve empresas más, con una pérdida de 5.041 puestos de trabajo. A lo largo del 2008 la pérdida de empleo en la industria textil fue de 19.568 unidad.
En lo que va del 2009 ya cerraron otras cuatro empresas, mientras son cinco las que cerraron parcialmente, por un total de 5.455 trabajadores afectados. Además, en los próximos meses podrían cerrar cuatro empresas si no logran nuevos pedidos.
Pese a esta situación difícil, Sandra Ramos reconoció el esfuerzo hecho por la Comisión Nacional de Zonas Francas (CNZF) y la Corporación de Zonas Francas (CZF) para traer nuevas inversiones a Nicaragua y para buscar nuevos pedidos para las empresas que están en dificultad. “En los locales de empresas que cerraron, comenzaron sus actividades una empresa mexicana y una norteamericana, mientras que en mayo iniciarán operaciones otras dos empresas de capital mexicano, por un total de 7.175 nuevos empleos”
Además -continuó Ramos- "la CNZF ya aprobó en 2009 un total de ocho empresas que están aportando 1.401 nuevos puestos de trabajo. Hay también empresas que cerraron y volvieron a abrir con una nueva razón social, garantizando 428 empleos”, manifestó.
El análisis presentado por el MEC afirma que desde 2006 a la fecha, 29 empresas cerraron en forma total o parcial, con una pérdida de 27.738 puestos de trabajo. Por su parte, en lo que va del año, ya se instalaron en el país 12 nuevas empresas generando 8.576 puestos de trabajo.
Gracias a este esfuerzo el porcentaje de recuperación de empresas fue del 42,38 por ciento, sin embargo esta medida logró recuperar solamente un 30,92 por ciento de los empleos perdidos.
“Señalamos también otros problemas que acompañan el cierre de las empresas, puntualizó Ramos. Por un lado muchos empresarios ni siquiera quieren pagarles a los trabajadores y trabajadoras sus derechos adquiridos conforme lo establece la ley. A veces cierran y se van, mientras que en otros casos quieren pagar en bonos sin ninguna garantía. Pedimos al Ministerio del Trabajo (MITRAB) que vigile y que actúe contra estos empresarios, exigiéndoles que paguen lo que les deben a los trabajadores.
Otro punto que nos preocupa -continuó la coordinadora del MEC- tiene que ver con las nuevas inversiones. No queremos que ocurra como a inicio de los 90 cuando, en el afán de traer inversiones, el gobierno trajo los peores empresarios maquileros que violaban constantemente los derechos laborales. Queremos inversiones y empleos, pero de calidad.
Finalmente, pedimos que el gobierno impulse una política de empleo con enfoque de género, que la reglamente, que promueva la calificación técnica de la fuerza laboral y que se reglamente la Ley de Igualdad de Oportunidades”, concluyó.
Gobiernos neoliberales, organismos financieros internacionales y empresa privada unieron esfuerzos a partir de los años 90 para presentar la maquila como una panacea para los sectores más empobrecidos de la región. El Plan Pueblo Panamá (PPP), fuertemente impulsado por el ex presidente de Coca-Cola para América Latina y ex presidente de México, Vicente Fox, preveía la instalación de miles de empresas maquiladoras en todo el corredor mesoamericano, las que iban a resolver los problemas del hambre y la pobreza para millones de personas. Los que se atrevían a cuestionar esta visión paradisíaca del futuro eran tratados como vulgares agitadores.
La crisis económica que está sacudiendo al mundo dejó al descubierto las tantas mentiras que por años nos vendieron estas instituciones, y las personas que ahora, frente a la huida de esos capitales golondrinas hacia los países más pobres de Asia, se rasgan las vestiduras.
Según Sandra Ramos, coordinadora del Movimiento de Mujeres Trabajadoras y Desempleadas “María Elena Cuadra” (MEC), “Nos preocupa mucho el secretismo con que se manejan por parte de las empresas los datos sobre la pérdida de puestos de trabajo en el sector maquila. Aquí -continuó Ramos- no se trata de querer crear mayor inestabilidad en el país difundiendo estos datos preocupantes, sino de que no puede haber silencio sobre algo que afecta directamente la vida de miles de trabajadores y trabajadoras”.
La información que el MEC presentó a los medios de comunicación fue corroborada en el terreno por su tendido organizativo, y a través de las propias voces de los y las trabajadoras, que son las personas que de verdad pueden hablar de lo que está pasando en la región.
La industria textil en Centroamérica ha representado para las economías de la región un crecimiento significativo. En Honduras representa el 65 por ciento del total de las exportaciones hacia Estados Unidos, en El Salvador el 50 por ciento, en Guatemala y Nicaragua el 37 por ciento y en Costa Rica el 18 por ciento.
Además de contribuir al aumento de las exportaciones, la industria textil también ha desplazado la agricultura como rubro principal de los países centroamericanos. En los años 90, el 50 por ciento de las exportaciones era representado por productos agrícolas y sólo el 24 por ciento por la industria textil. Para la década del 2000, la situación cambió totalmente y ahora es la industria textil que representa más del 50 por ciento del las exportaciones totales de la región, relegando el sector agrícola a un escaso 5 por ciento. “Ésto demuestra el gran impacto que va a generar la crisis económica ante la dependencia hacia el sector maquilador, a causa de las políticas erradas de los gobiernos centroamericanos que se dedicaron a traer inversiones rápidas a costa de la producción agrícola”, manifestó Ramos.
En materia de generación de empleo, el sector textil representa para Nicaragua el 30 por ciento de la población ocupada en el sector manufacturero. El 20 por ciento en El Salvador y Guatemala, el 27 por ciento en Honduras y sólo el 8 por ciento en Costa Rica.
Reflejo de la crisis en Centroamérica
A comienzo del 2008, los empleos directos generados en la región eran 411.502. Al finalizar el año, la industria textil perdió 51.538 puestos de trabajo, con una disminución promedio del 13,5 por ciento, y con una punta máxima en Nicaragua del 21,47 por ciento. El 65 por ciento de las personas que perdieron el trabajo fueron mujeres.
En el primer trimestre del 2009, se perdieron 27.400 empleos y el valor acumulado 2008-2009 alcanza un total de 78.938 empleos perdidos: 18.000 en Guatemala, 10.200 en El Salvador, 3.000 en Costa Rica, 20.000 en Honduras y 27.738 en Nicaragua.
Con respecto al salario mínimo de la industria textil, Nicaragua resulta ser el país con el valor más bajo de la región (118 dólares), mientras que El Salvador, Guatemala y Honduras están en un rango de 164 a 176 dólares. Costa Rica destaca con un salario mínimo de 416 dólares.
La crisis en Nicaragua
Nicaragua resulta ser el país más golpeado por la crisis económica. Para la coordinadora del MEC eso se debe a la fuerte crisis económica que está golpeando a Estados Unidos, al hecho de que el país tiene una industria textil-vestuaria muy pequeña, manejada por empresarios que no quieren seguir invirtiendo en este país y que prefieren mover su producción hacia países asiáticos como Camboya y Vietnam, y que nunca han tenido un capital estable. Otro factor se debe a la inestabilidad política que no favorece la inversión extranjera.
En 2006 cerraron tres empresas despidiendo a 1.401 trabajadores; en 2007 cerraron tres empresas más con una pérdida de 1.314 empleos.
En el primer semestre del 2008 el gran impacto fue el cierre del consorcio taiwanés Nieng Hsing con sus cinco empresas, lo que provocó el despido de 14.527 trabajadores. En el segundo semestre del 2008 cerraron nueve empresas más, con una pérdida de 5.041 puestos de trabajo. A lo largo del 2008 la pérdida de empleo en la industria textil fue de 19.568 unidad.
En lo que va del 2009 ya cerraron otras cuatro empresas, mientras son cinco las que cerraron parcialmente, por un total de 5.455 trabajadores afectados. Además, en los próximos meses podrían cerrar cuatro empresas si no logran nuevos pedidos.
Pese a esta situación difícil, Sandra Ramos reconoció el esfuerzo hecho por la Comisión Nacional de Zonas Francas (CNZF) y la Corporación de Zonas Francas (CZF) para traer nuevas inversiones a Nicaragua y para buscar nuevos pedidos para las empresas que están en dificultad. “En los locales de empresas que cerraron, comenzaron sus actividades una empresa mexicana y una norteamericana, mientras que en mayo iniciarán operaciones otras dos empresas de capital mexicano, por un total de 7.175 nuevos empleos”
Además -continuó Ramos- "la CNZF ya aprobó en 2009 un total de ocho empresas que están aportando 1.401 nuevos puestos de trabajo. Hay también empresas que cerraron y volvieron a abrir con una nueva razón social, garantizando 428 empleos”, manifestó.
El análisis presentado por el MEC afirma que desde 2006 a la fecha, 29 empresas cerraron en forma total o parcial, con una pérdida de 27.738 puestos de trabajo. Por su parte, en lo que va del año, ya se instalaron en el país 12 nuevas empresas generando 8.576 puestos de trabajo.
Gracias a este esfuerzo el porcentaje de recuperación de empresas fue del 42,38 por ciento, sin embargo esta medida logró recuperar solamente un 30,92 por ciento de los empleos perdidos.
“Señalamos también otros problemas que acompañan el cierre de las empresas, puntualizó Ramos. Por un lado muchos empresarios ni siquiera quieren pagarles a los trabajadores y trabajadoras sus derechos adquiridos conforme lo establece la ley. A veces cierran y se van, mientras que en otros casos quieren pagar en bonos sin ninguna garantía. Pedimos al Ministerio del Trabajo (MITRAB) que vigile y que actúe contra estos empresarios, exigiéndoles que paguen lo que les deben a los trabajadores.
Otro punto que nos preocupa -continuó la coordinadora del MEC- tiene que ver con las nuevas inversiones. No queremos que ocurra como a inicio de los 90 cuando, en el afán de traer inversiones, el gobierno trajo los peores empresarios maquileros que violaban constantemente los derechos laborales. Queremos inversiones y empleos, pero de calidad.
Finalmente, pedimos que el gobierno impulse una política de empleo con enfoque de género, que la reglamente, que promueva la calificación técnica de la fuerza laboral y que se reglamente la Ley de Igualdad de Oportunidades”, concluyó.
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