Entrevista a Bertha Zúniga Cáceres
Por Giorgio Trucchi | Rel UITA
El
2 de marzo de hace 5 años, caía víctima de balas asesinas la lideresa
indígena y luchadora social Berta Cáceres. El vil asesinato conmocionó
al mundo y la exigencia de verdad y justicia para Berta ha penetrado
hasta lo más hondo, levantando el velo de silencio que envuelve a un
país donde luchar contra un sistema capitalista, racista y patriarcal,
defendiendo la tierra y los bienes comunes, aún significa arriesgar la
vida.
“Giorgio, mataron a Berta. La mataron”, rezaba el mensajito que me envió Miriam, amiga entrañable y compañera de lucha de Berta, aquella madrugada de marzo.
Desde
aquellos primeros instantes resultó evidente que detrás de las balas
disparadas por sicarios estaba la autoría intelectual de gente poderosa
coludida con órganos estatales, en el marco de un contexto de
persecución sistemática contra Berta Cáceres y el Copinh[1], por
oponerse al proyecto hidroeléctrico Agua Zarca.
En diciembre de 2019, los autores materiales del crimen fueron sentenciados a entre 30 y 50 años de cárcel, entre ellos ex dirigentes y miembros de la seguridad de la empresa Desarrollos Energéticos SA (Desa), ex militares y militares activos.
Sólo un primer paso en el camino por la justicia. Hasta el momento ninguno de los autores intelectuales ha sido enjuiciado.
Cinco años después, la familia de Berta, el Copinh, el mundo entero siguen clamando por verdad, justicia y fin de la impunidad.
Bertha Zúniga Cáceres, hija de la luchadora social asesinada y coordinadora del Copinh, conversó con La Rel.
-Son cinco años del asesinato de Berta, de tu mamá, y su legado continúa más vigente que nunca.
-Su memoria, su claridad, su legado están muy presentes en el pueblo de Honduras por la grave crisis que vivimos. Territorios y bienes comunes siguen siendo atacados, ha recrudecido la violencia contra las mujeres y se ha profundizado la pobreza y la inseguridad, obligando a mucha gente a huir de su propio país.
En este quinto aniversario de la siembra de la compañera Berta seguimos rescatando su pensamiento, como por ejemplo el proyecto refundacional de Honduras y el proceso que implicaría una transformación sustancial del país.
Creemos que es necesario transformar radicalmente tanto el sistema y el modelo económico vigente, como la matriz energética del país. Y es imprescindible que esto cuente con la participación activa de todo el pueblo hondureño.
Los pueblos que no luchan por su existencia desaparecen. Esto es el llamado urgente que Berta nos heredó.
-Berta hablaba de la ‘justicia de los pueblos’.
-Frente a esta maquinaria de impunidad lo que nos toca es ir construyendo la justicia de los pueblos, defendiendo territorios contra empresas que van a seguir acechando.
Como Copinh vamos a seguir trabajando en los procesos territoriales, organizativos, en alianza con los otros pueblos. Procesos que deben seguir firmes pese a los ataques y el hostigamiento sistemático que sufrimos.
-A 5 años de su siembra, la impresión es que no han podido convertir a Berta en un ‘logo vacío’, sino todo lo contrario.
–Berta y su legado se han convertido en motor de lucha para las transformaciones sociales. Su mirada y su pensamiento van más allá del ‘ambientalismo’, es más radical, y abarca las luchas de los pueblos contra un sistema que es neoliberal, patriarcal y racista.
Su rostro y su nombre los encontramos en las luchas en los diferentes territorios de Honduras y del mundo. Aquellas mismas luchas que acompañó en vida y que seguramente acompañaría si estuviese aquí.
La imagen de Berta Cáceres no pudo ser vaciada y sigue siendo inspiración para los pueblos.
-¿Cómo sigue la búsqueda de verdad y justicia para Berta?
-Sabemos que el crimen fue ejecutado por una estructura criminal, vinculada a miembros de la familia Atala Zablah[2], que sigue estando impune.
Lamentablemente, el Estado de Honduras no ha tenido, hasta el momento, la voluntad política de involucrarlos en el juicio contra los mandantes del crimen.
También se ha venido atrasando de manera sistemática el juicio contra David Castillo, ex presidente de Desa y coautor del asesinato. Contra él se han presentado 88 medios de prueba y estamos esperando que el tribunal se pronuncie***.
Pero la verdad es que, después de cinco años, la paciencia se nos ha agotado. En Honduras la justicia está vinculada a los grupos de poder. Necesitamos que haya más presión para que los criminales y sus cómplices paguen la deuda que tienen con las víctimas.
Sentimos el apoyo, la solidaridad de tanta gente. Nunca vamos a renunciar a la verdad y la justicia para Berta.
Fuente: Rel UITA
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