La torta crece y las porciones son cada vez más desiguales
Por Gerardo Iglesias/Norberto Latorre | Rel-UITA
No hay un sector de la economía global que haya crecido más que el turismo internacional. De los 7 mil millones de habitantes del planeta, 1.138 millones cruzaron en 2014 alguna frontera en viajes de placer.
En 1999 -según el matutino El País de Madrid- “si se escribía la palabra ‘viajes’ en Google, el buscador devolvía 720.000 resultados. Quince años después, en noviembre de 2014, la misma búsqueda daba 277.000.000 de resultados”.
“En 1914 despegó el primer vuelo comercial entre San Petersburgo y Tampa, Estados Unidos. Hoy vuelan 25.332 aviones, de 1.307 aerolíneas, entre 3.864 aeropuertos en todo el mundo”, apunta el diario.
De acuerdo con la Organización Mundial del Turismo, entre enero abril de 2015 se registró alrededor de 332 millones de turistas internacionales entre enero y abril de 2015, 14 millones más que en el mismo periodo del pasado año, y más de 13 veces más que en 1950 (apenas 25 millones). Para 2020 se llegaría a 1.600 millones.
Las perspectivas de crecimiento del sector son muy favorables, sólo teniendo en cuenta los números de China, un gigante cuyos habitantes recién ahora están saliendo fuera de fronteras.
Cinco por ciento de los chinos ya poseen pasaporte y se calculaba que en 2011 había en China 960 mil millonarios.
Prosperidad y precariedad
Las dos caras del turismo
Se dice desde el poder que para repartirla mejor, la torta debe aumentar. El turismo no ha dejado de crecer y ya no hay mesa que soporte el exagerado tamaño de la torta.
Sin embargo, eso no se refleja en las condiciones de trabajo y salariales de los trabajadoras y trabajadores del sector.
En España, por ejemplo, mientras engordan los ingresos de los empresarios los salarios de los trabajadores hoteleros están hundidos entre los más bajos de la población económicamente activa.
El país ibérico es uno de los que presenta mayores índices de contratos temporales en la hotelería. Tanto es así que aun percibiendo un sueldo estos trabajadores no pueden escapar del circuito de la pobreza.
Mientras tanto, miles y miles de camareras de piso en todo el mundo son masacradas a diario por la maquinaria empresarial, que las arroja en una cantera de padecimiento, dolor, estrés, enfermedad y depresión, como se denuncia desde la Campaña Mundial de la UITA por la Dignificación de las Camareras.
Por eso: ¡Los trabajadores y trabajadoras tienen poco que festejar!
Desde la UITA profundizamos nuestro compromiso, reflexión y la lucha para que el turismo sea una oportunidad para todos.
Para que las iniciativas turísticas sean el resultado de un diálogo eficiente y democrático con las poblaciones locales, que en su mayoría se ven afectadas por emprendimientos que van en detrimento de su calidad de vida y del ambiente.
Seguiremos fortaleciendo la presencia y la acción sindical en un sector donde el antisindicalismo es una práctica constante y global.
Continuaremos incidiendo en la construcción de políticas públicas que amparen y dignifiquen el empleo que genera la hotelería y el turismo, para que el Trabajo Decente deje de ser el gran ausente en esta actividad económica que no deja de crecer.
Fuente: Rel-UITA
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