Los congresistas norteamericanos Raúl M. Grijalva, Mike Honda y Hank Johnson enviaron ayer una carta al secretario de Estado John Kerry instando al Departamento de Estado a monitorear la posible militarización del proceso electoral, en vistas de la votación presidencial en Honduras el 24 de noviembre.
Los legisladores resaltan un “patrón de ataques concertados dirigidos hacia defensores de derechos humanos y la oposición” y hacen un llamado a los funcionarios del Departamento de Estado “para garantizar condiciones de igualdad en la semanas previas a las elecciones y para comportarse de manera completamente neutral en sus mensajes públicos y privados a ese país”.
Según señala la carta, “En noviembre de 2009, al mismo tiempo en que el golpe militar en Honduras se encontraba aún en vigor y que las libertades civiles básicas eran violentamente reprimidas, el Departamento de Estado anunció que reconocería el resultado de las elecciones presidenciales incluso antes de que fueran contadas las papeletas” – acción que dañó nuestra credibilidad en la región y que marcó una falta de supervisión. La carta insta a Kerry a no repetir ese error y a observar atentamente durante las próximas semanas si se dan indicios de intimidación o de fuerza excesiva por parte del gobierno.
“Ignorar la represión y cerrar nuestros ojos ante abusos antidemocráticos no van a favor del interés de nadie, mucho menos del nuestro”, indicó el Rep. Grijalva. “Tomar medidas serias para asegurar la transición pacífica del poder nos traerá dividendos a nosotros y al pueblo de Honduras. Nosotros podemos jugar un papel positivo en la región si somos vigilantes constructivos y ayudamos a asegurar que la voluntad del pueblo se manifieste justamente. No podemos permitir que se repita el desastre que golpeó a Honduras hace algunos años y le estamos pidiendo al secretario Kerry que se asegure de que no veamos uno”.
“Estados Unidos no puede cerrar los ojos ante ataques a las libertades civiles, a los derechos humanos y al proceso democrático en Honduras”, indicó el Rep. Johnson. “Se les debe garantizar a los hondureños el derecho de elegir al próximo presidente en un proceso electoral libre e imparcial. La violencia, la represión y las acciones antidemocráticas no tienen lugar en Honduras o en cualquier otro lugar de la región. Estas acciones no benefician a los hondureños y no responden a los mejores intereses de nuestro país. Es por esa razón que me he unido a mis colegas en instar al secretario Kerry a que le comunique este mensaje al gobierno hondureño y a que haga todo lo que esté a su alcance para apoyar un proceso electoral imparcial, libre y transparente en noviembre”.
“En medio de serias denuncias de ataques a los derechos humanos y a las libertades civiles, Estados Unidos no puede permanecer en silencio y sin actuar”, indicó el Rep. Honda. “Es por eso que me siento orgulloso al unirme a mis colegas en instar al secretario Kerry a apoyar la imparcialidad y el acceso equitativo al proceso democrático. Actuar de esta manera será de beneficio para Honduras, para nuestras relaciones bilaterales y para nuestro vecindario global”.
El texto completo de la carta se encuentra a continuación.
Excmo. Sr. John Kerry
Secretario de Estado
Departamento de Estado de Estados Unidos
2201 C Street, NW
Washington, DC 20520
Excmo. Sr. Kerry:
Le escribimos para expresar nuestra preocupación sobre la política de EE.UU. y las próximas elecciones en Honduras el 24 de noviembre. La evidencia hasta el momento indica que la libertad e imparcialidad de esas elecciones se encuentran en grave peligro, dado que los abusos a los derechos humanos bajo el gobierno actual continúan amenazando las libertades civiles básicas, los candidatos de oposición no disfrutan de igualdad de condiciones y las fuerzas de seguridad del Estado están tomando un papel cada vez más importante y ominoso en el contexto de las elecciones.
Estamos particularmente alarmados tras descubrir que el partido oficial, y su candidato presidencial, el Sr. Juan Orlando Hernández, dominan actualmente todas las instituciones clave del gobierno, incluso la autoridad electoral del país y el ejército, el cual distribuye las papeletas de votación -- lo que limita las opciones de los ciudadanos hondureños en caso de que se cometa fraude durante el proceso electoral o las violaciones a los derechos humanos continúen siendo una amenaza al debate abierto. Esta situación es particularmente preocupante dada la larga historia de fraude electoral en Honduras, incluidas las denuncias sobre fraude generalizado durante las elecciones primarias en noviembre de 2012.
A la luz de estos hechos, tememos que el país no tenga actualmente las condiciones para garantizar un proceso electoral libre e imparcial. Por ejemplo, en un informe reciente sobre Honduras, la Federación Internacional de Derechos Humanos expresa gran preocupación en relación al “disfuncionamiento absoluto” del sistema judicial hondureño, la “politización de la justicia con fines electorales” y la concentración del poder.
Estamos también preocupados de enterarnos sobre los actos de violencia e intimidación en contra de líderes de partidos de oposición, especialmente de miembros de LIBRE. Según COFADEH, la organización de derechos humanos más prominente en Honduras, al menos dieciséis activistas y candidatos de LIBRE han sido asesinados desde junio de 2012. Además, se nos ha informado que el gobierno de Honduras no ha logrado investigar y procesar efectivamente a los responsables de estos asesinatos.
Observamos también con gran preocupación el fomento a la creciente militarización de la policía dado que representa una amenaza a las libertades civiles, incluidas la libertad de expresión y la libertad de asociación en Honduras. Por ejemplo, los medios hondureños han informado sobre el bloqueo del ejército a manifestaciones pacíficas realizadas por la oposición durante el Día de la Independencia, el 15 de septiembre, y sobre el incidente en el que miembros del Batallón de Ingenieros del ejército dispararon en contra de, y asesinaron a un activista indígena, Tomas García, durante una manifestación pacífica en julio. Se nos ha informado que el candidato del partido oficial ha basado gran parte de su campaña en la creación de una nueva policía híbrida, de 5,000 oficiales, bajo el control del ejército. El mismo candidato ha liderado la presión para la creación de ese cuerpo por parte del Congreso hondureño el pasado mes de agosto, prometiendo “un soldado en cada esquina”. Estas nuevas tropas ya se encuentra realizando labores policiales y se ven en las calles, utilizando cascos negros y máscaras que dejan visibles solamente los ojos.
Nos complace la reciente declaración de la Embajada estadounidense en Tegucigalpa, la cual comunica la posición política neutral de EE.UU. en relación a las elecciones y su disposición a trabajar con cualquiera de los candidatos que triunfe. Sin embargo, nos preocupa que la Embajada no se haya pronunciado con firmeza sobre la militarización de la policía bajo el impulso de uno de los candidatos, no haya expresado preocupación sobre la concentración del poder institucional en manos del Partido Nacional a través de medios ilegales y no haya denunciado la continua intimidación en contra de miembros de la oposición.
Somos de la opinión de que nuestro gobierno perdería credibilidad en Honduras y en la región si se percibe que está tomando partido en las elecciones o que está cerrando los ojos ante el fraude y unas condiciones electorales parciales. Muchos en la región saben bien que efectivamente el gobierno de Estados Unidos ha apoyado en el pasado a ciertos candidatos en elecciones latinoamericanas, especialmente en Centroamérica. En noviembre de 2009, al mismo tiempo en que el golpe militar en Honduras se encontraba aún en vigor y que las libertades civiles básicas eran violentamente reprimidas, el Departamento de Estado anunció que reconocería el resultado de las elecciones presidenciales incluso antes de que fueran contadas las papeletas. También parece ser que el Departamento de Estado ha tolerado en gran medida la concentración del poder institucional en el gobierno hondureño durante el último año, en manos del candidato del partido oficial, a través de medios ilegales.
Solicitamos que el Departamento de Estado utilice cualquier medio a su disposición para asegurar que se den unas elecciones libres e imparciales en Honduras el 24 de noviembre, para garantizar condiciones de igualdad en la semanas previas a las elecciones y para comportarse de manera completamente neutral en sus mensajes públicos y privados a ese país. Además, solicitamos que el Departamento de Estado se pronuncie enérgicamente en contra del patrón de ataques concertados dirigidos hacia defensores de derechos humanos y la oposición.
Atentamente,
Raúl M. Grijalva Hank Johnson Michael Honda
Miembro del Congreso Miembro del Congreso Miembro del Congreso
Según señala la carta, “En noviembre de 2009, al mismo tiempo en que el golpe militar en Honduras se encontraba aún en vigor y que las libertades civiles básicas eran violentamente reprimidas, el Departamento de Estado anunció que reconocería el resultado de las elecciones presidenciales incluso antes de que fueran contadas las papeletas” – acción que dañó nuestra credibilidad en la región y que marcó una falta de supervisión. La carta insta a Kerry a no repetir ese error y a observar atentamente durante las próximas semanas si se dan indicios de intimidación o de fuerza excesiva por parte del gobierno.
“Ignorar la represión y cerrar nuestros ojos ante abusos antidemocráticos no van a favor del interés de nadie, mucho menos del nuestro”, indicó el Rep. Grijalva. “Tomar medidas serias para asegurar la transición pacífica del poder nos traerá dividendos a nosotros y al pueblo de Honduras. Nosotros podemos jugar un papel positivo en la región si somos vigilantes constructivos y ayudamos a asegurar que la voluntad del pueblo se manifieste justamente. No podemos permitir que se repita el desastre que golpeó a Honduras hace algunos años y le estamos pidiendo al secretario Kerry que se asegure de que no veamos uno”.
“Estados Unidos no puede cerrar los ojos ante ataques a las libertades civiles, a los derechos humanos y al proceso democrático en Honduras”, indicó el Rep. Johnson. “Se les debe garantizar a los hondureños el derecho de elegir al próximo presidente en un proceso electoral libre e imparcial. La violencia, la represión y las acciones antidemocráticas no tienen lugar en Honduras o en cualquier otro lugar de la región. Estas acciones no benefician a los hondureños y no responden a los mejores intereses de nuestro país. Es por esa razón que me he unido a mis colegas en instar al secretario Kerry a que le comunique este mensaje al gobierno hondureño y a que haga todo lo que esté a su alcance para apoyar un proceso electoral imparcial, libre y transparente en noviembre”.
“En medio de serias denuncias de ataques a los derechos humanos y a las libertades civiles, Estados Unidos no puede permanecer en silencio y sin actuar”, indicó el Rep. Honda. “Es por eso que me siento orgulloso al unirme a mis colegas en instar al secretario Kerry a apoyar la imparcialidad y el acceso equitativo al proceso democrático. Actuar de esta manera será de beneficio para Honduras, para nuestras relaciones bilaterales y para nuestro vecindario global”.
El texto completo de la carta se encuentra a continuación.
Excmo. Sr. John Kerry
Secretario de Estado
Departamento de Estado de Estados Unidos
2201 C Street, NW
Washington, DC 20520
Excmo. Sr. Kerry:
Le escribimos para expresar nuestra preocupación sobre la política de EE.UU. y las próximas elecciones en Honduras el 24 de noviembre. La evidencia hasta el momento indica que la libertad e imparcialidad de esas elecciones se encuentran en grave peligro, dado que los abusos a los derechos humanos bajo el gobierno actual continúan amenazando las libertades civiles básicas, los candidatos de oposición no disfrutan de igualdad de condiciones y las fuerzas de seguridad del Estado están tomando un papel cada vez más importante y ominoso en el contexto de las elecciones.
Estamos particularmente alarmados tras descubrir que el partido oficial, y su candidato presidencial, el Sr. Juan Orlando Hernández, dominan actualmente todas las instituciones clave del gobierno, incluso la autoridad electoral del país y el ejército, el cual distribuye las papeletas de votación -- lo que limita las opciones de los ciudadanos hondureños en caso de que se cometa fraude durante el proceso electoral o las violaciones a los derechos humanos continúen siendo una amenaza al debate abierto. Esta situación es particularmente preocupante dada la larga historia de fraude electoral en Honduras, incluidas las denuncias sobre fraude generalizado durante las elecciones primarias en noviembre de 2012.
A la luz de estos hechos, tememos que el país no tenga actualmente las condiciones para garantizar un proceso electoral libre e imparcial. Por ejemplo, en un informe reciente sobre Honduras, la Federación Internacional de Derechos Humanos expresa gran preocupación en relación al “disfuncionamiento absoluto” del sistema judicial hondureño, la “politización de la justicia con fines electorales” y la concentración del poder.
Estamos también preocupados de enterarnos sobre los actos de violencia e intimidación en contra de líderes de partidos de oposición, especialmente de miembros de LIBRE. Según COFADEH, la organización de derechos humanos más prominente en Honduras, al menos dieciséis activistas y candidatos de LIBRE han sido asesinados desde junio de 2012. Además, se nos ha informado que el gobierno de Honduras no ha logrado investigar y procesar efectivamente a los responsables de estos asesinatos.
Observamos también con gran preocupación el fomento a la creciente militarización de la policía dado que representa una amenaza a las libertades civiles, incluidas la libertad de expresión y la libertad de asociación en Honduras. Por ejemplo, los medios hondureños han informado sobre el bloqueo del ejército a manifestaciones pacíficas realizadas por la oposición durante el Día de la Independencia, el 15 de septiembre, y sobre el incidente en el que miembros del Batallón de Ingenieros del ejército dispararon en contra de, y asesinaron a un activista indígena, Tomas García, durante una manifestación pacífica en julio. Se nos ha informado que el candidato del partido oficial ha basado gran parte de su campaña en la creación de una nueva policía híbrida, de 5,000 oficiales, bajo el control del ejército. El mismo candidato ha liderado la presión para la creación de ese cuerpo por parte del Congreso hondureño el pasado mes de agosto, prometiendo “un soldado en cada esquina”. Estas nuevas tropas ya se encuentra realizando labores policiales y se ven en las calles, utilizando cascos negros y máscaras que dejan visibles solamente los ojos.
Nos complace la reciente declaración de la Embajada estadounidense en Tegucigalpa, la cual comunica la posición política neutral de EE.UU. en relación a las elecciones y su disposición a trabajar con cualquiera de los candidatos que triunfe. Sin embargo, nos preocupa que la Embajada no se haya pronunciado con firmeza sobre la militarización de la policía bajo el impulso de uno de los candidatos, no haya expresado preocupación sobre la concentración del poder institucional en manos del Partido Nacional a través de medios ilegales y no haya denunciado la continua intimidación en contra de miembros de la oposición.
Somos de la opinión de que nuestro gobierno perdería credibilidad en Honduras y en la región si se percibe que está tomando partido en las elecciones o que está cerrando los ojos ante el fraude y unas condiciones electorales parciales. Muchos en la región saben bien que efectivamente el gobierno de Estados Unidos ha apoyado en el pasado a ciertos candidatos en elecciones latinoamericanas, especialmente en Centroamérica. En noviembre de 2009, al mismo tiempo en que el golpe militar en Honduras se encontraba aún en vigor y que las libertades civiles básicas eran violentamente reprimidas, el Departamento de Estado anunció que reconocería el resultado de las elecciones presidenciales incluso antes de que fueran contadas las papeletas. También parece ser que el Departamento de Estado ha tolerado en gran medida la concentración del poder institucional en el gobierno hondureño durante el último año, en manos del candidato del partido oficial, a través de medios ilegales.
Solicitamos que el Departamento de Estado utilice cualquier medio a su disposición para asegurar que se den unas elecciones libres e imparciales en Honduras el 24 de noviembre, para garantizar condiciones de igualdad en la semanas previas a las elecciones y para comportarse de manera completamente neutral en sus mensajes públicos y privados a ese país. Además, solicitamos que el Departamento de Estado se pronuncie enérgicamente en contra del patrón de ataques concertados dirigidos hacia defensores de derechos humanos y la oposición.
Atentamente,
Raúl M. Grijalva Hank Johnson Michael Honda
Miembro del Congreso Miembro del Congreso Miembro del Congreso
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