Foto G. Trucchi | Rel-UITA |
Despidos y persecución antisindical en Hotel Royal Decameron Salinitas
Por Giorgio Trucchi | Rel-UITA
Patricia Monterrosa está emocionalmente adolorida, pero no doblegada, ni mucho menos resignada. El pasado 6 de septiembre fue despedida del Hotel Royal Decameron Salinitas, perteneciente a la cadena hotelera colombiana Decameron All Inclusive Hotels & Resorts. Ella asegura que su único delito fue encabezar la creación de un sindicato de industria que velará por el respeto de los derechos laborales en tres hoteles del país.
Patricia Monterrosa está emocionalmente adolorida, pero no doblegada, ni mucho menos resignada. El pasado 6 de septiembre fue despedida del Hotel Royal Decameron Salinitas, perteneciente a la cadena hotelera colombiana Decameron All Inclusive Hotels & Resorts. Ella asegura que su único delito fue encabezar la creación de un sindicato de industria que velará por el respeto de los derechos laborales en tres hoteles del país.
-¿Cuántos años trabajaste en el Hotel Royal Decameron Salinitas?
-El 1 de septiembre cumplí 8 años desempeñando el cargo de recepcionista. Mucho tiempo, durante el cual he tratado de dar lo mejor, pero las últimas semanas han sido un infierno. Un hecho tan natural como el de organizarnos sindicalmente ha sido percibido como un delito y un ataque directo a la compañía.
-¿Por qué decidieron conformar un sindicato?
-En el hotel hay mucho abuso y maltrato verbal contra las y los trabajadores, y no siempre se cumple con las normas de seguridad e higiene ocupacional. Además, debemos asumir extensas jornadas de trabajo sin que se nos pague las horas extraordinarias y hasta nos cobran la comida.
Pero nadie habla por miedo a ser despedido o a no ser recontratado después de que se le venza el contrato de 3 meses que la compañía acostumbra hacer. Hay trabajadores eventuales, como les dicen, que tienen hasta 5 o 6 años en estas condiciones, sin poder acumular antigüedad y permanentemente expuestos al chantaje de la patronal.
El camino de la organización
Ante esta situación, decidí hablar con los compañeros del Centro de Estudios y Apoyo Laboral (CEAL) y comenzamos un proceso investigativo y organizativo bastante largo, que concluyó el 19 de agosto pasado con la conformación del Sindicato de Trabajadores de Industria Gastronómica, Restaurantes, Hoteles y Afines al Turisrno (SITIGHRA), que operará en tres hoteles: Hotel Royal Decameron Salinitas, Hotel Las Veraneras Resort y Hotel y Casino Siesta.
Pocos días después, presentamos toda la documentación ante las autoridades laborales y el 26 de agosto enviamos la notificación al Hotel Royal Decameron Salinitas, expresando nuestro deseo de poder iniciar una relación de mutuo respeto.
-¿Qué pasó después?
-El ambiente en el hotel se volvió muy tenso. Primero se me acercó la señora Thelma Valle, representante legal de la empresa, tratando de convencerme de que no era necesario organizarse y que podíamos buscar un acuerdo para solucionar los problemas. A los pocos días llegó una llamada desde Colombia de la jefa administrativa de Decameron, durante la cual se me acusó de “haberle dado a la yugular a la empresa”.
Finalmente, llegó al país el señor Walter Forero, gerente de Recursos Humanos a nivel global de Decameron, y se quedó casi una semana reuniéndose con los trabajadores de cada departamento de trabajo, supuestamente para conocer cuáles eran los problemas en el hotel.
Durante esta primera semana de septiembre fueron despedidos 15 trabajadores afiliados al SITIGHRA del Hotel Las Veraneras Resort, que está a la par de Decameron y donde se quedó hospedado Forero. A los pocos días comenzaron los despidos en Hotel Royal Decameron Salinitas, comenzando con los que expresaron sus inconformidades durante la reunión con el gerente de Recursos Humanos.
Con la excusa de la ‘temporada baja’ despidieron a más de 80 personas, incluyendo a varias que tenían contrato indefinido, lo cual despertó fuerte preocupación en el resto del personal.
“Controlaban hasta con quién hablaba”
-¿Cómo se dio tu despido?
-Sabía que algo raro estaba pasando porque en el hotel, la situación estaba aún más tensa. Había personal de seguridad controlando todos mis movimientos y con quiénes hablaba. Me sentía constantemente observada. El 6 de septiembre llegaron mi jefa inmediata, la señora Claudia Chávez, y la representante legal, Thelma Valle, diciéndome que dejara lo que estaba haciendo y que me fuera con ellas.
Fuimos a un cuartito bien alejado y ahí nos estaban esperando el director de Seguridad y Logística y el abogado de Decameron, quien, sin mediar palabra, me dijo que la empresa ya no me tenía confianza y que necesitaba que presentara mi renuncia. Al negarme, me acompañaron a recoger mis cosas. Me montaron a un vehículo del hotel y me fueron a dejar a mi casa.
Después de las inspecciones del Ministerio del Trabajo, donde se evidenció hasta cierto nivel de colusión del inspector con la empresa, lo más descarado fue que el Hotel Royal Decameron Salinitas negó conocer mi condición de secretaria de la junta directiva provisional del SITIGHRA, ni que se trataba de un despido por discriminación sindical.
-¿Cómo te sientes ahora?
-Siento mucha tristeza. Nunca he querido perjudicar a la empresa, sino solamente mejorar las condiciones y defender los derechos de las trabajadoras y los trabajadores. No sólo he perdido injustamente mi puesto de trabajo sino que he vivido en carne propia la discriminación, el aislamiento y la persecución.
Me han tomado como a una delincuente y han desatado una verdadera cacería de brujas. A veces no es fácil seguir adelante, porque una se siente mal. Sin embargo, voy a ir hasta el final. Vamos a continuar impulsando al Sindicato, hablando con las personas, explicando la importancia de organizarse y de luchar por sus derechos.
-El 1 de septiembre cumplí 8 años desempeñando el cargo de recepcionista. Mucho tiempo, durante el cual he tratado de dar lo mejor, pero las últimas semanas han sido un infierno. Un hecho tan natural como el de organizarnos sindicalmente ha sido percibido como un delito y un ataque directo a la compañía.
-¿Por qué decidieron conformar un sindicato?
-En el hotel hay mucho abuso y maltrato verbal contra las y los trabajadores, y no siempre se cumple con las normas de seguridad e higiene ocupacional. Además, debemos asumir extensas jornadas de trabajo sin que se nos pague las horas extraordinarias y hasta nos cobran la comida.
Pero nadie habla por miedo a ser despedido o a no ser recontratado después de que se le venza el contrato de 3 meses que la compañía acostumbra hacer. Hay trabajadores eventuales, como les dicen, que tienen hasta 5 o 6 años en estas condiciones, sin poder acumular antigüedad y permanentemente expuestos al chantaje de la patronal.
El camino de la organización
Ante esta situación, decidí hablar con los compañeros del Centro de Estudios y Apoyo Laboral (CEAL) y comenzamos un proceso investigativo y organizativo bastante largo, que concluyó el 19 de agosto pasado con la conformación del Sindicato de Trabajadores de Industria Gastronómica, Restaurantes, Hoteles y Afines al Turisrno (SITIGHRA), que operará en tres hoteles: Hotel Royal Decameron Salinitas, Hotel Las Veraneras Resort y Hotel y Casino Siesta.
Pocos días después, presentamos toda la documentación ante las autoridades laborales y el 26 de agosto enviamos la notificación al Hotel Royal Decameron Salinitas, expresando nuestro deseo de poder iniciar una relación de mutuo respeto.
-¿Qué pasó después?
-El ambiente en el hotel se volvió muy tenso. Primero se me acercó la señora Thelma Valle, representante legal de la empresa, tratando de convencerme de que no era necesario organizarse y que podíamos buscar un acuerdo para solucionar los problemas. A los pocos días llegó una llamada desde Colombia de la jefa administrativa de Decameron, durante la cual se me acusó de “haberle dado a la yugular a la empresa”.
Finalmente, llegó al país el señor Walter Forero, gerente de Recursos Humanos a nivel global de Decameron, y se quedó casi una semana reuniéndose con los trabajadores de cada departamento de trabajo, supuestamente para conocer cuáles eran los problemas en el hotel.
Durante esta primera semana de septiembre fueron despedidos 15 trabajadores afiliados al SITIGHRA del Hotel Las Veraneras Resort, que está a la par de Decameron y donde se quedó hospedado Forero. A los pocos días comenzaron los despidos en Hotel Royal Decameron Salinitas, comenzando con los que expresaron sus inconformidades durante la reunión con el gerente de Recursos Humanos.
Con la excusa de la ‘temporada baja’ despidieron a más de 80 personas, incluyendo a varias que tenían contrato indefinido, lo cual despertó fuerte preocupación en el resto del personal.
“Controlaban hasta con quién hablaba”
-¿Cómo se dio tu despido?
-Sabía que algo raro estaba pasando porque en el hotel, la situación estaba aún más tensa. Había personal de seguridad controlando todos mis movimientos y con quiénes hablaba. Me sentía constantemente observada. El 6 de septiembre llegaron mi jefa inmediata, la señora Claudia Chávez, y la representante legal, Thelma Valle, diciéndome que dejara lo que estaba haciendo y que me fuera con ellas.
Fuimos a un cuartito bien alejado y ahí nos estaban esperando el director de Seguridad y Logística y el abogado de Decameron, quien, sin mediar palabra, me dijo que la empresa ya no me tenía confianza y que necesitaba que presentara mi renuncia. Al negarme, me acompañaron a recoger mis cosas. Me montaron a un vehículo del hotel y me fueron a dejar a mi casa.
Después de las inspecciones del Ministerio del Trabajo, donde se evidenció hasta cierto nivel de colusión del inspector con la empresa, lo más descarado fue que el Hotel Royal Decameron Salinitas negó conocer mi condición de secretaria de la junta directiva provisional del SITIGHRA, ni que se trataba de un despido por discriminación sindical.
-¿Cómo te sientes ahora?
-Siento mucha tristeza. Nunca he querido perjudicar a la empresa, sino solamente mejorar las condiciones y defender los derechos de las trabajadoras y los trabajadores. No sólo he perdido injustamente mi puesto de trabajo sino que he vivido en carne propia la discriminación, el aislamiento y la persecución.
Me han tomado como a una delincuente y han desatado una verdadera cacería de brujas. A veces no es fácil seguir adelante, porque una se siente mal. Sin embargo, voy a ir hasta el final. Vamos a continuar impulsando al Sindicato, hablando con las personas, explicando la importancia de organizarse y de luchar por sus derechos.
Fuente: Rel-UITA
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