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Por Rodrigo Fernández M. | ALBA SUD
Las desigualdades son una consecuencia necesaria del capitalismo global. No obstante, desde 2008, y en el contexto de la “crisis” y la implementación de políticas neoliberales, las desigualdades entre clases sociales se han profundizado aceleradamente en la periferia europea en general y en el Estado español en particular.
En este texto se analizan algunos efectos que la “crisis” está teniendo sobre los distintos estratos sociales.
Bajo el paradigma del neoliberalismo y el contexto de la “crisis”, en el Estado español la desigualdad social se hace cada vez más acuciante. Unos, demasiados, son afectados negativamente, viendo mermados sus derechos sociales y sus condiciones de vida. Otros, demasiado pocos, son beneficiados por esta situación.
En poco tiempo el grueso de la sociedad española parece condenada al empobrecimiento, a la pauperización de sus condiciones de vida, al desmantelamiento de los servicios públicos, a la decadencia democrática y a la aceptación de un modelo “mercadocrático”, con independencia de que voten a una u otra opción del bipartidismo alternante en el poder desde hace tres décadas.
En poco tiempo el grueso de la sociedad española parece condenada al empobrecimiento, a la pauperización de sus condiciones de vida, al desmantelamiento de los servicios públicos, a la decadencia democrática y a la aceptación de un modelo “mercadocrático”, con independencia de que voten a una u otra opción del bipartidismo alternante en el poder desde hace tres décadas.
El nuevo orden neoliberal impuesto en el país por la Troika no hace más que agravar y acelerar las propias consecuencias negativas, permanentes, sistémicas e intrínsecas del capitalismo. Se trata de un ajuste de tuercas que permita al capitalismo su supervivencia, y es una de las causas de la profundización de las desigualdades en el territorio español. El neoliberalismo en el marco de la globalización económica es la versión más salvaje que puede ofrecer el capitalismo global. Y eso es mucho decir.
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