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EE.UU. aumentó producción de etanol a partir de maíz y en México se disparó el precio de la tortilla
Por Gerardo Iglesias - Rel-UITA
En los últimos años Estados Unidos incrementó la producción de etanol a partir de maíz. Mientras tanto en México -la cuna del cereal-, donde el 80 por ciento de la dieta de la población depende de este grano, entre 2005 y 2011 el precio de las famosas tortillas aumentó 60 por ciento.
En mayo de este año se presentó en México el infome de Action Aid Agrocombustibles: Fogoneros del hambre. Allí se detalla cómo las políticas que respaldan la producción de agrocombustibles en Estados Unidos inciden claramente en la formación de precios de los alimentos en México, país que en las últimas décadas se ha dedicado a desmantelar su producción agroalimentaria.
Por Gerardo Iglesias - Rel-UITA
En los últimos años Estados Unidos incrementó la producción de etanol a partir de maíz. Mientras tanto en México -la cuna del cereal-, donde el 80 por ciento de la dieta de la población depende de este grano, entre 2005 y 2011 el precio de las famosas tortillas aumentó 60 por ciento.
En mayo de este año se presentó en México el infome de Action Aid Agrocombustibles: Fogoneros del hambre. Allí se detalla cómo las políticas que respaldan la producción de agrocombustibles en Estados Unidos inciden claramente en la formación de precios de los alimentos en México, país que en las últimas décadas se ha dedicado a desmantelar su producción agroalimentaria.
El estudio estuvo a cargo de Timothy Wise, director de Investigación y Políticas del Instituto de Desarrollo Global y del Medio Ambiente de la Universidad de Tufts, y de Marie Brill, analista principal de políticas de Action Aid-Estados Unidos.
Estados Unidos, país fundamental en la definición de los precios del maíz, dedica más del 40 por ciento de su cosecha a la producción de etanol; en otras palabras: 15 por ciento de la producción mundial de maíz.
Desde la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), México viene perdiendo escandalosamente en términos de seguridad y soberanía alimentaria: produciendo menos alimentos, incrementando su importación y reduciendo los niveles de empleo y la población en el campo.
Según Wise, con el advenimiento del TLCAN “La dependencia de México en importaciones de maíz se ha acentuado. En 1990 – 1992 las compras foráneas de maíz representaban 7 por ciento del consumo, hoy son 35 por ciento. Y lo mismo ocurre con los otros granos: en trigo antes era 18 y ahora casi 60 por ciento; en arroz antes 60 y ahora casi 80 por ciento; en soya antes 75 y ahora casi 100 por ciento.
En 1990 -prosigue Wise- las importaciones mexicanas de alimentos desde Estados Unidos sumaban 2.600 millones de dólares. Para 2000 subieron a 6.400 millones y en 2011 llegaron a un récord de 18.400 millones”.
Por otra parte, el autor informa que la utilización del maíz para la producción de etanol en Estados Unidos impactó en 22 por ciento del aumento de precios registrados entre 2006 y 2009. Estados Unidos produce hoy 13.800 millones de galones de agrocombustible, casi nueve veces más que en 2000.
Desde 2005 la expansión del etanol en Estados Unidos, le costó a los mexicanos entre 1.500 y 3.200 millones de dólares, en virtud del incremento de las importaciones de maíz.
En el interesante artículo “El Bastardo que encareció las commodities”, de Ernesto Perea, se sugiere que “el precio del maíz en 2007 hubiera sido entre 12 y 30 por ciento menor sin la demanda agregada por el uso del grano para agrocombustibles”.
México, otrora país autosuficiente en maíz, ocupa el primer lugar como importador de este cereal en el mundo y se posiciona mundialmente en el segundo lugar como importador de alimentos.
Es tan grave la inseguridad alimentaria que soporta México que la FAO lo considera como un país que necesita ayuda alimentaria externa, situación similar a la de 28 naciones africanas.
Con el TLCAN México se acercó a Estados Unidos y se alejó de las tortillas. Hoy su dependencia alimentaria con Estados Unidos es asustadora. Pero los estadounidenses también enfrentan problemas: la peor sequía en más de 50 años afecta a más del 60 por ciento de su territorio. Sumada a la producción de agrocombustibles, esta es otra pésima noticia para el estómago de los mexicanos.
Estados Unidos, país fundamental en la definición de los precios del maíz, dedica más del 40 por ciento de su cosecha a la producción de etanol; en otras palabras: 15 por ciento de la producción mundial de maíz.
Desde la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), México viene perdiendo escandalosamente en términos de seguridad y soberanía alimentaria: produciendo menos alimentos, incrementando su importación y reduciendo los niveles de empleo y la población en el campo.
Según Wise, con el advenimiento del TLCAN “La dependencia de México en importaciones de maíz se ha acentuado. En 1990 – 1992 las compras foráneas de maíz representaban 7 por ciento del consumo, hoy son 35 por ciento. Y lo mismo ocurre con los otros granos: en trigo antes era 18 y ahora casi 60 por ciento; en arroz antes 60 y ahora casi 80 por ciento; en soya antes 75 y ahora casi 100 por ciento.
En 1990 -prosigue Wise- las importaciones mexicanas de alimentos desde Estados Unidos sumaban 2.600 millones de dólares. Para 2000 subieron a 6.400 millones y en 2011 llegaron a un récord de 18.400 millones”.
Por otra parte, el autor informa que la utilización del maíz para la producción de etanol en Estados Unidos impactó en 22 por ciento del aumento de precios registrados entre 2006 y 2009. Estados Unidos produce hoy 13.800 millones de galones de agrocombustible, casi nueve veces más que en 2000.
Desde 2005 la expansión del etanol en Estados Unidos, le costó a los mexicanos entre 1.500 y 3.200 millones de dólares, en virtud del incremento de las importaciones de maíz.
En el interesante artículo “El Bastardo que encareció las commodities”, de Ernesto Perea, se sugiere que “el precio del maíz en 2007 hubiera sido entre 12 y 30 por ciento menor sin la demanda agregada por el uso del grano para agrocombustibles”.
México, otrora país autosuficiente en maíz, ocupa el primer lugar como importador de este cereal en el mundo y se posiciona mundialmente en el segundo lugar como importador de alimentos.
Es tan grave la inseguridad alimentaria que soporta México que la FAO lo considera como un país que necesita ayuda alimentaria externa, situación similar a la de 28 naciones africanas.
Con el TLCAN México se acercó a Estados Unidos y se alejó de las tortillas. Hoy su dependencia alimentaria con Estados Unidos es asustadora. Pero los estadounidenses también enfrentan problemas: la peor sequía en más de 50 años afecta a más del 60 por ciento de su territorio. Sumada a la producción de agrocombustibles, esta es otra pésima noticia para el estómago de los mexicanos.
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