Foto G. Trucchi/Rel-UITA |
Entrevista con Con Alistair Smith de Bananalink
Por Gerardo Iglesias - Rel-UITA
Alistair Smith integra la ONG Bananalink, y estuvo presente en las reuniones de trabajo que COLSIBA y la Rel-UITA mantuvieron en Honduras y luego en Guatemala.
Por Gerardo Iglesias - Rel-UITA
Alistair Smith integra la ONG Bananalink, y estuvo presente en las reuniones de trabajo que COLSIBA y la Rel-UITA mantuvieron en Honduras y luego en Guatemala.
-Lo miro con mucho optimismo porque hay muchas cosas que las dos organizaciones pueden hacer juntas.
Hay una complementariedad muy importante, y desde nuestra perspectiva sólo puede ser positivo, porque la fortaleza de la Rel-UITA en su incidencia ante gobiernos y empresas, se va a complementar con otras fortalezas que presenta COLSIBA.
Para los próximos meses habrá una agenda de trabajo muy nutrida, con muchos temas de interés común, desde las condiciones de trabajo en las fincas bananeras hasta temas macro como la regulación de los abusos de los grandes supermercados mediante su poder de compra.
-Hay transnacionales que están perdiendo terreno frente a las cadenas minoristas que ahora compran en forma directa.
-Sí, es verdad. Hay grandes riesgos, pero también grandes oportunidades dado que el escenario ha cambiado.
Los grandes supermercados consideran que las empresas fruteras tradicionales son demasiado caras, que presentan gastos innecesarios, y a corto plazo las están expulsando de sus cadenas de aprovisionamiento. Compran directamente a productores nacionales como el Grupo ACON en Costa Rica, BANACOL en Colombia, Agroamérica en Guatemala, que dominan entre 25 y 30 por ciento del comercio mundial.
-Y su incidencia está creciendo…
-Está creciendo porque en los últimos 10 o 15 años las transnacionales fruteras han preferido comprar y no producir, porque esto último implica más riesgos.
Pero hay un límite en la posibilidad de comprar directamente a los productores nacionales. Por un lado tendrán que reacomodarse y configurarse, encontrando nuevas modalidades de ser eficaces y, además, los productores nacionales tendrán que llegar a los niveles de respeto de los derechos laborales que prevén los convenios internacionales.
Todo eso se mezcla con el tema de los precios de cada etapa de la cadena de producción. Aquí entra uno de los temas centrales que estamos tratando en el marco del Foro Mundial Bananero, como es la distribución del valor.
-¿Puedes ampliar ese concepto?
-Teóricamente debe ser posible encontrar maneras de que todos los actores económicos, desde los trabajadores a los productores, grandes productores, intermediarios que llevan el producto al consumidor y a los supermercados, ganen de manera razonable. En la práctica nunca ha sido posible llevar adelante un diálogo sobre este tema, que es complejo, pero que cada vez se torna más necesario.
Todo esto implica acordar qué es un salario digno, un precio justo en cada etapa, porque en la cadena bananera no hay necesariamente una relación directa entre el precio que paga un supermercado a su proveedor y el salario del trabajador, pero hay una relación indirecta y más compleja, y solo concientizando al mismo tiempo a los grandes supermercados y a las empresas productoras es que vamos a lograr mejores condiciones para los trabajadores.
Creo que es posible, y uniendo esfuerzos tenemos muchas más posibilidades de lograr lo que para muchos puede ser utópico.
Fuente: Rel-UITA
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