por Giorgio Trucchi - Rel-UITA
El pasado viernes 31 de julio, varios efectivos de la Policía Nacional de Nicaragua interrumpieron abruptamente la cuarta vídeo conferencia que los miembros de la Asociación Nicaragüense de Afectados por Insuficiencia Renal Crónica (ANAIRC), organización afiliada a la UITA, estaban realizando frente al Edificio Pellas. Decenas de personas y organizaciones a nivel internacional asistieron en vivo a través de la Web a la brutal e injustificada represión policial, que aparentemente marca un cambio de actitud de este cuerpo represivo hacia los ex trabajadores azucareros.
“Ya habíamos comenzado la vídeo conferencia cuando llegó la policía y sin mediar palabra comenzó a atacarnos –contó a Sirel la presidenta de la ANAIRC, Carmen Ríos.
Cuándo traté de hablar para decirle que estaban violentando mis derechos me callaron, diciéndome que con el sólo hecho de hablar ya les estaba faltando al respeto y comenzaron a golpearme. Traté de defenderme pero los agentes, entre ellos una mujer, me cayeron encima y hasta recibí una patada en el útero”.
Según el relato de Carmen Ríos, los agentes no dieron ninguna explicación del por qué del desalojo, y mucho menos de la actitud extremadamente violenta en contra de su persona y de los compañeros que trataron defenderla.
“También mis compañeros fueron golpeados al tratar defenderme. Gente muy enferma fue tirada al suelo. Al final fui llevada a la fuerza, junto con otros tres compañeros, hasta la estación del Distrito 5 de la Policía.
En el recorrido –continuó Ríos– siguieron golpeándome, sobre todo una mujer policía que lleva la placa número 8168 y de nombre Juana. Cuando llegamos a la estación comenzó otra pesadilla.
La mujer me quiso desnudar y siguió con los golpes. Ante mi resistencia me puso una pistola en la frente diciéndome que me quitara la ropa si no me mataba, y hasta insultó a un agente que entró al cuarto y le reclamó por el trato que me estaba dando”, denunció la presidenta de la ANAIRC.
“Después de los golpes y del atropello a mis derechos fui conducida a otra sala ante otro policía, y comencé a reclamarle porque nunca en mi vida pensé que algún día nuestra Policía Nacional, que surgió de la Revolución para defender los derechos del pueblo, iba a actuar de esta manera.
En ese momento entró la misma mujer policía y entre nuevos insultos, me volvió a pegar en la espalda”, concluyó su relato Carmen Ríos.
Lo absurdo de toda esta lamentable situación es que, según Ríos, de repente se apareció un sub comisionado del Distrito Cinco de la Policía informando que se había tratado de un error, y que la actuación de los agentes se debía a una denuncia por el uso indebido de morteros caseros frente al Edificio Pellas.
Según el sub comisionado, de nombre Gutierrez, el Departamento de Asuntos Internos va a abrir una investigación para averiguar lo que pasó y castigar a los culpables de la agresión.
Algo huele mal
Como solo los niños creen a los cuentos de hadas, resulta inverosímil e inaceptable el comportamiento de la policía que, hasta el momento, había tenido muy buenas relaciones con los ex trabajadores azucareros y viudas de la ANAIRC, respetando su lucha y hasta ofreciéndoles protección ante las constantes amenazas de las que han sido sujeto desde su llegada a Managua.
“Fue una acción violenta e inexplicable, enfocada sobre todo contra la presidenta de la ANAIRC –manifestó a Sirel el responsable de Incidencia del Centro de Información y Servicios de Asesoría en Salud (CISAS), Denis Meléndez–.
Aparentemente el cambio de actitud responde a que la familia que ha sido demandada (Pellas) solicitó la presencia de los policías, y éstos actuaron con una velocidad impresionante.
Para evitar cualquier especulación ya se tienen preparadas tres cartas que van a ser entregadas hoy martes 4 de agosto.
La primera carta está dirigida a la Primera Comisionada de la Policía Nacional, Aminta Granera, para que dé una explicación formal y oficial sobre este hecho. Otra carta se va a entregar al diputado Gustavo Porras en calidad de Presidente de la Comisión de Salud, y una tercera carta está dirigida al Presidente de la República, Daniel Ortega Saavedra”, dijo Meléndez.
El oficial de Incidencia del CISAS informó también que se va a solicitar al Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH) que alerte sobre esta situación. Además, varias organizaciones a nivel nacional e internacional se comunicaron de inmediato con el CISAS para conocer del caso.
Por su lado la UITA, más allá de expresar su total apoyo a su organización afiliada, va a seguir muy de cerca el desarrollo de esta situación y espera que las explicaciones que va a brindar la institución de la Policía Nacional sean exhaustivas y convincentes.
La lucha de la ANAIRC
Desde hace casi 5 meses los miembros de la ANAIRC están pidiendo que la Nicaragua Sugar Estates Ltd. (NSEL), propietaria del Ingenio San Antonio e integrante del Grupo Pellas, escuche sus demandas y abra una negociación para poder ser indemnizados por los daños ocasionados a su salud.
Hasta la fecha, la empresa ha preferido guardar absoluto silencio acerca de la propuesta, y ha tratado de crear las condiciones para un enfrentamiento entre los ex trabajadores azucareros afectados por la IRC y los trabajadores activos del Ingenio San Antonio y la Compañía Licorera de Nicaragua, utilizando sindicatos blancos y centrales sindicales afines a la empresa, con los que firmó un acuerdo que fue denunciado y rechazado a nivel mundial.
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