Revela estudio de FIDEG
Por Giorgio Trucchi – Opera Mundi
Por lo menos 300 mil nicaragüenses salieron de la pobreza extrema entre 2005 y 2009, reveló la “Encuesta de Hogares para medir la pobreza en Nicaragua”, realizada por la FIDEG (Fundación Internacional para el Desafío Económico Global) con la asesoría técnica del Banco Mundial.
Según datos presentados por Enrique Alaníz, director de Investigación de la FIDEG, la pobreza general en el país bajó en ese período de 3.6 puntos porcentuales (del 48.3 al 44.7 por ciento), mientras que la pobreza extrema –personas cuyo consumo promedio es de un dólar por día– se redujo casi de la mitad (de 17.2 a 9.7 por ciento). Entre las diferentes áreas, el sector rural fue el que registró la mayor disminución de pobreza extrema, de 30.5 en 2005 a 18.2 en 2009.
Aunque los niveles de pobreza en Nicaragua siguen muy elevados, estos resultados “son muy esperanzadores y nos obligan, como país, a seguir adelante con las políticas sociales”, afirmó a Opera Mundi Alejandro Martínez Cuenca, director de la FIDEG. Según Cuenca, el estudio revela que “si el país hubiese invertido 45 millones de dólares adicionales, la pobreza extrema hoy no existiría”.
Asimismo, remarcó que serían necesarios 344 millones de dólares adicionales para elevar el consumo de toda la gente que vive con un promedio de dos dólares por día, “y la sacamos de la pobreza”. El estudio –recordó Martínez Cuenca– “no está diciendo que ya acabamos con la pobreza, sino que demuestra que sí es posible hacerlo, y que debemos unirnos todos en esta batalla”.
Desigualdad
La encuesta evidenció también una mejor distribución del consumo y por ende, una disminución de la desigualdad. “Hay una variación leve, pero estadísticamente significativa. Una tendencia importante que hay que analizar”, observó el director de la FIDEG.
El estudio reveló un avance en los indicadores de educación, una reducción del analfabetismo y un incremento en las tasas de actividad, “pero sobre todo en el sector del empleo informal, que se caracteriza por su baja calidad”, dijo Alaníz.
Estrategia
Aunque el estudio no profundizó sobre las causas que han llevado a estos resultados, el gobierno de Nicaragua reivindicó la importancia de sus programas y estrategias para la erradicación de la pobreza. Según Paul Oquist, asesor presidencial para Políticas Públicas, para reducir la desigualdad y la pobreza hay que “usar el poder redistributivo del Estado”.
En este sentido, Oquist recordó los diferentes programas implementados por el gobierno sandinista, como Hambre Cero y Usura Cero, “que tienen un enfoque de restitución de derechos, fortalecimiento de capacidades, participación ciudadana y democracia directa.
Todo eso permitió lograr los resultados que estamos viendo”.
Finalizando la actividad de presentación de los resultados de la encuesta, Martínez Cuenca recordó que la reducción de la pobreza no se logra con la inversión extemporánea de dinero, “sino con la implementación de una estrategia de sostenibilidad de las políticas públicas a mediano y largo plazo”.
La encuesta fue financiada por la Cooperación Suiza para América Central y la Real Embajada de los Países Bajos. La muestra fue de 1,732 hogares ubicados en las áreas urbanas y rurales de todo el país.
FIDEG realizará una encuesta similar para evaluar el estado de pobreza en Nicaragua en 2010 y 2011.
Por Giorgio Trucchi – Opera Mundi
Por lo menos 300 mil nicaragüenses salieron de la pobreza extrema entre 2005 y 2009, reveló la “Encuesta de Hogares para medir la pobreza en Nicaragua”, realizada por la FIDEG (Fundación Internacional para el Desafío Económico Global) con la asesoría técnica del Banco Mundial.
Según datos presentados por Enrique Alaníz, director de Investigación de la FIDEG, la pobreza general en el país bajó en ese período de 3.6 puntos porcentuales (del 48.3 al 44.7 por ciento), mientras que la pobreza extrema –personas cuyo consumo promedio es de un dólar por día– se redujo casi de la mitad (de 17.2 a 9.7 por ciento). Entre las diferentes áreas, el sector rural fue el que registró la mayor disminución de pobreza extrema, de 30.5 en 2005 a 18.2 en 2009.
Aunque los niveles de pobreza en Nicaragua siguen muy elevados, estos resultados “son muy esperanzadores y nos obligan, como país, a seguir adelante con las políticas sociales”, afirmó a Opera Mundi Alejandro Martínez Cuenca, director de la FIDEG. Según Cuenca, el estudio revela que “si el país hubiese invertido 45 millones de dólares adicionales, la pobreza extrema hoy no existiría”.
Asimismo, remarcó que serían necesarios 344 millones de dólares adicionales para elevar el consumo de toda la gente que vive con un promedio de dos dólares por día, “y la sacamos de la pobreza”. El estudio –recordó Martínez Cuenca– “no está diciendo que ya acabamos con la pobreza, sino que demuestra que sí es posible hacerlo, y que debemos unirnos todos en esta batalla”.
Desigualdad
La encuesta evidenció también una mejor distribución del consumo y por ende, una disminución de la desigualdad. “Hay una variación leve, pero estadísticamente significativa. Una tendencia importante que hay que analizar”, observó el director de la FIDEG.
El estudio reveló un avance en los indicadores de educación, una reducción del analfabetismo y un incremento en las tasas de actividad, “pero sobre todo en el sector del empleo informal, que se caracteriza por su baja calidad”, dijo Alaníz.
Estrategia
Aunque el estudio no profundizó sobre las causas que han llevado a estos resultados, el gobierno de Nicaragua reivindicó la importancia de sus programas y estrategias para la erradicación de la pobreza. Según Paul Oquist, asesor presidencial para Políticas Públicas, para reducir la desigualdad y la pobreza hay que “usar el poder redistributivo del Estado”.
En este sentido, Oquist recordó los diferentes programas implementados por el gobierno sandinista, como Hambre Cero y Usura Cero, “que tienen un enfoque de restitución de derechos, fortalecimiento de capacidades, participación ciudadana y democracia directa.
Todo eso permitió lograr los resultados que estamos viendo”.
Finalizando la actividad de presentación de los resultados de la encuesta, Martínez Cuenca recordó que la reducción de la pobreza no se logra con la inversión extemporánea de dinero, “sino con la implementación de una estrategia de sostenibilidad de las políticas públicas a mediano y largo plazo”.
La encuesta fue financiada por la Cooperación Suiza para América Central y la Real Embajada de los Países Bajos. La muestra fue de 1,732 hogares ubicados en las áreas urbanas y rurales de todo el país.
FIDEG realizará una encuesta similar para evaluar el estado de pobreza en Nicaragua en 2010 y 2011.
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