Foto G. Trucchi | Rel-UITA |
Por Gerardo Iglesias y Giorgio Trucchi | Rel-UITA
Honduras es uno de los países del continente latinoamericano donde más se violentan los derechos fundamentales de los miembros de la comunidad LGBT.
José Zamorano, miembro de la Asociación para una Vida Mejor de Personas Infectadas/Afectadas por el VIH/Sida en Honduras (Apuvimeh), habló con La Rel sobre la difícil situación que hay en el país.
-¿Cuál es la situación de la comunidad LGBT en Honduras?
-Sigue siendo difícil. Tanto en el tema de igualdad e inclusión, como en el de respeto de derechos y salud pública los avances y logros han sido muy pocos. Incluso en algunos ámbitos lo que hubo fue un retroceso.
En salud, por ejemplo, estamos muy preocupados. Durante los últimos dos gobiernos ha habido un retroceso en cuanto a la prevención y lucha contra el VIH/sida y el acceso universal a los fármacos antirretrovirales.
De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas Contra el Sida, en el país hay unas 24 mil personas con VIH. Cada año se estima que cerca de 800 hondureños y hondureñas contraen el virus y 1.200 fallecen a causa del sida.
Tampoco vemos el compromiso de las instituciones con el combate al estigma y la discriminación. Parece prevalecer la carga discriminatoria de los sectores más conservadores de las iglesias católica y evangélica.
También hemos tenido varios casos de personas despedidas por ser portadoras del VIH. Esto es muy grave y está prohibido por las leyes, pero los empleadores saben que nadie va a hacer nada contra estos atropellos.
Para el próximo año están anunciando recortes de presupuesto y tercerización de los servicios. Esto va a impactar aún más en la prevención, sensibilización y cura. Vamos a tener más personas con VIH y más muertos.
El estigma continúa
-¿Además continúa la represión contra la comunidad LGBT?
-En lo que va del año han asesinado a 26 compañeros y compañeras de la diversidad sexual.
Honduras sigue teniendo uno de los índices más altos del continente latinoamericano en ataques contra miembros de la comunidad LGBT.
Hay compañeros y compañeras que tuvieron que desplazarse forzosamente y otras que ya salieron del país porque no aguantaron las amenazas, los ataques, los golpes, la represión.
Desde Apuvimeh seguimos haciendo un trabajo de prevención, concientización y seguridad, pero se vuelve cada vez más difícil.
También continúa la estigmatización, como por ejemplo durante las últimas elecciones.
-¿Qué pasó?
-La comunidad LGBT logró presentar cuatro candidaturas entre las filas del partido Libertad y Refundación (Libre), el único que ha reconocido a la diversidad sexual en sus estatutos y que nos ha dado espacio.
De los cuatro compañeros y compañeras, uno (Erick Martínez) fue asesinado y otras dos tuvieron que abandonar el país por las amenazas.
A la compañera transexual Rihanna Ferrera, candidata por el Pinu[1], la obligaron a presentarse con su nombre masculino (Pedro Ernesto Ferrera), mientras que en la foto aceptaron que mostrara su aspecto femenino.
Es un claro ejemplo de desigualdad, discriminación, falta de inclusión e irrespeto a la diversidad.
Lamentablemente seguimos sin tener a una voz en el Congreso y las leyes actuales no nos ayudan, antes bien contribuyen a discriminarnos y a profundizar el nivel de homo/lesbo/transfobia que ya existe dentro de la sociedad.
Una agenda común ante enemigos comunes
-En esto juega un papel nefasto el avance de las sectas religiosas…
-De las sectas religiosas, de la iglesia evangélica y los sectores más conservadores de la iglesia católica. Se han convertido en fundamentalistas y son muy agresivos.
Y esto no es solamente en Honduras. En todo el continente hay una ofensiva brutal de estos sectores y sectas religiosas, penetrando las sociedades y la política, llenando espacios de opinión, desplazando a la sociedad civil, destilando odio con su discurso discriminatorio.
-¿Qué podemos hacer para contribuir a que algo cambie?
-Hacemos un llamado a la solidaridad nacional e internacional y a todas aquellas personas y organizaciones de mentalidad abierta y atentas a estas problemáticas a que incluyan la diversidad sexual en sus programas y ámbitos de interés.
También en el sector sindical hay que hacer más. Nos hemos reunido muchas veces, nos ofrecen espacios de visibilidad, pero nunca hemos podido consensuar una agenda común.
Queremos poder vivir libremente nuestra sexualidad, participar como seres humanos en todos los ámbitos de nuestra sociedad.
Necesitamos ampliar el concepto de diversidad, haciéndolo más integral, desde la salud, la política, el trabajo, las leyes y la propia familia.
Es necesario involucrar a otros sectores. Tenemos enemigos y problemáticas comunes.
[1]- Partido Innovación y Unidad que con Libre integró la Alianza de
Oposición contra la Dictadura durante las últimas elecciones del
noviembre 2017
Fuente: Rel-UITA
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