Foto Ernest Cañada |
Campaña Internacional de UITA: "Trabajo, salud
y dignidad para las camareras de piso"
Por Ernest Cañada | ALBA SUD /Rel-UITA
Angelina Alfaro ha trabajado toda su vida como camarera de piso. Empezó a los 17 años y lleva 30 años de profesión. Actualmente labora en un hotel de Playa de Palma, Mallorca. Nació en Albacete, en Castilla-La Mancha, pero se trasladó muy joven a Baleares. Angelina es delegada sindical de la Unión General de Trabajadores (UGT) en su centro de trabajo desde hace ocho años.
Angelina Alfaro ha trabajado toda su vida como camarera de piso. Empezó a los 17 años y lleva 30 años de profesión. Actualmente labora en un hotel de Playa de Palma, Mallorca. Nació en Albacete, en Castilla-La Mancha, pero se trasladó muy joven a Baleares. Angelina es delegada sindical de la Unión General de Trabajadores (UGT) en su centro de trabajo desde hace ocho años.
Cuando le pregunto por qué se hizo sindicalista responde con pasión: “Me daba mucha rabia no poder hablar abiertamente las cosas que pasaban. Cuando te afilias al Sindicato puedes hablar sin tener miedo de nada. Y que conste que son cosas justas, nunca hemos pedido nada que no sea justo. Y ellos lo saben”.
-¿Trabajas bajo mucha presión?
-Presión es poco. La jornada es de ocho horas y tienes que hacer 24 habitaciones, donde el tiempo está todo medido: 30 minutos por salida (por habitación que se deja) y 10 minutos por habitación.
Pero si un día tienes que hacer más de cuatro salidas la teoría de la empresa ya no cuadra, el cálculo no está bien, por muchas matemáticas que tú quieras.
Además no se cuenta el tiempo que perdemos de ir de un edificio a otro: cargar el carro, esperar el ascensor, pasar al otro edificio… Ahí se te van de 10 a 15 minutos.
Y como no funcione la llave tienes que ir hasta el otro edificio. Entonces son cosas que se estudian muy bien desde el despacho, pero que en la práctica no funcionan. Ellos lo saben.
Esta situación la denunciamos en muchas reuniones y pedimos un poco de humanidad, que comprendan que no podemos llevar esa carga de trabajo, porque al día siguiente estamos muertas, no podemos con nuestro cuerpo.
-¿Trabajas bajo mucha presión?
-Presión es poco. La jornada es de ocho horas y tienes que hacer 24 habitaciones, donde el tiempo está todo medido: 30 minutos por salida (por habitación que se deja) y 10 minutos por habitación.
Pero si un día tienes que hacer más de cuatro salidas la teoría de la empresa ya no cuadra, el cálculo no está bien, por muchas matemáticas que tú quieras.
Además no se cuenta el tiempo que perdemos de ir de un edificio a otro: cargar el carro, esperar el ascensor, pasar al otro edificio… Ahí se te van de 10 a 15 minutos.
Y como no funcione la llave tienes que ir hasta el otro edificio. Entonces son cosas que se estudian muy bien desde el despacho, pero que en la práctica no funcionan. Ellos lo saben.
Esta situación la denunciamos en muchas reuniones y pedimos un poco de humanidad, que comprendan que no podemos llevar esa carga de trabajo, porque al día siguiente estamos muertas, no podemos con nuestro cuerpo.
Cuando el cuerpo pasa factura
Aguantar a base de medicamentos
-Obviamente esto tiene repercusiones en vuestra salud...
-Yo llevo una semana pinchándome. Por la mañana tomo ibuprofeno y en las noches relajantes musculares. Vamos sobrecargadas, llevamos un trabajo enorme. Todo el día estirando camas, arrastrando bolsas, … Y el cuerpo te pasa factura.
Un día te quedas pillada, y no te puedes agachar, entonces vas al médico, te pinchan, tomas pastillas, y al día siguiente vuelves a trabajar. Y en la mutua de la empresa te dicen muy alegremente “eso no es culpa del trabajo, es que te haces mayor”. Según ellos los dolores de cuello, de espalda y de lumbares que tenemos y las tendinitis se provocan porque no hacemos nada...
-¿Y cuál es vuestro salario?
-Te dan lo que marca el convenio de hostelería. Un poco más de los 1.000 euros, dependiendo de lo que te quiten de impuestos.
-¿Y se hacen horas extra?
-En general nosotras no, las que somos fijas discontinuas a jornada completa. Puede ser que te pidan que vengas un día libre. Pero las que sí hacen horas extra son las que están contratadas por 5 ó 6 horas, y como eso no basta el resto son horas extras. Son las eventuales y fijas discontinuas contratadas por menos de 8 horas las que hacen las horas.
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