El Consejo Cívico de Organizaciones
Populares e Indígenas de Honduras, COPINH ante la opinión pública
y pueblo en general se pronuncia sobre el hecho alevoso, brutal y
criminal realizado por ocho agentes de la policía de San Juan y San
Miguelito, Intibucá, en contra de la humanidad del párroco Marco
Aurelio Lorenzo y sus acompañantes quienes fueron golpeados,
torturados y estuvieron a punto de ser asesinados.
Esta acción tuvo
lugar el día 26 de diciembre en la carretera que se ubica entre
estos dos lugares y constituye uno más de los que se realizan
frecuentemente en nuestros territorios sin que sean denunciados y
conocidos por el resto del país.
En los últimos tiempos se ha
evidenciado con abundante información y denuncia que la policía es
y ha sido protagonista de múltiples hechos delictivos en contra de
la población, y pese a que se encuentran en una gran crisis de
legitimidad y confianza en el país, sigue actuando con la impunidad
que les permite seguir ejecutando actos como el que realizaron contra
el padre Marco Aurelio Lorenzo, un compañero reconocido por sus
luchas a favor de los bienes naturales y de los intereses de la
feligresía más pobre de la iglesia en occidente.
El COPINH se solidariza con el padre
Lorenzo y sus acompañantes, con la parroquia de Macuelizo y la
iglesia progresista que no renuncia a su opción preferencial por los
pobres, y retoma con fuerza y fe este compromiso.
Se une enérgicamente a las denuncias
ya expresadas por otras personas, otros sectores y en otros lugares
del país en contra de la banda policial institucionalizada que
aterroriza y agrede a la población de todos los departamentos de
Honduras con los recursos de esa misma población.
Condena las instituciones policiales y
al ejército que son las gendarmes de los intereses oligarquicos,
transnacionales y del narco, a quienes sirven y protegen
convirtiendose en enemigos del pueblo de Honduras. Igualmente a las
agencias de seguridad que son negocio de empresarios, militares y
trasnacionales que han privatizado el derecho a la seguridad que
debe ser tarea del estado y un derecho publico de la ciudadania
sin que represente endeudamiento y mayor entrega e intervencionismo
en nuestro pais.
Condenamos el vergonzoso silencio de la
oficialidad eclesiastica de la zona de occidente encarnada en el
nuevo obispo Darwin Andino, ante la agresión contra un miembro de su
comunidad.
Condenamos al régimen de la supuesta
reconciliación nacional que tal como lo hemos señalado no tiene la
voluntad ni la capacidad para hacer justicia tal como queda
evidenciado frente al destape de la corrupción y criminalidad
policial.
Llamamos a las comunidades y al pueblo
hondureño en general a que enfrentemos el desamparo y la indefensión
en la cual vivimos fortaleciendo la organización autónoma y la
creatividad propia de este pueblo hondureño para defender la vida,
los bienes colectivos y el derecho a un país y un futuro sin miedo
ni violencia.
Los mecanismos y comisiones que se
establecen para la intervención y depuración policial son un gasto
oneroso de dinero público y una farsa política, la única salida
posible es la desaparición de la institución policial actual, la
refundación de un cuerpo ético de protección pública a los
intereses del pueblo de Honduras y el fortalecimiento de una cultura
de convivencia ética civil.
¡Con la fuerza ancestral
de Iselaca, Lempira, Mota, Etempica, se levantan nuestras voces
llenas de vida, justicia, libertad, dignidad y paz!
Dado en Intibuca, Intibucá a los 02
dias del mes de enero del 2012.
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