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No solo la Agencia de Desarrollo
Internacional de Estados Unidos (USAID), favorece con un subsidio de 3,5
millones de dólares a la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA),
organización cercana a los Demócratas y que apoya al Presidente Barack
Obama, pero al regalar esa suma de dinero subsidia la organización que
financió al terrorista Luis Posada Carriles en sus campañas terroristas
contra Cuba.
En Miami, donde existe una competencia feroz entre grupos “humanitarios” que se disputan los millones de la USAID bajo el pretexto de sufragar los costos de la “disidencia” remunerada en Cuba – la forma de subversión privilegiada por el Departamento de Estado – se acusa a la agencia de favorecer la Fundación por los Derechos Humanos en Cuba (FHRC por sus siglas en ingles), una entidad que se aloja en los locales de la propia FNCA.
Calificando la ayuda millonaria de “favoritismo político” los rivales
de la FNCA/FHRC van hasta afirmar, bajo anonimato, que esta maniobra de
la desprestigiada agencia federal se acompaña de jugoso “kick back” a
los demócratas.
Estos mismos interlocutores afirman que no hay justificación a ese
gestos aún más cuando se considera que el grupo fundado por directores
de la FNC tiene hasta ahora une experiencia limitada en el negocio de
los “disidentes”.
Mario Diaz-Balart, este representante federal republicano que quiere
imponer las restricciones dictadas por George W, Bush a los
cubanoamerricanos deseosos de visitar sus familiares en Cuba, denunció
que los fondos federales para programas de subversión en la Isla “se
deberían dar a organizaciones con una experiencia sólida”, es decir a su
socio Orlando Gutierrez-Boronat del Directorio Democrático Cubano,
famoso por gastarse la mayor parte de los subsidios para viajar a través
del mundo; Frank Calzón, del Center for a Free Cuba, involucrado en
espectaculares escándalos de desfalco o el estafador Frank Trujillo,
del Grupo de Apoyo a la Democracia.
“Sería una vergüenza que la administración de Obama rompiera con la
tradición y usara siquiera un centavo de esos fondos tan importantes
para recompensar a sus compinches políticos”, dijo Diaz-Balart en una
comunicación exclusiva con la prensa mafiosa de Miami.
Mark Lopes, ex asistente del senador demócrata cubanoamericano Bob
Menéndez y funcionario de la USAID para América Latina y el Caribe,
encargado de regar de esa forma el dinero del contribuyente, dijo con
absoluta seriedad que los “ganadores” en esta lotería subversiva son
escogidos por una “comisión de evaluación técnica” de la cual no reveló
la composición. “Ningún nominado políticamente tiene papel alguno en el
proceso de selección”, aseguró.
Los líderes de la FNCA tienen relaciones privilegiadas con el
gobierno del presidente Obama al punto que el Presidente ha sido acogido
personalmente en Miami por su jefe vitalicio Francisco José “Pepe”
Hernández, a pesar de que este personaje haya sido en el pasado
investigado por apoyo a actividades terroristas y que ha proclamado
públicamente (el 2 de abril 2009) su amistad con Luis Posada Carriles y
el fallecido Orlando Bosch, los dos asesinos más conocidos de las
campañas de terror de la CIA contra Cuba.
El actual presidente de la FNCA fue de los primeros directivos de
esta organización creada a principios de los años 80 por Jorge Mas
Canosa, bajo orientaciones de la Agencia Central de Inteligencia que
quiso crearse un lobby cubanoamericano capaz de comprarse las atenciones
de políticos de Washington.
En una entrevista que concedio a la AP, “Pepe” Hernández confesó como
la Fundación “llegó a ser una de las organizaciones de cabildeo más
fuertes de Washington y distribuyó millones de dólares entre políticos
de todo el país”.
Por otra parte, según Antonio “Toñin” Llama, un ex director disidente
de la FNCA, “Pepe” Hernández fue designado, en la reunión anual de la
organización en junio de 1992, en Naples (Florida) como jefe de su grupo
paramilitar.
La FNCA financió al terrorista Luis Posada Carriles en sus campañas
de terrorismo en La Habana además de haber constituido un grupo
paramilitar que fue hasta proyectar bombardear grandes concentraciones
en la Plaza de la Revolución de La Habana.
La colosal subvención de la FNCA/FHRC es aún mas extraña cuando se
considera que esta misma tropa que vive del cuento de la disidencia y de
la contrarrevolución denunció en 2008 que “menos del 17 por ciento” de
los decenas de millones que Washington gastó en programas “cubanos” han
llegado a la ISLA el resto esfumándose en Miami en salarios, cuenta de
gastos y viajes.
Reconociendo implícitamente que la mafia cubanoamericana desvía los
fondos destinados a las campañas anexionistas que el gobierno
norteamericano pretende desarrollar en Cuba, el Congreso congeló en
varias oportunidades fondos asignados a la USAID, a iniciativa de unos
senadores para luego inclinarse ante las presiones de la Casa Blanca y
desbloquear el dinero.
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