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Por COPINH
El COPINH manifiesta su preocupación por el agravamiento de la
violación de los derechos individuales y colectivos del Pueblo Lenca.
Esta realidad es el efecto directo de las agresivas políticas, a cargo
del régimen encabezado por Pepe Lobo y Juan Orlando Hernández, propias
de la perversidad capitalista: transnacionalización, privatización,
crisis climática y alimentaria.
Estas políticas se expresan con claridad en nuestros territorios, de esta manera:
1.- La persistente amenaza de privatización de ríos como el
Gualcarque, a través de un complejo de varias represas que incluye
desde el municipio de San Francisco de Opalaca y la parte norte de
Intibucá, hasta San Francisco de Ojuera, en Santa Bárbara. Amenazados
también están los ríos Guarajambala, Chinacla, Togola, San Juan,
Uluita y otros más.
Muchas de estas iniciativas, ahora llamadas en el lenguaje tramposo
neoliberal “proyectos limpios, alternativos y verdes”, mantienen su
propósito de generar energía desde la lógica capitalista depredadora y
de saqueo, que implica pérdida de autonomías, soberanías, territorios,
culturas y biodiversidad.
Nuevamente denunciamos el inconsulto proyecto hidroeléctrico de San
José, en La Paz, de donde también se extrae en altas horas de la noche,
gran cantidad de material con fines desconocidos.
Alertamos a la zona suroccidental, particularmente la zona fronteriza
con la república de El Salvador, de que se cierne nuevamente la amenaza
de la represa hidroeléctrica El Tigre, contra la cual hemos luchado por
más de 16 años.
2.- Sumamos a estos proyectos los de explotación minera,
categóricamente rechazados por las comunidades, pero que cuentan con la
complicidad de varias alcaldías de las zonas y funcionarios del gobierno
central.
3.- Denunciamos el concesionamiento, que es lo mismo que privatización,
que se ha iniciado ya a través de la instalación de contadores, del
servicio de agua potable en el municipio de Jesús de Otoro, que
pretenden entregar a consorcios europeos y empresarios nacionales, con
las presiones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y del
diputado Miguel Gámez, que se ensaña con su condenable racismo contra el
Pueblo Lenca, como en su momento lo hizo en contra del Pueblo Garífuna,
hasta llegar al extremo de llamar “idiotas” a quienes nos oponemos a
esta humillación, y a manifestar abiertamente que él, el tristemente
célebre diputado, es el representante de las trasnacionales. Celebramos y
acompañamos la ardua lucha del pueblo de Jesús de Otoro, especialmente
de las mujeres, en contra de esta privatización.
4.- Denunciamos que comunidades del Municipio de Piraera, están siendo
obligadas a la aplicación de un catastro municipal que implica el cobro
de más impuestos, sin tomar en cuenta la profunda situación de
empobrecimiento y exclusión de estas zonas; con la intervención
colonialista de la llamada Cooperación Europea a través de las
municipalidades.
5.- Condenamos la criminalización contra nuestra organización por parte
de autoridades públicas, como el diputado Gámez y el alcalde de San
Francisco de Opalaca, Socorro Sánchez, que junto a sus regidores,
ejerciendo abuso de autoridad, amenazan a habitantes indígenas de este
municipio que son militantes del COPINH, y a quienes desean participar
en nuestra organización. Han manifestado públicamente su pretensión de
prohibir la organización comunitaria y municipal del COPINH,
desconociendo que la creación de ese municipio es producto de nuestras
movilizaciones y acciones. Este alcalde, con un pensamiento retorcido
propio de fascistas y dictadorzuelos, amenaza con que procederá de
diferentes formas para evitar la presencia del COPINH.
6.- Denunciamos a la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente
–SERNA-, que descaradamente se atrevió a manifestar, ante las audiencias
de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en Washington, que el
gobierno está cumpliendo con el respeto a las consultas comunitarias y a
los derechos de los pueblos indígenas establecidos en el Convenio 169
de la OIT, a raíz del acuerdo suscrito en julio del presente año,
producto de nuestra movilización “En Defensa de Nuestros Territorios,
Autonomías y Vidas”. Desmentimos tal aseveración. Condenamos el
incumplimiento de sus obligaciones en el marco de los compromisos
asumidos, su servilismo como siempre hacia los politiqueros, empresarios
explotadores y ladrones de nuestras riquezas. Igualmente denunciamos
que integrantes de algunos sectores han usado estas acciones,
descalificando nuestro derecho a luchar para mejorar nuestras
condiciones de vida, en una verdadera campaña en contra nuestra.
Reiteramos que nuestras luchas inmediatas no están reñidas con la
legitimidad de nuestras propuestas políticas radicales, y que no
renunciamos a ninguna de las dos.
7.- Advertimos a SERNA, al Congreso Nacional y a demás instancias
gubernamentales, que no aceptaremos ningún proyecto de implementación de
mecanismos y/o legislación sobre consultas previas, libres e
informadas a nombre de los pueblos indígenas. Las mismas sólo pueden
venir de los pueblos indígenas y negros bajo sus propios conceptos,
definiciones, cosmovisiones y decisiones como pueblos y en sus propios
tiempos.
8-El COPINH hace un llamado a que luchemos contra el femicidio y otras
formas de violencia que se ejercen contra las mujeres. Esta situación,
que ha aumentado en municipios como La Esperanza, Intibucá, San
Miguelito, Masaguara y otros, son parte de la indefensión total que
aqueja a las mujeres triplemente agredidas por el hecho de ser mujeres,
indígenas, y por ser impactadas por la exclusión económica y social.
9.- Rechazamos y condenamos una vez más el racismo oprobioso que
destina a los y las jóvenes indígenas Lencas, en condiciones de
agudización de miseria en las comunidades y la nula existencia de otras
opciones, al ejercicio obligatorio del servicio militar, para usarlos
como carne de cañón y enfrentarlos a su propio pueblo. Llamamos al
pueblo hondureño a reflexionar sobre lo que significa condenar a sus
hijos indígenas y pobres a ser víctimas de esta detestable iniciativas.
10.- Rechazamos la profundización de la militarización de la sociedad
hondureña, con la asignación a las Fuerza Armadas de funciones de
seguridad ciudadana. No olvidemos que esa institución sólo ha servido
para entregar la soberanía nacional, para asesinar, reprimir, torturar,
dar golpes de estado, cuidar a los empresarios y trasnacionales, agredir
a pueblos hermanos. Las Fuerzas Armadas son indignas y criminales, y
por lo tanto deben desaparecer. Ante la crisis en las fuerzas
policiales, manifestamos que no sólo deben de ser intervenidas por
instancias legítimas, con capacidad y ética, sino también deben ser
realmente depuradas y deben ser juzgados quienes están comprometidos
con la represión o la corrupción. Dicho proceso sólo será posible y
efectivo, si se logra que desaparezcan los grupos que se turnan en la
hegemonía y control para el servicio de los poderes facticos, reales y
perversos que desangran el país y fortalecen el narco-estado. Saludamos
la lucha y decisión de diversos sectores de la sociedad hondureña como
estudiantes, mujeres, académicos, artistas, transportistas, de derechos
humanos, medios de comunicación alternativos y otros, que intensifican
sus acciones para intentar “adecentar” a la policía.
Los planes de incrementar la ocupación y la militarización con deuda
externa, a través de préstamos otorgados por organismos financieros
internacionales y bilaterales como será en el caso de la CARSI
(Iniciativa de Seguridad Regional para Centroamérica) -una extensión de
la Iniciativa Mérida y Plan Colombia-, y la decisión de instalar más
bases militares gringas en territorios indígenas y negros, son
inaceptables para las comunidades, pueblos y organizaciones. Los
rechazamos y exigimos que salgan de Honduras.
11.- Nos solidarizamos con todos los procesos de resistencia, en
defensa de los bienes comunes de la naturaleza, de vidas, derechos y
construcciones sociales y políticas. Les animamos a profundizar la lucha
social tan necesaria y fundamental para caminar a la emancipación y la
refundación de una Honduras más justa y digna.
12.- Reiteramos nuestro compromiso de continuar en la lucha contra la
dictadura capitalista, patriarcal y racista, desde la defensa de
territorios, soberanías, autodeterminación, culturas y vidas; de
continuar en el camino de construcción del proceso constituyente
originario, pluricultural, laico, incluyente, democrático, amplio,
justo, descolonizador y refundacional que emprendimos como organización
desde antes del golpe de estado.
Nos llamamos a todas y todos a vivir por adelantado y en este ahora, la
Honduras Refundada que soñamos, desde las individualidades, prácticas
organizativas y demás colectividades.
Vivamos con profunda convicción nuestras vidas, y construyamos juntos y juntas desde abajo la utopía hoy.
¡Con la fuerza ancestral de Iselaca, Lempira, Mota, Etempica, se
levantan nuestras voces llenas de vida, justicia, libertad, dignidad y
paz!
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