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| Foto Gerardo Iglesias | Rel-UITA |
“La necesidad de refundar el movimiento sindical y volver a los principios clasistas”
Por Alejandro John - Rel-UITA
La situación política en Panamá es sumamente preocupante. En 2011 en la provincia de Chiriquí específicamente en la región de San Félix, se generaron disturbios por la actitud del gobierno de imponer la ley de minería a cielo abierto, que trajo como consecuencia la pérdida de vidas humanas, decenas de detenidos y cientos de heridos.
Finalmente se logró la derogación del artículo 5 de la ley 415 de minería, que deja la comarca Ngäbe Buglé como zona libre de minería e hidroeléctrica.
El conflicto sobre la venta de los terrenos de la zona libre surge como parte de la política del gobierno de vender alguno de los activos del estado para poder cumplir con las obras sociales que se han propuesto; en primer lugar intentaron vender el 49 por ciento de las acciones de la empresas telefónicas y eléctricas, este intento de vender los activos del estado fue rechazado y derrotado en las calles por los sectores populares.
Al no lograr este objetivo para cumplir con sus compromisos, buscan otra alternativa y presentan la ley 72 que autoriza al gobierno la venta de las tierras de la zona libre de Colón, a pesar de contar con el presupuesto general del estado más alta de toda las historia, insisten en la venta de las tierras de la zona libre.
Esta nueva iniciativa de ventas de activos del estado trajo como secuencia la movilización de toda la población Colonense. Se crea el Frente Amplio de Colón (FAC), que fue tomando fuerza hasta el extremo de convertir a la provincia de Colón en una verdadera zona de guerra: el comercio fue paralizado en su totalidad; la zona libre, los puertos y el resto del comercio al por menor; supermercados, abarroterías, kioscos, etc., dejaron de brindar sus servicios.
En total murieron tres personas, un menor de aproximadamente 10 años de edad, una conductora de ambulancia que trasladaba a un paciente herido de los disturbios colisionó y perdió la vida. Otra persona murió alcanzado por un proyectil (arma de fuego), situación esta que no ha sido aclarada y más de una docena de personas heridas con arma de fuego, que fueron presuntamente utilizadas por personal de la policía fronteriza (CENAFRONT), que es un pequeño ejército entrenado y controlado por el gobierno de los Estados Unidos y más de 200 detenidos.
Se dieron movilizaciones a nivel nacional con serios disturbios en la ciudad capital que trajo como consecuencia la destrucción y el saqueo de algunos comercios y como consecuencia centenares de arrestos.
Estos hechos fueron necesarios para que el gobierno de extrema derecha, entendieran que el pueblo panameño estaba en desacuerdo con la ley 72 y solicitaba que fuera derogada.
El informe publicado por Human Rights Everywher (HREV, por su sigla en ingles), expresa que en los hechos que acaecieron en la ciudad de Colón del 22 al 28 de octubre de 2012, hubo uso excesivo de la fuerza, y lo más preocupante es que se repite el mismo patrón de Changuinola (2010), y de San Félix (2011).
El presidente de la República, Ricardo Martinelli Berrocal quien ganó las elecciones de mayo del 2009, con un 60 por ciento de respaldo, hoy su popularidad ha caído al 26 por ciento, un declino estrepitoso e inédito para un presidente al cual le resta menos de año y medio de culminar su mandato.
Situación económica actual del país
Panamá presentó un crecimiento económico en 2011 de 10.5 por ciento, el más alto en América Latina. Pero este crecimiento económico solamente se refleja en las arcas del sector empresarial.
El Producto Interno Bruto (PIB) fue de 23.272.1 millones de balboas (dólares), las ganancias obtenidas del excedente de la explotación de los empresarios alcanza, 13.264.6 millones de balboas. Si dividimos el excedente de la ganancia de los empresarios entre el PIB y el resultado lo multiplicamos por cien, tendremos que el sector empresarial ha obtenido un margen de ganancia del 57 por ciento del total del PBI.
Para los trabajadores la realidad es otra: 14.5 por ciento gana menos del salario mínimo, unos B/. 250; 16.3 por ciento gana entre B/. 250 y B/. 399; 35.2 por ciento gana entre B/. 400 a 599; 13.3 por ciento gana entre B/. 600 a 799.
Si analizamos estos indicadores de ingresos, se concluye que el 69.3 por ciento de los asalariados cobra menos de B. 800, y la canasta básica familiar para 4 personas asciende a B. 944.40, es decir no alcanza para vivir decorosamente y dar a su familia una buena calidad de vida.
Situación laboral: contratos de trabajo
En el 2011 de un total de 231.832 contratos de trabajo registrados en el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (MITRADEL), 94.650 estaban pactado por tiempo definido, esto representa un 40.8 por ciento de las contrataciones registradas en el MITRADEL; 69.650 estaban firmadas por tiempo indefinido esto representa el 30 por ciento del total de las contrataciones registrados en el MITRADEL; 67,550 contrataciones estaban firmadas por obras determinadas esto representa el 29.1 de las contrataciones.
Esta situación es sumamente preocupante pues limita a los trabajadores para mejorar su condición de vida, no les resulta fácil ser sujetos a créditos, no pueden adquirir viviendas dignas para su familia.
En conclusión podemos expresar con certeza por los datos obtenidos, que más del 69.9 por ciento de los trabajadores panameños, no tienen estabilidad laboral.
La problemática social prevaleciente en estos momentos
La situación que más afecta a los panameños es la creciente taza de inflación que ronda el 6.5 por ciento y el creciente aumento de la canasta básica alimenticia.
En segundo lugar, se ubica la inseguridad pública. Por cada 100 mil habitantes ocurren 9.3 homicidios, en 2011 se produjeron 704 homicidios.
Además, la deserción escolar está por encima del 30 por ciento, y mientras en el país se construyen obras faraónicas, en algunas regiones del país el agua potable no llega a la población.
Las fuerzas sociales y sindicales en la actualidad
En la actualidad la sociedad civil y grupos organizados han rebasado al movimiento sindical organizado, quien no tiene presencia en las calles, ni protagonismo en la defensa de los principales temas y preocupaciones de la sociedad.
Se trata de un movimiento sindical paralizado, que los gobiernos de turno le han tomado los puntos acusándolo de hacer mal uso de los fondos proveniente del seguro educativo.
Ello explica, en parte, el bajo perfil de su lucha, y solamente aparece cuando ya no le queda otra alternativa. Por esta razón necesitamos refundar el movimiento sindical y volver a los principios clasistas.
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