Organizaciones de mujeres se movilizan y exigen el cese de la violencia y la aplicación de justicia
En homenaje a la lucha de las hermanas Mirabal, cruelmente asesinadas en 1960 por la dictadura de Leonidas Trujillo (República Dominicana), se conmemora cada 25 de noviembre el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.
En Managua, Nicaragua, miles de mujeres se movilizaron para exigir justicia, no más violencia y castigo para los agresores.
Según datos de la Red de Mujeres contra la Violencia (RMCV), en lo que va del año ya son 82 las mujeres asesinadas a manos de sus esposos, ex compañeros de vida, cuñados, hermanos u otros familiares. De ellas, 8 son niñas y el 70 por ciento de esos asesinatos están en la impunidad.
“Una vez más estamos conmemorando esta fecha para exigir que el Estado se responsabilice para garantizar la seguridad de las mujeres -dijo Fátima Millón, activista de la RMCV-.
Si bien es cierto que hemos pedido la revisión del marco jurídico, las mujeres que a diario sufren violencia no pueden continuar esperando. La actuación de los funcionarios públicos -continuó Millón- debe ser ajustada a derecho, respaldada en los protocolos, políticas publicas y legislación existentes en Nicaragua.
Hay suficientes instrumentos para dar un abordaje adecuado e integral a las víctimas sobrevivientes de violencia, y los procesos deben ser oportunos, ágiles y justos”, aseveró la activista.
En ocasión de esta importante fecha, las organizaciones de mujeres que luchan para que se acabe la violencia de género, el femicidio y para que se castiguen los culpables, demandaron también terminar con el tráfico de influencias en los procesos judiciales, “que deja en libertad a asesinos, agresores y violadores”.
Asimismo, exigieron que no se continúe “negociando las penas en los delitos de violencia contra las mujeres”, y que el Ministerio Público cumpla con “el rol que le corresponde de defender a las víctimas sin distingo de clase, etnia, religión, nacionalidad y edad”, se lee en el pronunciamiento de la RMCV.
“A través del monitoreo que desde la Red se hace, hemos evidenciado que han habido muchas mujeres que han sido asesinadas después de haber tenido un trámite de mediación en los tribunales. Esta situación deja en total indefensión e inseguridad a las víctimas.
Además -explicó Millón- denunciamos el tráfico de influencias que existe en los procesos judiciales, lo cual está directamente vinculado con las situaciones de violencia y el femicidio”.
Finalmente, las organizaciones que se movilizaron ese 25 de noviembre pidieron al Estado nicaragüense solventar la deuda pendiente que mantiene con las mujeres, firmando el Protocolo Facultativo de la Convención sobre la Eliminación de todas formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW).
“Vamos a seguir denunciando a los violadores, asesinos y agresores de mujeres. Continuaremos acompañando a todas las mujeres en defensa del derecho humano de vivir sin violencia”, concluye el comunicado de la Red de Mujeres contra la Violencia.
En homenaje a la lucha de las hermanas Mirabal, cruelmente asesinadas en 1960 por la dictadura de Leonidas Trujillo (República Dominicana), se conmemora cada 25 de noviembre el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.
En Managua, Nicaragua, miles de mujeres se movilizaron para exigir justicia, no más violencia y castigo para los agresores.
Según datos de la Red de Mujeres contra la Violencia (RMCV), en lo que va del año ya son 82 las mujeres asesinadas a manos de sus esposos, ex compañeros de vida, cuñados, hermanos u otros familiares. De ellas, 8 son niñas y el 70 por ciento de esos asesinatos están en la impunidad.
“Una vez más estamos conmemorando esta fecha para exigir que el Estado se responsabilice para garantizar la seguridad de las mujeres -dijo Fátima Millón, activista de la RMCV-.
Si bien es cierto que hemos pedido la revisión del marco jurídico, las mujeres que a diario sufren violencia no pueden continuar esperando. La actuación de los funcionarios públicos -continuó Millón- debe ser ajustada a derecho, respaldada en los protocolos, políticas publicas y legislación existentes en Nicaragua.
Hay suficientes instrumentos para dar un abordaje adecuado e integral a las víctimas sobrevivientes de violencia, y los procesos deben ser oportunos, ágiles y justos”, aseveró la activista.
En ocasión de esta importante fecha, las organizaciones de mujeres que luchan para que se acabe la violencia de género, el femicidio y para que se castiguen los culpables, demandaron también terminar con el tráfico de influencias en los procesos judiciales, “que deja en libertad a asesinos, agresores y violadores”.
Asimismo, exigieron que no se continúe “negociando las penas en los delitos de violencia contra las mujeres”, y que el Ministerio Público cumpla con “el rol que le corresponde de defender a las víctimas sin distingo de clase, etnia, religión, nacionalidad y edad”, se lee en el pronunciamiento de la RMCV.
“A través del monitoreo que desde la Red se hace, hemos evidenciado que han habido muchas mujeres que han sido asesinadas después de haber tenido un trámite de mediación en los tribunales. Esta situación deja en total indefensión e inseguridad a las víctimas.
Además -explicó Millón- denunciamos el tráfico de influencias que existe en los procesos judiciales, lo cual está directamente vinculado con las situaciones de violencia y el femicidio”.
Finalmente, las organizaciones que se movilizaron ese 25 de noviembre pidieron al Estado nicaragüense solventar la deuda pendiente que mantiene con las mujeres, firmando el Protocolo Facultativo de la Convención sobre la Eliminación de todas formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW).
“Vamos a seguir denunciando a los violadores, asesinos y agresores de mujeres. Continuaremos acompañando a todas las mujeres en defensa del derecho humano de vivir sin violencia”, concluye el comunicado de la Red de Mujeres contra la Violencia.
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