lunes, 3 de agosto de 2009

140 días de incesante lucha:“Diálogo ya”, piden los cañeros


Nuevas amenazas y disparos contra la ANAIRC

por Giorgio Trucchi - Rel-UITA

Cuando, agotadas todas las otras vías, los ex trabajadores azucareros y las viudas de la Asociación Nicaragüense de Afectados por Insuficiencia Renal Crónica (ANAIRC) decidieron viajar a Managua para dialogar con la Nicaragua Sugar Estates Ltd, propietaria del Ingenio San Antonio e integrante del Grupo Pellas, y pedirle una indemnización por los daños ocasionados a su salud, no se imaginaban que después de casi cinco meses la empresa pudiese seguir manteniéndose cerrada a cualquier tipo de diálogo.

“Hemos vivido momentos muy duros –comentó a Sirel la presidenta de la ANAIRC, Carmen Ríos–.

Recibimos amenazas, trataron de desalojarnos, aguantamos el sol del verano y la lluvia del invierno, soportamos la escasez de comida y la campaña de desprestigio contra nuestra organización y las organizaciones que nos han apoyado en todos estos meses. Sin embargo, estamos aquí y seguimos luchando”, aseveró Ríos.

Amenazas y denigración han sido una constante en todos estos meses. “El pasado 26 de junio a las 10 de la noche pasó una camioneta de lujo cerca de nuestro campamento e hizo un disparo al aire. Inmediatamente después arrancó a toda velocidad y la persona que iba en la camioneta comenzó a agredir a los que estábamos reunidos a la orilla de la calle, diciéndonos todo tipo de vulgaridades”, denunció la presidenta de la ANAIRC.

Los episodios violentos en contra de los ex trabajadores azucareros afectados por la IRC se repitieron en los siguientes días, cuando dos personas se bajaron de un vehículo color plomo y sin placa, y arrancaron la bandera de la UITA, profiriendo insultos contra esta organización y los que estaban presentes en ese momento.

“Para nosotros la bandera de la UITA tiene un gran significado, porque además de estar afiliados ha sido una de las organizaciones que más han apoyado el esfuerzo que estamos haciendo, para que se repare parcialmente el daño que se nos ha ocasionado en el Ingenio San Antonio –continuó Ríos–.

La gente se asustó mucho, pero no ha renunciado a la lucha y permanece en el campamento. Seguimos también con la protesta diaria frente al Edificio Pellas y no hay una sola persona que no esté convencida de que más temprano que tarde la empresa tendrá que escuchar nuestra demanda”, aseguró.

Continúa el apoyo y la campaña internacional

Pese al silencio de la inmensa mayoría los de medios nacionales sobre la lucha de la ANAIRC y la costosa e inútil campaña de desinformación lanzada por las empresas del Grupo Pellas en diferentes sitios web, las muestras de apoyo y de solidaridad internacional han sido desbordantes.

Ya 1.100 personas en todo el mundo se han sumado a la campaña en Facebook del Grupo Internacional de Boicot al ron Flor de Caña, y siguen enviando cartas de protesta a las empresas que importan y distribuyen ese producto, afectando severamente su venta en el exterior y a nivel nacional.

Durante la tercera videoconferencia en la que participaron varias decenas de personas y organizaciones desde diferentes países, los jóvenes que llevan adelante la campaña de boicot dieron a conocer un nuevo planteamiento.

“Nuestra razón de ser es la propuesta de hacer pública de manera nacional e internacional nuestra indignación ante las malas prácticas corporativas del Grupo Pellas, particularmente a través de su Ingenio San Antonio –se lee en la nota–.

Como grupo hemos pasado por varias etapas. Tuvimos un primer momento de divulgación y proyección a través de Internet para sensibilizar sobre las prácticas corporativas negativas del Grupo Pellas.

En un segundo momento elaboramos cartas para ser enviadas masivamente a la empresa Nicaragua Sugar Estates Ltd, así como a los distribuidores del ron Flor de Caña”.

En una tercera etapa la campaña continuó con la distribución a nivel mundial de afiches alusivos al boicot, así como con la permanente campaña de sensibilización e información sobre la causa de los ex trabajadores y trabajadores afectados por insuficiencia renal crónica agrupados en la ANAIRC, que siguen demandando ser mínimamente escuchados por el Grupo Pellas, que hace oídos sordos ante estas demandas.

“Nos pronunciamos nuevamente ante ustedes, compañeros y compañeras de la ANAIRC, UITA, FUTASCON, CISAS y del resto de personas y organizaciones solidarias, y ponemos de manifiesto nuestra indignación ante esta empresa, que ha usado agrotóxicos contaminantes para la salud humana y el medio ambiente, y que no se hace responsable por los efectos mortales de sus malas prácticas en la población de occidente de Nicaragua”, concluye el documento.

Mientras tanto la gente continúa muriendo...

La desconsiderada actitud de las empresas del Grupo Pellas de no querer ni siquiera reconocer la existencia de ese grupo de ex trabajadores azucareros afectados por la IRC, choca con la realidad de miles de personas que siguen enfermando y muriendo en el occidente de Nicaragua.

Según datos de la ANAIRC son 3.399 los ex trabajadores fallecidos al 17 de julio de 2009. Entre ellos se encuentra Juan Pastor Montiel, fundador de la ANAIRC.

“Mi papa trabajó en el Ingenio San Antonio desde los 15 años. Muy joven conoció a mi mamá, se enamoraron y procrearon cinco hijos. Yo soy el único varón”, recuerda Juan Carlos Montiel Castillo.

“Nosotros somos de la zona de Carazo y mi papa cada año se trasladaba a occidente para integrarse a la zafra. Cortó caña toda su vida, y de esa manera pudo llevar adelante la familia. Muchas veces –continuó Juan Carlos– lo íbamos a visitar y veíamos que no estaba bien. Estaba cansado y tenía fuertes dolores en todo el cuerpo.

Hace seis años le dijeron que ya no podía trabajar y para él fue muy duro. Nosotros trabajábamos y lo manteníamos, pero el no quería depender de su familia y siguió trabajando en el cultivo de un terreno de propiedad de nuestra familia, y yo le ayudaba”.

Con el paso de los años su salud fue empeorando. “En los últimos tiempos estaba muy mal. Una noche estaba durmiendo y se levantó porque tenía ganas de vomitar. Cuando encendí la luz me di cuenta de que estaba vomitando coágulos de sangre y lo llevamos de inmediato al hospital.

Cuando estuvo mejor regresó a la casa, pero a los cuatro meses volvió a sentirse muy mal. En el hospital estuvo tres horas inconsciente y falleció el pasado 15 de julio”, recuerda el hijo de Juan Pastor Montiel.

La tragedia no para. “La semana pasada enterramos a 19 personas en menos de tres días, pero seguimos adelante porque no tenemos nada que perder. Contamos con el apoyo de muchas personas y organizaciones nacionales e internacionales y no nos vamos a rendir. Necesitamos un diálogo ya con la empresa del Grupo Pellas, y confiamos en que pronto se nos escuche”, concluyó Carmen Ríos.



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