Por Equipo redacción ZonaFranK
Mientras más leo las noticias y los mensajes que comparten en las redes sociales los seudo cubanos que se auto titulan “activistas democráticos” no puedo dejar de preguntarme ¿si la cosa está tan mala en Cuba, por qué no ha estallado aun una explosión social que tenga como principal propósito “recuperar la supuesta libertad perdida”?
Esta pregunta me genera nuevas interrogantes en un intento por descifrar quién tiene la razón ¿el cubano que se va para exigir desde afuera un “legítimo derecho” porque no aguanta la “represión”? ¿el cubano que en ejercicio de este “legítimo derecho” se convierte en un canal de desinformación burdo y barato que pretende convencernos del “miedo a la represión” para justificar el poco respaldo que tiene su “propuesta de cambio”? ¿o el cubano que decidió quedarse y defender un sistema durante los últimos 60 años porque cree en ese proyecto de vida sencillo, humanista y sincero que también respaldan sus hermanos de lucha?
Imagino que estas preguntas sean recurrentes en otros cibernautas tomando en cuenta que para esta población mundial se ha intentado crear una Cuba virtual que dista mucho de la realidad que se vive en la isla; y es que las organizaciones poco legitimadas pero bien reconocidas por Estados Unidos, tras fracasar en sus pretensiones de promover una transición política, han encontrado en las redes sociales una plataforma ideal para posicionar mentiras, armar el muñeco que van a quemar el fin de año y de esta manera seguir justificando el salario que perciben en un intento de hacer política desde una casa en Europa con aire acondicionado.
Comparto estas reflexiones porque en el último año, para ser más específicos después de la toma de posesión del presidente Miguel Díaz Canel Bermúdez en Cuba, hay una especie de euforia entre los principales cabecillas contrarrevolucionarios amparados en la ilusa idea de pensar que este es el momento para presionar porque la nueva generación de cubanos “no aguantará el socialismo” y “saldrá a las calles para exigir el supuesto cambio”. Claro está que son ideas respaldadas por la política de hostilidad y sanciones del gobierno norteamericano contra Cuba, amparadas en la Doctrina Monroe y el poderío nacional norteamericano, así como por sectores de extrema derecha que a la altura de 60 años continúan subestimado al mismo pueblo de tanta historia de lucha y estirpe guerrillera.
Lo más curioso es que esta euforia de los “luchadores cívicos” donde único se percibe es en las redes sociales y durante los viajes de estas figuras a terceros países para participar en un foro, capacitación o evento regional, porque en las calles de la isla todo parece continuar su cauce normal en un constante proceso de fortalecer el modelo construido y ratificado en la última reforma constitucional por el 78,30% de la lista de electores actualizada, a las puertas de celebrar el 500 aniversario de la Fundación de La Habana que cerró el verano por todo lo alto y con un nuevo curso escolar recién iniciado para 1 000 700 estudiantes y más de 160 mil profesores en todas las aulas del país, por solo citar algunas estadísticas.
Mientras más leo las noticias y los mensajes que comparten en las redes sociales los seudo cubanos que se auto titulan “activistas democráticos” no puedo dejar de preguntarme ¿si la cosa está tan mala en Cuba, por qué no ha estallado aun una explosión social que tenga como principal propósito “recuperar la supuesta libertad perdida”?
Esta pregunta me genera nuevas interrogantes en un intento por descifrar quién tiene la razón ¿el cubano que se va para exigir desde afuera un “legítimo derecho” porque no aguanta la “represión”? ¿el cubano que en ejercicio de este “legítimo derecho” se convierte en un canal de desinformación burdo y barato que pretende convencernos del “miedo a la represión” para justificar el poco respaldo que tiene su “propuesta de cambio”? ¿o el cubano que decidió quedarse y defender un sistema durante los últimos 60 años porque cree en ese proyecto de vida sencillo, humanista y sincero que también respaldan sus hermanos de lucha?
Imagino que estas preguntas sean recurrentes en otros cibernautas tomando en cuenta que para esta población mundial se ha intentado crear una Cuba virtual que dista mucho de la realidad que se vive en la isla; y es que las organizaciones poco legitimadas pero bien reconocidas por Estados Unidos, tras fracasar en sus pretensiones de promover una transición política, han encontrado en las redes sociales una plataforma ideal para posicionar mentiras, armar el muñeco que van a quemar el fin de año y de esta manera seguir justificando el salario que perciben en un intento de hacer política desde una casa en Europa con aire acondicionado.
Comparto estas reflexiones porque en el último año, para ser más específicos después de la toma de posesión del presidente Miguel Díaz Canel Bermúdez en Cuba, hay una especie de euforia entre los principales cabecillas contrarrevolucionarios amparados en la ilusa idea de pensar que este es el momento para presionar porque la nueva generación de cubanos “no aguantará el socialismo” y “saldrá a las calles para exigir el supuesto cambio”. Claro está que son ideas respaldadas por la política de hostilidad y sanciones del gobierno norteamericano contra Cuba, amparadas en la Doctrina Monroe y el poderío nacional norteamericano, así como por sectores de extrema derecha que a la altura de 60 años continúan subestimado al mismo pueblo de tanta historia de lucha y estirpe guerrillera.
Lo más curioso es que esta euforia de los “luchadores cívicos” donde único se percibe es en las redes sociales y durante los viajes de estas figuras a terceros países para participar en un foro, capacitación o evento regional, porque en las calles de la isla todo parece continuar su cauce normal en un constante proceso de fortalecer el modelo construido y ratificado en la última reforma constitucional por el 78,30% de la lista de electores actualizada, a las puertas de celebrar el 500 aniversario de la Fundación de La Habana que cerró el verano por todo lo alto y con un nuevo curso escolar recién iniciado para 1 000 700 estudiantes y más de 160 mil profesores en todas las aulas del país, por solo citar algunas estadísticas.
Lanzan oleadas de mentiras contra Cuba
No es una sorpresa que a 60 años de Revolución en la isla y tras el fracaso de todos los intentos por derrocar al gobierno cubano, el mismo enemigo intente fabricar una Cuba distorsionada a través de las redes sociales tratando de establecer absurdos paralelismos con países de la extinta Unión Soviética. En esta nueva tendencia de la contrarrevolución hemos recapitulado aquellos días en que la mafia de Miami pronosticaba una y otra vez la caída de los barbudos, y una y otra vez tenían que postergar sus planes de regresar a la isla. Por estos días también nos hemos reído como mismo reía Fidel por tanto pensamiento absurdo y mediocre convertido en “receta de cambio”.
En el último año hemos visto desde las redes sociales convocatorias a campañas para intentar desacreditar al gobierno cubano y regresar a la política de aislamiento, todas fracasadas. Llamados a protestas que no tienen lugar en la práctica. Manipulación de la información a través de las tan famosas Fake News que tal vez en el Medio Oriente son fáciles de prender, pero para un pueblo preparado y culto es más difícil que llegue el mensaje. Intentos por manipular episodios tristes para el pueblo cubano como el paso de un huracán o el tornado a inicios de año. Por ver, hemos visto hasta como se denigra una bandera en nombre de la “libertad”, imagen que por cierto produce náuseas hasta dentro de aquellos sectores que no comparten una misma visión política.
La propuesta del momento es el llamado de UNPACU y Cuba Decide a realizar manifestaciones en parques del país este domingo 8/09/2019, usando girasoles y la imagen de la Virgen de la Caridad, Patrona de Cuba no de la disidencia cubana, en oposición al acuerdo que estarían analizando la Unión Europea y el gobierno de la isla que contrarresta los efectos de la escalada de sanciones aplicadas por Estados Unidos para recrudecer el bloqueo.
Las redes sociales son como las hojas en blanco, aguantan todo lo que escribas en ellas, así vemos a unos pocos repitiendo la convocatoria aunque están fuera del país. Algunos tratando de vender mensajes como si fueran virales cuando solo tienen 2 ó 3 veces compartidos. Vemos una convocatoria que emplea como imagen de fondo una foto de las protestas en Puerto Rico para simular un alto número de seguidores por aquello del parecido en las banderas. También vemos a otros muchos tratando de justificar el presagiado fracaso con frases como “la dictadura no nos dejará protestar”, entre otras técnicas que se aprenden en los cursos de capacitación impartidos por el NDI, el IRI, la NED, Open Society o cualquier ONG que tenga como línea de trabajo las infocomunicaciones y el ciberespacio.
A través del Big Data el mismo enemigo intenta construir una nueva cara para la contrarrevolución cubana, que sea más subliminar, menos agresiva en su discurso, más joven y por tanto atemperada a estos tiempos virtuales y sobre todo más “activa”. Una cara que pueda impulsar la tan ansiada “Revolución de Color” cubana ante la falta de legitimidad de la contrarrevolución para promover el cambio.
Me temo amigo mío que esto no pasará mañana en las calles de la isla, tampoco pasará el día después de mañana, ni el resto de los que quedan por vivir, eso te lo aseguro porque en Cuba solo hay y habrá una Revolución y es de color Verde Olivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario